martes, 29 de noviembre de 2011

N° 194 - NI ORO NI AGUA: FALTA DE LIDERAZGO, DEMAGOGIA, DEBILIDAD

YANACOCHA SUSPENDE CONGA:



Resulta ahora claro que cuando el Presidente de la República dijo "Agua y Oro"  y "Conga Va" lo hizo presionado por las metidas de pata de su Presidente del Consejo de Ministros y de sus Ministros, porque ante la opinión pública él daba la imagen de un gobernante dubitativo,  inseguro; porque apareció como un hombre de doble discurso, sin liderazgo y sin pantalones; excesivamente dependiente de su esposa y presionado por el entorno familiar, por lo que  necesitaba cambiar esa impresión en el ciudadano común y corriente. Para muchos la frase significaba que Humala había cruzado el rubicón, que rompía con la ultra izquierda, que adoptaba una actitud responsable y coherente, reafirmando la autoridad y el liderazgo que le confiere la Primera Magistratura de la Nación, la  Presidencia de la República. 


Pero la suspensión que anuncia Yanacocha del Proyecto Conga por presión del Gobierno (el comunicado usa la palabra exigencia) lo que prueba es que una vez más como Alejandro Toledo o Alan Garcia, nuestros gobernantes son incapaces de imponer el principio de autoridad, de decirle no a las masas, de mostrar su liderazgo y su capacidad de persuasión o de convencimiento. No importa que las masas estén manipuladas, que sean ignorantes, que no tengan razón, el gobernante de turno se orina frente a la turbamulta, se muere de miedo cuando le mueven el tapete y el pueblo se moviliza. No se trata de razones de estado, del beneficio del país, se trata de la imagen personal, se trata de votos, de no dar la impresión de enfrentarse al pueblo. En lugar de utilizar el tiempo, la inteligencia (el servicio de inteligencia) y el desgaste de los huelguistas para que el reclamo se apague, Humala se toca de nervios, se muestra débil y lo gana el miedo, la demagogia y el populismo. Por actitudes como estas es que los policías son enviados en los últimos tiempos a enfrentar disturbios, paros, desordenes y violencia, sin armas, en condiciones que mellan la moral policial; por eso siempre el doble discurso, la frase de cliche o la generalidad que no dice nada. Por eso hubo Baguazo y Arequipazo. Y si algo pasa, la pita siempre se va a romper por el lado más débil. 

Y como en la política peruana el juego esta en el hueveo, en la demagogia, en ir siempre en la dirección del viento, Humala recula, da marcha atrás y ante la falta de liderazgo y de persuasión de él y de su gobierno; presionan a Yanacocha para que suspenda el proyecto, lo que se anuncia en Palacio de Gobierno dentro de un discurso marcado por el complejo adánico y como un logro patriotero sin precedentes. Antes fue la Patria Nueva de Leguia hoy es la Gran Transformación. Pero como los radicales que gobiernan Cajamarca no quieren la suspensión sino que se cancele el proyecto, la huelga va a seguir y la imagen del gobierno y del país se ven seriamente afectadas. No hay paz social, ni dialogo o cancelación o nada. Y lo más probable es que el Señor Rimarachin y sus colegas parlamentarios, salgan a buscar el aplauso fácil, a decir una vez más que no puede haber minería en cabecera de cuenca. A subirse al carro de esta supuesta "victoria del pueblo" con la que pierde pierde el país y sobre todo pierde Cajamarca. 






sábado, 26 de noviembre de 2011

N° 193 - HAYA O NO HAYA

LA CUESTIÓN CON CHILE Y EL ESTADO NACIONAL


La Encuesta Nacional Bicentenario 2011, levantada por la Universidad Católica de Chile y la empresa Adimark, publicada por el Diario EL MERCURIO, rebela que los chilenos son  contrarios a concesiones marítimas tanto a Perú como a Bolivia. En el caso del conflicto limítrofe con nuestro país, el 73% de los encuestados son contrarios a ceder territorio marítimo, así el fallo de La Haya sea contrario a sus intereses. Y desde nuestro punto de vista la encuesta merece ser analizada desde diversos ángulos.

En este espacio hemos expresado en diversos artículos, que la clase política peruana, esta cometiendo el mismo error que nuestros antepasados. Fujimori, García,  Toledo y hoy Humala (que ha determinado un magro presupuesto para las fuerzas armadas y la defensa nacional) han tenido un discurso pacifista con nuestros vecinos, que ha sido ignorado por éste sistematicamente.  Hoy día no tenemos un servicio de inteligencia realmente a la altura de nuestras necesidades estratégicas y geopolíticas (sobre todo mirando al sur)  y las fuerzas armadas, ante la imposibilidad de un equilibrio militar con Chile, están lejos de ser siquiera una fuerza disuasiva en la eventualidad de un conflicto. No tenemos tanques, no tenemos submarinos, no tenemos aviones. De producirse un enfrentamiento bélico con Chile, lo real es que estaríamos en las mismas condiciones que en 1879, desarmados, con una clase política o líderes que priorizan su interés personal antes que el interés nacional (basta mirar el juego de Toledo) sin partidos políticos y a diferencia de Chile, sin un Estado Nacional.

La encuesta refuerza nuestra impresión de que Chile (en el caso que el fallo de La Haya le sea adverso) no va a aceptarlo, por  razones que tienen que ver, no solo con un tema  de derecho internacional (soberanía) sino con aspectos que tienen relación con el predominio o la hegemonía del Pacífico Sur y una concepción  de Estado Nacional que le da soporte como nación y que se sustenta en un aparato militar preparado para hacer la guerra o para la guerra. Razones que tienen que ver con su identidad como sociedad y que se sustentan en sus orígenes etnicos. 

