
Pero la suspensión que anuncia Yanacocha del Proyecto Conga por presión del Gobierno (el comunicado usa la palabra exigencia) lo que prueba es que una vez más como Alejandro Toledo o Alan Garcia, nuestros gobernantes son incapaces de imponer el principio de autoridad, de decirle no a las masas, de mostrar su liderazgo y su capacidad de persuasión o de convencimiento. No importa que las masas estén manipuladas, que sean ignorantes, que no tengan razón, el gobernante de turno se orina frente a la turbamulta, se muere de miedo cuando le mueven el tapete y el pueblo se moviliza. No se trata de razones de estado, del beneficio del país, se trata de la imagen personal, se trata de votos, de no dar la impresión de enfrentarse al pueblo. En lugar de utilizar el tiempo, la inteligencia (el servicio de inteligencia) y el desgaste de los huelguistas para que el reclamo se apague, Humala se toca de nervios, se muestra débil y lo gana el miedo, la demagogia y el populismo. Por actitudes como estas es que los policías son enviados en los últimos tiempos a enfrentar disturbios, paros, desordenes y violencia, sin armas, en condiciones que mellan la moral policial; por eso siempre el doble discurso, la frase de cliche o la generalidad que no dice nada. Por eso hubo Baguazo y Arequipazo. Y si algo pasa, la pita siempre se va a romper por el lado más débil.
Y como en la política peruana el juego esta en el hueveo, en la demagogia, en ir siempre en la dirección del viento, Humala recula, da marcha atrás y ante la falta de liderazgo y de persuasión de él y de su gobierno; presionan a Yanacocha para que suspenda el proyecto, lo que se anuncia en Palacio de Gobierno dentro de un discurso marcado por el complejo adánico y como un logro patriotero sin precedentes. Antes fue la Patria Nueva de Leguia hoy es la Gran Transformación. Pero como los radicales que gobiernan Cajamarca no quieren la suspensión sino que se cancele el proyecto, la huelga va a seguir y la imagen del gobierno y del país se ven seriamente afectadas. No hay paz social, ni dialogo o cancelación o nada. Y lo más probable es que el Señor Rimarachin y sus colegas parlamentarios, salgan a buscar el aplauso fácil, a decir una vez más que no puede haber minería en cabecera de cuenca. A subirse al carro de esta supuesta "victoria del pueblo" con la que pierde pierde el país y sobre todo pierde Cajamarca.
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