Este no es un país de grandes cambios. Este es un país donde al reformismo se le llama revolución. Un país donde la retorica construye "realidades" ensalivadas o de papel, que terminan caricaturizandonos como sociedad y como nación cuando se descubre que son una falacia. Este es un país sin políticos de solera, porque los Haya de la Torre, los Belaunde, los Porras Barrenechea se murieron hace tiempo. Este es un país sin partidos y sin institucionalidad. Sin un proyecto definido de nación que escribe su historia entre la neblina de sus propias contradicciones y sus demonios internos.
En este escenario que padecemos desde los inicios de la república, cuando los criollos independentistas, ignoraron a nuestros indios, a nuestra esencia y a nuestros orígenes, por querer parecerse a España, Don Martín Vizcarra paso de "telonero de la política" a Presidente de la República, después de que el peruano-norteamericano PPK renunciara por descubrirse que se enriquecía a costa del Estado -algo que forma parte de la cultura política peruana, porque a lo largo de nuestra historia el "servicio al pueblo" hace ricos a los que se dedican a la política, por más que muchos hablen de una honestidad que no tienen- y que se viera obligado a renunciar en medio de un nuevo escándalo de nuestra farándula política.
Y ante esa coyuntura, Don Martín, que no tenía ni tiene, ni liderazgo, ni bancada, ni seguidores ni partido, no encontró mejor manera de buscar el "apoyo popular" que el refugiarse en el punto común del descrédito de nuestras excrecencias políticas. De recurrir a la retorica de un "gran cambio" que no existira después del 09 de Diciembre. De impulsar una "democracia plebiscitaria", por la que "el pueblo gobierna" y se hace lo que este supuestamente quiere. Hay que hacer lo que el pueblo dice espeta Vizcarra. Si el pueblo quiere "Guerra con Estados Unidos" hay que hacerle Guerra a los Estados Unidos. Los gobernantes son simples mandaderos según Don Martín.
Y ante esa coyuntura, Don Martín, que no tenía ni tiene, ni liderazgo, ni bancada, ni seguidores ni partido, no encontró mejor manera de buscar el "apoyo popular" que el refugiarse en el punto común del descrédito de nuestras excrecencias políticas. De recurrir a la retorica de un "gran cambio" que no existira después del 09 de Diciembre. De impulsar una "democracia plebiscitaria", por la que "el pueblo gobierna" y se hace lo que este supuestamente quiere. Hay que hacer lo que el pueblo dice espeta Vizcarra. Si el pueblo quiere "Guerra con Estados Unidos" hay que hacerle Guerra a los Estados Unidos. Los gobernantes son simples mandaderos según Don Martín.
Y el resultado, es que el próximo domingo iremos a votar por una Junta Nacional de Justicia que reemplace al corrupto Consejo Nacional de la Magistratura en el nombramiento de jueces y fiscales, pero que como reforma constitucional no va a mejorar la calidad de quienes administran justicia en el Perú.
En un país donde "cualquier burro es doctor", no se trata solo de conocimientos, de la "cultura del cartón" en una sociedad con una deficiente educación y con universidades de pobre nivel. Hay que formar una generación de magistrados con ética, con valores y principios; hay que evaluar y valorar sus conocimientos, pero también su idoneidad para el cargo. Hay que fiscalizarlos -pero de a verdad- en lo emocional y en psicológico. Hay que terminar con la provisionalidad. Una Escuela de Magistrados que forme hombres de leyes, juristas y no solo fiscales o jueces, que ven en el sueldo un atractivo. Hoy el Poder Judicial esta corroído por sentencias evacuadas por gente que tiene "doctorados" y "maestrías", pero que sacan unas sentencias que son indignantes, vergonzosas y deprimentes y que como sanción reciben el arropamiento del "espíritu de cuerpo" o un 1% de su haber mensual que no significa nada..
En un país donde "cualquier burro es doctor", no se trata solo de conocimientos, de la "cultura del cartón" en una sociedad con una deficiente educación y con universidades de pobre nivel. Hay que formar una generación de magistrados con ética, con valores y principios; hay que evaluar y valorar sus conocimientos, pero también su idoneidad para el cargo. Hay que fiscalizarlos -pero de a verdad- en lo emocional y en psicológico. Hay que terminar con la provisionalidad. Una Escuela de Magistrados que forme hombres de leyes, juristas y no solo fiscales o jueces, que ven en el sueldo un atractivo. Hoy el Poder Judicial esta corroído por sentencias evacuadas por gente que tiene "doctorados" y "maestrías", pero que sacan unas sentencias que son indignantes, vergonzosas y deprimentes y que como sanción reciben el arropamiento del "espíritu de cuerpo" o un 1% de su haber mensual que no significa nada..