Desde tiempos inmemoriales, los araucanos y los mapuches, fueron pueblos guerreros (araucano proviene de la palabra mapuche awka que significa "indómito", "salvaje") que tuvieron a raya a los incas; grupos étnicos que dieron paso a  una realidad social que se constituyo en la vida republicana  como  Estado Nación, gracias a Diego Portales y a una élite política, que no solo le dio institucionalidad al país, sino que tuvo siempre muy claro que el objetivo es el predominio del Pacífico (desde la perspectiva geopolítica) y la visión de imponerse y estar a la vanguardia de sus vecinos; lo que tiene una connotación no solo económica, política y social sino también militar. Esto explica  la Guerra o la oposición a la Confederación Perú Boliviana (1837-1839), el Conflicto con Argentina por la Patagonia, la Guerra del Pacífico y sobre todo el armamentismo chileno.   

La necesidad de tener una posición de predominio, de liderazgo, entre las naciones desde el punto de vista histórico, ha tenido que ver antaño, con una economía mercantil; ese hecho ha significado que el fantasma de la guerra este siempre presente y ese fantasma o esa necesidad de hacer la guerra, se de a partir de la existencia de un aparato militar significativo;  que ha sido el elemento aglutinador más importante para la constitución de los Estados Nacionales. Karen Sanders en un excelente libro publicado por la  Universidad Católica y el Fondo de Cultura Económica "Nación y Tradición" Cinco Discursos en Torno a la Nación Peruana 1885 - 1930 - Instituto Riva Aguero 1997;  expresa que sociólogos como Tilly, afirman que la busqueda de medios para hacer la guerra creó las grande estructuras organizativas de los Estados. El tiempo y el carácter cambiante de la guerra dan (según este autor y de acuerdo a lo apuntado por Sanders) superioridad militar  a los Estados  que pudieron formar fuerzas militares grandes y permanentes con su propia población; estos son los Estados Nacionales. La guerra y la preparación para la guerra sirven como fuerza aglutinadora del Estado Nacional. Un Estado Nacional que ve favorecida su consolidación a través de la propaganda, la movilización de hombres y recursos, la territorialización de la conciencia política y la centralización del poder coactivo (Ob. Cit. Pág. 47).

Es importante aquí, comparar el tratamiento de la Guerra entre Perú y Chile. En el caso de Chile encontramos abundantes fuentes documentales y bibliográficas, un manejo bastante desarrollado y detallado de acciones, analisis y conmemoraciones para afirmar la nacionalidad a partir del orgullo y del éxito militar como portaestandarte. En nuestro caso las fuentes documentales y bibliográficas son escasas, la historia oficial es limitada a iconos determinados, que convierten la derrota en heroísmo y por ultimo, no se ha enfocado el valor histórico de diversos personajes (olvidados o ignorados) para crear  la conciencia de patria y de nación. 

Para Diego Portales y la clase política que tiene el poder y con la que él gobierna (de carácter oligárquico y que es la que construye la nación chilena) "Por la Razón o por la Fuerza" más que una frase retórica y patrioteraimplica una forma de llegar a un objetivo como nación o como país. Si antes fue el guano y el salitre, hoy el objetivo es el agua, la energía, la necesidades del futuro. Un país institucionalizado, con una economía significativa y estable; una potencia militar a la manera del primer mundo (en un continente en vías de desarrollo) tiene ventajas comparativas y estratégicas que van más allá de lo militar y lo económico.  En un mundo globalizado, los estados en un contexto de guerra entre países, analizan variables como la educación, la cultura cívica y las relaciones política-poder para pronunciarse en razón de la paz....pero también de sus propios intereses. Chile tiene clara su visión de futuro: Una potencia  militar, una economía del primer mundo en Sud América, un país preparado para imponer sus posiciones por la razón o por la fuerza. 

Un Estado Nacional que se sustenta en un aparato militar que se  prepara permanentemente  para la guerra,  en un contexto en el que a  futuro los recursos naturales sean escasos, es muy dificil que acepte un fallo contrario como el de La Haya o que no vea en un conflicto de esta naturaleza de empoderar y reafirmar el Estado Nacional. Resulta ingenuo y peligroso pesar lo contrario y no tomar precauciones.   La teoría del Espacio Vital esta vigente en un tema como éste. 

Si la clase política peruana no reacciona y se prepara para la guerra como instrumento para preservar la paz. Si en el corto plazo  no tenemos una fuerza armada capaz de frenar a nuestros vecinos y obligarlos a negociar en la eventualidad de un conflicto; las heridas de 1879 pueden volver a mostrarse. La encuesta publicada por EL MERCURIO implica un sentimiento que va a obligar al gobierno chileno a caminar en la dirección que sopla el viento. Por la Razón o por la Fuerza debe ser una frase que respire en la nuca de la clase política peruana....Apure Humala...apure. 



lunes, 21 de noviembre de 2011

N° 192 - LA INDIFERENCIA QUE MATA

EL CASO PIERINA CARDOZA TELLO:


Uno de los grandes males de la sociedad peruana es la indiferencia. En este espacio repetimos constantemente que el peruano esta acostumbrado a pensar primero en él, segundo en él y tercero en él. Que esa indiferencia se da en diversos aspectos de la sociedad peruana. Que solo cuando un asunto o un problema nos afecta, tiene que ver con nuestro entorno cercano,  nuestra familia o amigos cercanos,  reaccionamos; pero frente al drama ajeno, somos distantes, lo miramos de reojo, intentamos una frase consoladora o pasamos por el costado. Y esa indiferencia, se puede dar en lo social, en lo que se refiere al maltrato animal o hasta en lo político, cuando por ejemplo, quienes se dicen seguidores de un determinado líder, permiten con total y absoluta indolencia e indiferencia, monumentos que ofenden la imagen pública del personaje  que dicen seguir con venerable convicción.

