lunes, 20 de agosto de 2018

N° 481 - VÍCTOR RAUL HAYA DE LA TORRE - EL SER HUMANO

ROQUE BENAVIDES GANOZA:




En la re-edición de su libro "CAMBIO DE PALABRAS" (*) César Hildebrant escribe que "la política peruana se quedo sin repuestos". "Que a Sánchez lo sucedió Don Nadie, que a Towsend le tomo la posta el silencio, a Pedro Beltrán lo heredo la CONFIEP , de Barrantes solo queda la viudad". Que su libro no podría escribirse ahora por falta de elenco. Que quienes tenemos ya algunos almanaques encima y andamos iniciando el camino de salida, "tuvimos la suerte de asistir a un país mejor educado". Y es verdad, hoy la educación peruana esta en crisis, la cultura es ignorada o ninguneada, la política esta llena de mediocridad, de oportunistas, ignorantones, pendejeretes y gentes, que creen que la política es solo la búsqueda de "el poder por el poder".

Ya no hay líderes de solera moral e intelectual. Parafraseando a Hildebrant, yo diría que a ese Fernando Belaunde que me cautivo cuando niño por su memorable discurso cuando regreso de Punta del Este en 1967, lo pretenden reemplazar ofensivamente, los oportunistas y los mercantilistas, que hoy amparándose en sus lazos de sangre y en su dinero y apoyados por un puñado de serviles, controlan lo que ya no es esa  ACCIÓN POPULAR auroral marcada por el genio político de Belaunde. Es una fachada de partido en una crisis terminal, que hoy tiene como candidatos a  la "chimpunera" Patricia Chirinos, al cuestionado ex alcalde de Pucallpa Luis Valdez  y en Ica al ex candidato a Presidente Regional y ex congresista fujimorista, Eduardo Cabrera Ganoza, apodado "el loco", que entra como candidato por la puerta falsa del favoritismo y del fraude; y cuyo principal mérito es ser primo de la esposa de Alfredo Barnechea, que sabe que "en tierra de ciegos el tuerto es rey"; que tiene de acciopopulista y de Belaundista lo mismo que tiene de fujimorista -por poner un ejemplo- el Presidente del Congreso Daniel Salaverry, en una época en la que ya no hay partidos políticos sino plataformas electorales. 

En el contexto anterior, cuando el APRA  ha dejado de ser ya el gran y el único partido de masas de este país y  hay una militancia que lucha también  por mantener vivo el legado ético, político y moral, de Haya de la Torre; carcomido por  un alanismo que ha reemplazado en las nuevas generaciones, la historia del martirologio y la persecución aprista, por la corrupción y la leyenda negra que se acuña en los dos gobiernos de Alan García, de que al APRA ya no se entra a servir al país sino para hacer dinero, me entere del libro de Roque Benavides.

En la historia del Siglo XX,  Víctor Raul Haya de la Torre, es uno de esos grandes actores de la política peruana de la generación de novecientos. El libro de Hildebrant tiene una entrevista con el líder aprista de Marzo de 1971, pero es una entrevista que nos acerca al genio político de Víctor Raul, pero no a su historia personal, a esa historia que nos haga conocer al ser humano desde la perspectiva no del discípulo sino del familiar. Es aquí donde la publicación del libro "VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE - EL SER HUMANO", escrito al alimón por Roque Benavides Ganoza y Mochero Vásquez, resulta de interés, aunque de su lectura se desprende que la participación de éste ultimo, ha sido más de corrección de estilo o de apuntes determinados, pues es la pluma de Benavides la que marca la historia.

Cuando conocí sobre el libro y lo busque, pensé que se trataría de una edición estéticamente bien presentada y con una cuidadosa redacción y estilo. Pero al tomar el libro entre mis manos y comenzar a leerlo, debo decir que me sorprendió gratamente. No es un libro que pretenda materializar una primorosa edición en una diagramación bien lograda y una estética del idioma trabajada con precisión literaria. Es un libro escrito con el corazón y con el sentimiento, un  texto que -como lo indica el autor a lo largo de sus páginas- busca relatar su historia personal con Víctor Raul, las anécdotas que tiene con el líder aprista, con quien le unió una relación familiar pues era su tío abuelo. La vinculación con un hombre por quien Benavides Ganoza, guarda afecto, veneración y una marca indeleble en su vida, a pesar de no ser militante aprista. En suma un libro sin pretensiones literarias que sirve para conocer al Haya de la Torre hombre de familia.