Con relación al "financiamiento de los partidos políticos" , que es la segunda pregunta del referéndum. Lo primero que habría que preguntarnos es a que partidos políticos se refiere la pregunta. Hoy no hay partidos políticos en el Perú, hay plataformas electorales, cúpulas enquistadas que hacen política ante la indiferencia y el absurdo rechazo popular a la actividad, lo que ha originado que no lo mejor de la sociedad haga política activa y que esta este plagada mayoritariamente -y me apena decirlo- por gente mediocre, oportunista, incapaz, chamullera y por pendejeretes de diverso pelaje, que llegan para robar y no para servir. Este es un tema que merece un amplio debate, que no puede dejarse en manos de los seudo partidos políticos de turno, porque van a privilegiar siempre el interés de pasar el sombrero por el trafico de la influencia política o por el ilegal amparo del poder que buscaron los brasileños en el Perú.
Sin partidos políticos, sin institucionalidad, sin fiscalización, lo que se llama partidos políticos, hacen en el Congrezoo lo que les viene en gana y dan las leyes que les conviene, como la Ley de Financiamiento Ilícito de partidos. Y por eso esto del financiamiento se va a convertir en una "caja chica" en las campañas. Basta ver las "capacitaciones" que se hacen hoy con el dinero que reciben para tal efecto, para darnos cuenta de que lo que hay que desmontar o neutralizar, es que bajo el pretexto de ser partidos políticos, unas cúpulas corruptas hacen lo que quieren por el poder que detentan desde su "representatividad" en el Congreso. La aprobación de esta iniciativa esta ligada a las normas modificatorias de desarrollo posterior, que corresponden al Congreso y allí esta el detalle, porque no tengo dudas que van a tratar de neutralizar su efecto desde la Plaza Bolívar.
Sin partidos políticos, sin institucionalidad, sin fiscalización, lo que se llama partidos políticos, hacen en el Congrezoo lo que les viene en gana y dan las leyes que les conviene, como la Ley de Financiamiento Ilícito de partidos. Y por eso esto del financiamiento se va a convertir en una "caja chica" en las campañas. Basta ver las "capacitaciones" que se hacen hoy con el dinero que reciben para tal efecto, para darnos cuenta de que lo que hay que desmontar o neutralizar, es que bajo el pretexto de ser partidos políticos, unas cúpulas corruptas hacen lo que quieren por el poder que detentan desde su "representatividad" en el Congreso. La aprobación de esta iniciativa esta ligada a las normas modificatorias de desarrollo posterior, que corresponden al Congreso y allí esta el detalle, porque no tengo dudas que van a tratar de neutralizar su efecto desde la Plaza Bolívar.
Con relación a la no reelección de congresistas, creo que el pueblo peruano por actuar con el hígado va a terminar pagando un alto precio. Si no hay partidos políticos que formen. Si no hay cuadros políticos, el remedio va a resultar peor que la enfermedad y lo que se va a tener el 2021, es una fauna política peor que la que padecemos hoy. Esto debe merecer una profunda reflexión para participar en política y recortarle los espacios a los advenedizos, oportunistas, pendejeretes y mediocres que hoy campean en la política. El desprestigio de la clase política y la crisis de los partidos es indudablemente culpa de la sociedad en su conjunto, por la falta de participación masiva en la política activa, por problemas de educación, de compromiso social, de institucionalidad, de leyes para regular la actividad política. En la dirección anterior esta la cuarta pregunta del referéndum, que fue distorsionada por el Congreso para permitir la reelección de los actuales parlamentarios como Senadores, hecho que ha merecido la negativa a una iniciativa que nos devolvería a nuestra tradición parlamentaria y a un mejor filtro en la elaboración de leyes, aunque no necesariamente garantiza en los tiempos actuales una mejor calidad de representantes. Al final el repudio popular, el gasto excesivo, los privilegios hacen que estemos subrepresentados legislativamente y en una crisis sin solución a la vista por angas o por mangas.
Yo por todo lo anteriormente escrito, creo que el voto popular ya esta definido. Que este es un ejercicio democrático que no va a significar ni grandes cambios, ni una gran reforma. Que va a servir para afianzar el gobierno de Martín Vizcarra, que es un politico sin mayores brillos y que trata de terminar su periodo de la mejor manera. Al final una vez más acuñamos como país la frase de "Que algo cambie para que todo siga igual".