En este contexto, el caso de la niña Pierina Nicole Cardoza Tello, resulta la dolorosa constatación de lo anteriormente expuesto. Un Poder Judicial donde la juez de la causa describe  en una resolución judicial la realidad física y mental de la menor, afirma estar convencida y constatar el maltrato,  pero le niega al padre la patria potestad, en un fallo incongruente y absurdo, basado en el formalismo y en la rigidez de la norma. No hay criterio lógico jurídico, no hay sensibilidad ni análisis de hechos con una visión jurídica, probablemente porque la propia juez ni siquiera hizo la resolución. Y en el colegio de la menor, las maestras afirman sin empacho que la niña venía golpeada, que faltaba a clases, que tenía un mal rendimiento escolar, pero nadie hizo nada probablemente para no crearse problemas, para no complicarse o enfrentar un problema que finalmente no es suyo. Quienes pudieron o tuvieron en sus manos evitar en su momento el cruel asesinato, no hicieron nada, a pesar de ser conscientes de que algo estaba mal. Por eso debe resaltarse la actitud del taxista que denuncio a la policía, la conversación que escucho entre la filicida y su madre. 

Y el dramático desenlace de la menor, nos desnuda una sociedad donde lo más grave no es que se han perdido principios y valores, sino que el estado no hace nada por reconstruir los principios y los valores perdidos; no hace nada por re insertarlos en el tejido social, en la conciencia del ciudadano común y corriente. Porque la verdad es que tenemos un estado donde la clase dirigente no tiene capacidad de reacción o imaginación para adelantarse a hechos y se limita a condenar con gestos y poses  situaciones consumadas que tratan siempre que le pueda significar réditos políticos. Porque las políticas públicas son en gran parte coyunturales, improvisadas y terminan siendo demagògicas por la falta de cuadros técnicos capacitados y porque en situaciones como estas recien se dan soluciones o se implementan políticas. Por eso en éste país, tenemos  creados con bombos y platillos JUZGADOS DE TRANSITO que a más de tres años de constituidos, no se han implementado, no funcionan. Que no es lo más grave, porque lo dramático es que (como no hay partidos) el creador de la famosa ley, se quedo con el aplauso y le importo un carajo que se implementen o no estos juzgados.  Por eso tenemos que el tratamiento de  la delictiva agresión a la hija de un Congresista, merece un manejo diferente que el de la hija de un ilustre desconocido.

En un país como este donde (aunque el discurso político lo niegue) hay ciudadanos de primer, segundo y tercer orden. Un país donde la mentira es moneda común, la mezquindad  algo normal, la indiferencia  parte de nuestra forma de ser y el huevearnos los unos a los otros, una manera de relacionarnos. En un país como éste, donde la ignorancia, la mediocridad, la falta de civismo y de sentido de lo nacional campean, el problema como bien lo ha dicho Don Julio Cotler no es la corrupción sino la impunidad. Es decir, no es que algo esta mal sino que no hay la respuesta para enfrentarlo. Y es en este tipo de dolorosas constataciones de nuestra realidad social, donde se debe materializar la gran transformación: No somos una nación en el estricto sentido de la palabra, (somos diversos intereses o nacionalidades unidos por vínculos de diverso tipo) no somos una sociedad unida en valores y principios que articulen un proyecto nacional, que forma parte de la agenda pendiente. No tenemos un Estado institucionalizado. Tenemos una economía con rumbo fijo, a la que la incapacidad de la clase dirigente, no le encuentra la manija, para matizar la frialdad de las cifras con su discurso político, de igualdad y de inclusión. El caso de la niña Pierina Cardoza es hoy un tema mediatico, coyuntural. Un hecho que tiene que ver con traumas psicológicos, con la ignorancia, con la pobreza. Con una indiferencia que mata.....y que seguramente seguirá matando.



sábado, 19 de noviembre de 2011

N° 191 - AREQUIPA EN LA GUERRA DEL PACIFICO

DONDE TODAVÍA DOBLAN LAS CAMPANAS:



Hace algunas semanas estuve por razones de trabajo en Arequipa y algo que me sorprendió gratamente es que en la Ciudad Blanca todavía doblan las campanas para llamar a misa, una costumbre que en Lima por lo menos, hasta donde alcanza mi oído, ya no se da. Curiosamente, días antes de ese viaje, en uno de los foros que más quiero (y que contradictoriamente -por mis criticas a más de uno- seguramente caigo re contra chinchoso) se dio el tema de Arequipa en la Guerra del Pacífico y con él, el viejo sambenito que escuche de adolescente y que se basa en la imputación de que los mistianos no combatieron contra los chilenos y entregaron la ciudad sin pelear. Como el tema volvió a aflorar en días pasados, creo que no puedo postergar mas (porque me comprometí a ello) escribir sobre un asunto que tiene algo de mito,  parte de verdad y una explicación.

En realidad, es cierto que las tropas chilenas ingresaron a la Ciudad de Arequipa el 27 de Octubre de 1883 al mando del Coronel  José Velàsquez Bórquez  sin disparar un solo tiro, pero también es cierto que la rendición de la ciudad se debió a la falta de unidad de los peruanos, a las ambiciones personales, a las intrigas y a las luchas internas entre los principales actores políticos del país. En principio, es necesario indicar que la ocupación chilena de Arequipa, se da siete días después de firmado el Tratado de Ancòn (20 de octubre de 1883)  en una ciudad mayoritariamente pierolista y que entre  Montero (enemigo declarado de Piérola) y un Iglesias que ya había firmado la paz con los chilenos, prefirieron a Iglesias, instigados, motivados y manipulados por aristócratas y  hacendados pierolistas que esperaban el eventual regreso de su líder y  la toma del poder derrocando a Iglesias,  a Montero o a quien detentara el poder apoyado por las tropas acantonadas en Arequipa. Basta decir para corroborar el dicho, que desde principios de octubre, connotados pierolistas circularon un acta que fue firmada por miles de ciudadanos  apoyando a Iglesias, bajo el argumento que cualquier defensa contra el invasor era inútil. Piérola regresa al Perú en 1884 y su figura se vio eclipsada por Cáceres, por el valor de su accionar y su defensa de la patria durante la Guerra del Pacífico, tan es así que El Califa, recién toma el poder en 1895 (derrocando a Cáceres y ante el desgaste político de éste) ingresando con sus montoneras por Cocharcas a Lima.

Tanto Cáceres como Montero (Presidente de la República tras la detención y posterior deportación de García Calderón) eran como se sabe, contrarios a la paz con Chile con cesión territorial. Poco conocida es en ese contexto, la gesta de Cáceres (con tropas chilenas a las afueras de la capital)  el 27 de Agosto de 1884 pretendiendo tomar Lima para derrocar a Iglesias. El ataque no tuvo éxito, los muertos en combate por las calles de Lima -y desde las torres de las iglesias de la capital como La Merced o San Pedro por citar algunas- llegaron a a más de seiscientos por ambos lados.  Sin embargo, es necesario indicar que esa unidad de criterios de Montero y de Cáceres frente al invasor, tenía su cuota de mezquindad. Montero había establecido la sede de su gobierno en Arequipa y Cáceres en repetidas oportunidades, luchando heroicamente con su ejercito en la sierra central del país, pidió  el envió de armas y parque que le fue sistematicamente negado.  Huamachuco, la última acción de armas de la guerra, es un claro ejemplo de las carencias del ejercito peruano. Si las tropas hubieran tenido el parque que necesitan sus fusiles para liquidar al enemigo, la victoria hubiera sido nuestra y el final se hubiera detenido porque lo real es que los chilenos no podían seguir sosteniendo el costo de la guerra. 

 Como reivindicación y en apego a la verdad histórica, es necesario decir que en los primeros tiempos de la guerra, los arequipeños y sus batallones tuvieron una decidida participación en la Campaña del Sur. Que la columna Sama Misti  del Comandante Pacheco Céspedes, combatio hasta el final de la guerra; que los casos de Yanabamba y Quequeña fueron acciones aisladas promovidas por el abuso y la rapiña de las fuerzas de ocupación. En Quequeña un piquete de pobladores dieron muerte a un sargento y a algunos soldados chilenos que robaban y eso motivo la sangrienta venganza del invasor que no distinguió ancianos, mujeres o niños.  En este escenario, la capitulación de la ciudad y la bochornosa revuelta que se dio contra Montero son una verdad a secas, pero fueron promovidas por un hecho que es parte de nuestra vida política: El que los intereses personales se superpongan a los grandes intereses nacionales. El 25 de octubre de 1883, la Guardia Nacional bajo control pierolista, se sublevo contra Montero que estaba dispuesto a enfrentar a los chilenos combatiendo en las calles de Arequipa. Turbas de ciudadanos secundaron el enfrentamiento de la tropa contra el ejercito regular y tomaron el armamento que iba a ser despachado a Puno, donde Lizardo Montero esperaba continuar la resistencia. Por esas ironías del destino, ese era el armamento  que Cáceres reclamaba y que días despues tomaron los chilenos al firmar un grupo de "notables" la Rendición de Paucarpata.

Lo concreto y lo real es que Piérola y los pierolistas, no tenían la menor intención de continuar la guerra. Piérola regresa al país para emprender un proyecto político personal post guerra, con la convicción de que toda resistencia es absurda y convencido de que como estratega político era un perfecto incapaz. Si su perspectiva  hubiera sido la patriotica visión de Cáceres y de Montero, los hubiera apoyado sin condiciones, pero prefirió apoyar a Iglesias o mejor dicho a hacer su propio juego aunque este favoreciera al ejercito invasor. Montero se vio obligado a huir a Bolivia y de allí paso a Argentina. Con ello Cáceres quedo como portaestandarte de los valores nacionales y único defensor de la integridad territorial. El ejercito de Montero en el Sur era de aproximadamente diez mil hombres, la  revuelta significo su disolución (parte de la tropa se fue en busca de Cáceres) y frustro además la posibilidad de reorganizar y recomponer la alianza con Bolivia. La ocupación de Arequipa por el ejercito invasor duro 54 días, el 21 de Diciembre las tropas chilenas de ocupación se retiraron de la ciudad. Dios quiera que esa proclividad que tiene nuestra clase política  por priorizar los intereses personales, no se vuelva a repetir en un escenario como éste. 

(*) Foto: Ambulancia Chilena en la Guerra del Pacífico

lunes, 14 de noviembre de 2011

N° 190 - CHEJADE SE TIENE QUE IR




El gran problema de la política y de los  políticos en general, es que al abrigo del poder, nuestros ilustres personajes, consideran pasiva, sin capacidad de reacción e ignorante a las masas. En ese contexto, creen nuestros líderes, que en función del juego de palabras, de la demagogia o de la dádiva con la que llegan al poder, pueden seguir  tonteando al elector, de la misma manera que manejan y manipulan a la militancia de eso que se suele llamar partidos políticos y que en la mayoría de los casos, no son otra cosa que, costras dirigenciales que se perpetúan en el poder y que se mueven en función de intereses personales. En el fondo de manera inconsciente o deliberada, acostumbrados a la chacra partidaria, nuestras cúpulas, cuando llegan al gobierno, terminan manejando al país equivocadamente en los mismos términos que manejan la interna  o seducidos por la sensualidad del poder.

Y como no hay institucionalidad, ni conciencia cívica ni política, ni masas educadas y cultas; en un país fracturado, que no es una nación en el amplio sentido de la palabra o que mejor dicho, no tiene un proyecto de nación; el Presidente de la República (en contra de toda lógica o sentido común) se puede dar el lujo de decir que el Segundo Vice Presidente de la República ya dio un paso al costado, cuando lo que ha hecho este es no renunciar, hacer una declaración sin sustento jurídico ni real y sobre todo retar la majestad y la autoridad del primer mandatario de la nación. Es decir nos huevea el Presidente de la República y nos huevea el Segundo Vice Presidente de la República y para no desentonar los acompañan en el hueveo los Congresistas y los Ministros de Estado, que aplauden al Doc y expresan con su mejor cara, que "efectivamente Chejade ya dio medio paso al costado, ya fue separado de la bancada o que ya renuncio y que el asunto esta cerrado" .

Pero Chejade sigue como si nada hubiera pasado, despachando en el Congreso, asistiendo a comisiones, declarando su inocencia con calculado cinismo y utilizando los bienes del Estado, que le han sido asignados en su condición de Vice Presidente de la República; mientras Salomón Lerner expresa que Chejade ha cumplido con el mandato Presidencial de dar un paso al costado, pero que "está en evaluación" el quitarle los beneficios del cargo.  Y la primera conclusión que uno hace es que apoyar este sainete, no es apoyar la gobernabilidad, sino ser cómplice de un irresponsable manejo de la cosa pública, de un chantaje político y de la falta de autoridad del Presidente de la República. Es aceptar una vez más, la dolorosa constatación de que los asuntos personales, de que el interés personal, prima sobre la institucionalidad democrática, sobre los valores y principios que encarna la Primera Magistratura de la Nación. Y en este juego de esconder la basura debajo de la alfombra, el ciudadano al que se debe la autoridad elegida, es burlado, subestimado, tratado como un sub normal o como un individuo que tiene que someterse al arbitrario uso del poder.


Y lo que cabe es rescatar la frágil institucionalidad democrática, reafirmar que hay capacidad de indignación  y de reacción; demostrar  que no solo la prensa cumple un papel de fiscalización y que el poder que emana del pueblo implica un gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, lo que no es un clise político sino un fin en si mismo. En tal virtud, debería el Congreso de la República o mejor dicho la oposición al régimen, impulsar un procedimiento de vacancia del Segundo Vice Presidente de la República (que los despistados Congresistas oficialistas deberían apoyar para liberar a su líder)  por incapacidad moral, de conformidad con el Art. 113º de la Constitución Política del Estado. En un país donde la palabra no vale, donde la gente y sobre todo los políticos, miente con absoluta facilidad. Donde la desigualdad es una realidad que los políticos revierten en palabras pero confirman con sus hechos. Se necesita sentar un precedente, cambiar la dinámica de los acontecimientos. Chejade se tiene que ir si o si. Porque una cosa es Humala bajo la influencia de la Sra. Nadine y otra bajo la presión  de Omar Chejade. 
   

viernes, 11 de noviembre de 2011

N° 189 - A BAILAR CONGA

LOS CONFLICTOS SOCIALES ANTI MINEROS:



El Perú es un país que tiene un modelo económico primario exportador,  nuestro principal producto de exportación son los minerales; somos fundamentalmente un país minero. En ese contexto, en medio de la bonanza económica, del ambiente propicio para la inversión de grandes capitales extranjeros en el Perú, le toca al estado (en un mundo marcado por la necesaria defensa del medio ambiente y de los recursos naturales) afirmar su rol regulador, pero regular bien  la explotación de los grandes yacimientos o denuncios mineros, a fin de no perjudicar el medio ambiente y mitigar su impacto socio ambiental. Le corresponde informar, educar, organizar y crear confianza en la población, a fin de que tenga la seguridad de que la explotación minera, esta bien enfocada, en aspectos que tienen que ver con una legislación general que amalgame las diversas aristas que tiene la actividad minera. Una legislación o normatividad, que sea igualmente eficiente en lo que se refiere a la fiscalización y al desarrollo social de las poblaciones del área de influencia de la actividad minera.  


En una nación donde no hay estado, donde no hay institucionalidad, donde hay corrupción y donde prevalecen los intereses particulares, es indudable que hay falencias y errores, pero estos no pueden llevar a estar en contra de una actividad y de una inversión que es significativa y que genera progreso y desarrollo. De lo que se trata es de hacer primero una distinción entre la minería informal o artesanal y la gran minería, para luego resaltar el papel del Estado, esto es regular, monitorear, fiscalizar, multar, aplicar sanciones, cancelar licencias o hasta mandar a la cárcel a quien haya que mandar; para cumplir con una ley que de armonía social, económica y ambiental a la gran explotación en curso.

En el marco descrito, es la  minería informal o artesanal, la que trae mayores problemas de contaminación   ambiental y de salud. La gran minería, por su nivel de tecnología e inversión, bien regulada y fiscalizada, puede de acuerdo a estándares internacionales mitigar el impacto negativo y controlar la problemática y es esto lo que hay que buscar con eficiencia. Pero los conflictos sociales actuales, nos muestra la ignorancia o la demagogia clientelista y electorera, de políticos, que cuando  deberían mostrar su imaginación, su capacidad y su criterio técnico  a la hora de legislar y de mostrar a la población el balance del costo-beneficio, se detienen mas bien a mostrar el aspecto negativo que exacerba a una población poco informada o con conocimiento del tema. Y lo que tenemos en medio de estos conflictos sociales son también ONGs ambientalistas que se oponen deliberada y radicalmente a todo lo que signifique explotación minera. A políticos o autoridades locales que en lugar de sentar criterios de docencia y de gestión, para esa necesaria relación entre las empresas, la actividad productiva  y las poblaciones involucradas, solo se dedican a  impedirla bajo argumentos trasnochados, violentistas y caducos. 


Y así llegamos a Conga, que no es el baile popular cubano de origen africano que bajo el ritmo de los tambores acompaña a las comparsas en los carnavales; es un proyecto minero del orden de los CUATRO MIL OCHOCIENTOS MILLONES DE DOLARES (US. 4,800.00) y cuya problemática gira alrededor del ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL (EIA) un estudio que debe ser re-evaluado ante los problemas surgidos con el agua de las lagunas, para buscar, la identificación del problema y su solución técnica. Por el nivel de la inversión si es necesario recurrir a técnicos o asesoría extranjera, esta debe hacerse, debe contratarse. Plantear la mesa de diálogo en términos técnicos y de costo beneficio garantizando el Estado el interés nacional y el de la población involucrada. En el contexto anteriormente descrito la posición del gobierno ha sido inicialmente la correcta y muchos de sus ocasionales aliados han quedado descolocados frente a la afirmación de Humala, quien esperamos que no termine mostrando falta de autoridad y cediendo ante la turbamulta. La responsabilidad de los políticos es construir país, es legislar, es marcar el camino. Si no elevamos el nivel de la política, si no tenemos estado, ni partidos, ni líderes, ni políticos serios, la economía tendrá también que inventarlos para no volver a jodernos como país.


(*) El 16 de Noviembre el Presidente Humala dio un mensaje que concuerda con el papel del estado que planteamos en éste artículo.

martes, 8 de noviembre de 2011

N° 188 - ¿ TENEMOS PRESIDENTE ?

DESPUÉS DE CIEN DÍAS EL LIDERAZGO DE HUMALA EN DISCUSIÓN:











En éste espacio hemos escrito con el mejor deseo de estar equivocado, que este es un país en el que cualquiera puede ser Presidente de la República (y se puede ser Congresista de la misma manera que cualquier burro es "Doctor" en el Perú) hemos puesto en blanco y negro, que el Sr. Comandante Ollanta Humala, no es un líder del talante de Víctor Raul Haya de la Torre o de Fernando Belaunde, como lo ve con  amor de padre  Don Isaac o los ayayeros de siempre. Hemos indicado, buscando por el bien del país escribir un disparate sin fundamento, que Humala es una versión más moderada y menos folklorica que el histriónico Alejandro Toledo. Que el Comandante se muestra como un hombre inseguro, excesivamente dependiente emocionalmente de su esposa y algo falto de carácter. Que tal vez por ello la carrera militar,  le vino por una imposición paterna (para cumplir con el sueño familiar de llegar al poder) más que por vocación personal lo que explicaría muchas cosas.

Lo que hay en este blog, es la precisión razonada de que  Humala se ha convencido que no tiene la preparación, el partido, los cuadros  y los técnicos para gobernar y menos para imponer las visiones ideológicas que le vienen de la cuna. Por eso el hombre ideologizado se trocó en el hombre pragmático. Por eso el plan inicial se cambio por la hoja de ruta. Por eso el gran cambio va a ser más de lo mismo y administrar el estado y sobrevivir políticamente en el gobierno terminando bien. Y como los políticos, por el poder se pueden poner de rodillas, Humala cuyo esquema mental es bastante previsible a la luz de sus actos, volvió a poner en ésta elección a su abogado en la plancha  presidencial. Cambio un Torres Caro por un Chejade y se volvió a equivocar. Para su suerte ya había sido electo cuando salio la denuncia de la compra de testigos de Madre Mía, porque el poder,  el dinero y las relaciones solucionan las cosas en el Perú. 

Y ante la educada y cortes sugerencia del mandatario (en la presentación por los 100 días de su gobierno) de que Chejade de un paso al costado (que en términos reales viniendo del Presidente de la República es una orden) su Vice-Presidente la ignora, lo reta, se niega a renunciar y plasma una leguleyada sin fundamento legal para justificar el desaire. Que la bravata nazca del secreto profesional es una simple hipótesis. Chejade que dice ser nuevo en la política, ha mostrado el desenfadado cinismo del politico cazurro. Y el resultado de esta   negativa a respetar la sugerencia presidencial,  es una crisis de liderazgo, de gobernabilidad, es desnudar la falta de decisión de Ollanta Humala y las limitaciones políticas del partido de gobierno. Alguna vez mi amigo Ricardo Burga, ex Secretario General de Lima Metropolitana de ACCION POPULAR, me decía que a Belaunde no se le podía decir que no. Queda claro que a personajes como Humala y como Toledo, sus propios partidarios no solo  les pueden decir que no, sino que  los pueden desairar y hasta dejar en ridículo.

Lo que esta por venir va a ser parte de nuestro folklor político. ¿Sacara la fibra, el liderazgo y el carácter militar Humala?. La autoridad del presidente ha sido puesta en entredicho, se han abierto conjeturas sobre su honestidad y los secretos que guarda Chejade, un personaje que ignora que el país, la institucionalidad y el gobierno están por encima de  su entornillada persona. Lo peor de todo este triste espectáculo, es que despistados miembros de la bancada de GANA PERU siguen defendiendo la actitud confrontacional de Chejade. Para nosotros es finalmente  una lastima tener razón. No hay líderes, no hay partidos y lo que se viene  es ver como este  gobierno baila Conga. 


domingo, 6 de noviembre de 2011

N° 187 - CIEN DÍAS DEL GOBIERNO DE HUMALA

VISTOS DESDE LA PSICOLOGÍA  DEL PERSONAJE                          



 







                        Lo más probable es que sobre el balance de los cien (100) días de Ollanta Humala en el gobierno, encuentre Ud. amigo lector, desde la perspectiva de la obra y del análisis político abundante material. Nosotros pretendemos entregarle aquí una perspectiva diferente. A partir de la personalidad del Presidente intentar el análisis político. En ese contexto, los CIEN (100) DÍAS del gobierno de Ollanta Humala, nos muestran en principio, un hombre que no es un líder en el amplio sentido del término, a la altura de un Víctor Raúl Haya de La Torre o un Fernando Belaunde, como lo pretende presentar su padre Don Isaac Humala; tampoco estamos frente a un personaje con una gran cultura y una inteligencia superior. Humala en estos cien días de gobierno, se ha mostrado como un hombre común y corriente (los grandes líderes parecen haberse extinguido en la política peruana) como un político inseguro, que mide cada uno de sus pasos. Un político en proceso de aprendizaje del ejercicio del poder y de  la Primera Magistratura de la Nación, lo que no esta mal; pero tampoco esta bien, porque eso implica una fractura en la comunicación con los gobernados y porque finalmente,  ha comprobado que una cosa es criticar estando fuera del gobierno y otra gobernar y enfrentar las complejidades del estado y del ejercicio del poder.

                     Humala ha preferido mantener un perfil bajo, respetar el proceso de aprendizaje (buscando que nadie se de cuenta de ello) bajo el argumento que prefiere más trabajar que hablar y que en se contexto (a diferencia de su antecesor) él trabaja mucho.  En un país de mesianismos iluminados y de liderazgos necesitados, donde la figura presidencial es protagónica; dirigirse al pueblo por twitter o de manera poco fluida, no es lo más conveniente. Pero para un hombre que como candidato se vendió como personaje ideológico y que termina desnudando un hombre pragmático. Para un político novato y sin experiencia de gobierno -que se ha dado cuenta que  las convicciones ideológicas que le vienen impuestas desde la cuna y desde la casa son difíciles de imponer en su gobierno- el ser consciente de que no tiene ni el liderazgo, ni el partido o los cuadros políticos, ni el contexto, ni el apoyo popular o la capacidad de convencimiento para aplicar sus ideas y sus visiones; le obliga a preferir su biografía política, su historia personal a sus principios, convicciones e ideas, a tratar de amalgar con éxito las tendencias y los intereses contrapuestos que se dan durante su gestión, con un barniz que haga brillar su discurso político y el cumplimiento de los ofrecimientos de la campaña.

                    Es difícil que en un país como el nuestro, sin partidos políticos, sin un proyecto nacional definido, sin liderazgos de solera y de absoluta credibilidad; que la política se imponga a la economía. Hace rato que los técnicos (esos que hoy los partidos no tienen y que antaño decían alquilar los políticos) han encaminado el estado bajo parámetros tecnocráticos que requieren de gente capacitada; de la misma manera que encarrilaron   la  política económica, dentro de un marco mercantilista de crecimiento, librado a la realidad de la desigualdad social que produce la ausencia de una buena educación y  cultura, la falta de trabajo y el predominio del país urbano sobre el medio rural. Y por más que los políticos hablen de cambio de modelo o de mejoras sustantivas, su propia demagogia, su angurria, su mediocridad, su incapacidad y los intereses que defienden o que los impulsan; hacen que algo cambie para que todo siga igual. Que la economía prevalezca sobre la política.

                                          En el Perú de hoy, los políticos creen que llegar al poder, que tener representación en el Congreso, es sinónimo de gobernar. Si esa lógica fuera tan sencilla "la gobernabilidad" que  dice apoyar el señor Alejandro Toledo sería muy fácil de manejar y la "gran transformación" ya la hubieramos visto parir en estos cien días de gobierno. La "gobernabilidad" no esta en el Congreso o en los exclusivos recovecos del poder político. La gobernabilidad depende de diversos factores y actores políticos , sociales y económicos; la gobernabilidad esta en la calle y también de alguna manera en la economía. Por eso es que  Ollanta Humala se alejo del pensamiento familiar (o lo traiciono como dice Antauro) y se quedo en el termino medio, en la tibieza de sus planteamientos, en la necesidad de negociar, de crear consenso; en la utilidad del  necesario descrédito del Congreso y  el apoyo popular  (que es todavía algo esquivo y desconfiado) para  políticas nacionalistas, que aparentemente dejaron de ser chavistas, para vestirse de verde amarillas; ignorando que responden a otra realidad y que como decía José Carlos Mariategui, las soluciones para nuestro país, no pueden ser calco y copia sino creación heróica.

                                     Por otro lado, Humala ha mostrado en el gobierno, ser una persona insegura, excesivamente dependiente de su pareja sentimental, de su esposa. Hay cosas que, en las relaciones de pareja, en el ámbito familiar o conyugal, funcionan. Si una pareja a crecido junta, ha compartido experiencias y hay una fuerte vinculación emocional y psicológica, de complementación y de apoyo mutuo. Esa vinculación no puede traslucirse en el arte de gobernar o en el gobierno, porque resulta nociva para el ejercicio del poder en un país machista. Aquí no se trata de que la Sra. Nadine Heredia sea presidenciable o no, porque  desde tiempos de Susana Higuchi hay una ley que lo prohíbe. Se trata del hecho de que  tener a la mujer sentada en lugares que no le corresponden o con protagonismos que no caben, afecta el liderazgo del Presidente de la República. A Toledo le paso factura el tener una mujer turbulenta, conflictiva y lenguaraz, que no podía controlar, que sobrepasaba su autoridad, que asumía labores o se pronunciaba sobre asuntos de gobierno, como si fuera el mismísimo Jefe de Estado. Que Humala diga que quiere  ser recordado (en su gestión) como un buen esposo y un buen padre, resulta un hilo conductor  a su dependencia conyugal. Al elector, al ciudadano común y corriente, lo que le importa es que el presidente sea honesto y que gobierne bien Que sea un buen esposo o un buen padre es un asunto personal, que puede ser útil en época electoral pero no en su balance final de  gobierno.

                                    En la misma dirección, el Presidente de la República no ha tenido el carácter, el talante, ni la personalidad para poder controlar a su familia. Don Isaac se despacha a su antojo con cada barbaridad, que si Ollanta Humala supiera pararse bien frente a su mentor ideológico y padre, hace rato el patriarca de la familia tendría un perfil bajo. Esa misma falta de carácter se ha visto en la entrevista de esta domingo por los 100 Días de Gobierno, cuando apelando a su "respeto a la institucionalidad y al debido proceso"  le pide por la televisión que renuncie, porque no ha sido capaz de decírselo en la cara o de tomar la decisión de licenciarlo sin pedir permiso a nadie; probablemente por lo poco o mucho que sabe Chejade sobre Madre Mía.

                                          En estos cien días de gobierno, el balance es positivo para el país y negativo para los socios de izquierda del régimen. Pero el político que dice una cosa, hace otra (el discurso de Asunción) y pretende que la gente se convenza que sus dichos calzan perfectamente con sus hechos, es preocupante. En estos cien días de gobierno, definitivamente como hemos dicho, no estamos frente a un político de las calidades de Haya de la Torre o de Belaunde, estamos  frente a una versión menos folklorica  y pintoresca que la de Toledo. Estamos frente a un hombre al que el pueblo eligió por lo ideológico, por lo confrontacional al modelo y por lo que representaba frente al fujimorismo. Un político que ahora gobierna alejandose de su ideología, priorizando el pragmatismo de la política, en un discurso que marca sorprendentes y reiteradas distancias con todo lo que signifique confrontación con las banderas ideológicas iniciales. Estos cien días de gobierno, proyectan un hombre que no es un estadista; es el político pragmático, que llega al poder para gobernar. Y en el Perú de hoy, gobernar es administrar el estado, es mostrar obra física, es caminar con el día a día o con el corto plazo, manejando los hilos del poder para obtener la aprobación general y especular después electoralmente. 

                                     Es igualmente indudable que en el caso de Ollanta Humala, estamos frente a un hombre honesto, con voluntad de hacer las cosas bien. Pero también es indudable que hay una indefinición en el gobernante, derivado de conflictos internos en lo personal, en lo partidario y en lo familiar por las visiones ideológicas con las que ha crecido y se ha formado; teniendo al frente la realidad con la que interactúa como gobernante. En esa crisis de identidad, desde nuestra perspectiva, el modelo se ha impuesto por ahora al personaje, pero es difícil (si no se dan las condiciones necesarias) que el radicalismo o el salto al vacio se haga carne y habite nuevamente en Humala. Mil setecientos veinticinco días después de estos cien días, habra que ver si  el personaje termina dándole al modelo el sentido de lo que fue su propuesta original o la de la hoja de ruta. Si los criterios de inclusión social para beneficio de los más pobres, fue una realidad o una simple promesa electoral. Si termina ganando el país. Si terminamos en un buen gobierno o en un gobierno aceptable,  que al menos no retroceda lo andado. Para una gran transformación se necesita una visión de estado, un lider lúcido y definido. Una idea clara del país que debemos dejar a nuestros hijos. Para la gran transformación se necesitan partidos políticos y no los tenemos.