Roque Benavides comenta anécdoticamente, que él nació en 1954, el mismo año que Haya parte al destierro. Que lo conoció en una casa que estaba en la Cdra. 2  de la Av. Arequipa, al costado del Comando Conjunto de la Fuerza Armada. Un dato curioso que tal vez ignore Benavides es que en esa misma cuadra vivió el General Odria. En la obra se conoce que  los "Domingos Vitartinos" de los jóvenes apristas con Haya en "Villa Mercedes" , se comía arroz con lentejita y tortilla de huevos fritos. Un dato interesante que aporta el libro a la biografía de Víctor Raul, es que éste nació el 22 de febrero de 1895, pero que fue inscrito en Enero de 1900, esto es cinco años después. Que su nombre esta escrito "Raoul" en francés y no Raúl en español, que a Haya lo inscribe un hermano de su madre de nombre Roque.

Un dato que tambien aporta el libro desde la perspectiva cultural, es que el pintor Macedonio de la Torre era primo de Haya. Para quienes tuvimos la suerte de conocer a Don Alberto Benavides, el padre de Roque y uno de los grandes referentes de la minería peruana; el libro cuenta como conoció este a Víctor Raul y a Doña Elsa Ganoza, su esposa, la madre de Roque y sobrina de Haya de la Torre. Relatando escenas de la vida familiar, el libro cuenta asimismo, la primera conversación de Don Alberto Benavides con el líder aprista, la relación familiar con el General Oscar R. Benavides y la conclusión de que el general podía querer preso a Haya como enemigo político que era, pero jamás verlo muerto.

Apuntes interesantes en el libro, son la devoción de Víctor Raul por el Padre Urraca y por la Virgen de las Mercedes, algo contradictorio si tomamos en cuenta la oposición de Haya a consagrar el Perú al Corazón de Jesús en tiempos de Leguía, pero que tiene que ver con la concepción aprista de un Estado laico. Asimismo, sobre como traía siempre consigo Haya de la Torre, hojitas de ruda para la buena suerte y su interés por temas esotéricos relacionados al más allá, teniendo como autor preferido al francés  Allan Kardeck. Una cita en el libro sobre los  Inkahuasis que eran los escondites apristas en tiempos de la persecución, me hizo recordar la historia que me contó el desaparecido ex ministro aprista Abel Salinas sobre un Inkauasi en el Cerro del Pino en tiempos de la persecución donde inclusive se guardaban armas.  

Roque Benavides consigna en su libro que fue candidato del FRENTE  DE IZQUIERDA DEMOCRATICA ESTUDIANTIL (FIDE) una organización de fachada del APRA  en la Universidad Católica y que entre elegir al desaparecido  Rodrigo Franco Montes y Mauricio Mulder Bedoya, escogió al primero como su Vice Presidente. En medio de esa candidatura Benavides cuenta que al conocerla  Haya le entrego cien soles y que Jorge Idiaquez -el histórico hombre de seguridad de Haya- lo reprendió por "picarlo" al Jefe. Al hablar de la lealtad partidaria Benavides nombra a Augustin Mantilla como ejemplo de lealtad y amistad, un dato que pinta de cuerpo entero su honestidad intelectual y ética, porque cualquier politico o empresario importante, ante tan controvertido personaje lo ignoraría en papel sobre tinta.

En una época en la que no hay partidos políticos, hay fachadas de partidos o partidos en crisis, sin formación de cuadros; merece especial atención, reiterar como lo hace Benavides en su libro, la preocupación de Haya de la Torre por la educación y la formación de cuadros a través  de las Escuelas de Formación Política en el local de Alfonso Ugarte. En medio de sus páginas Benavides hace una reseña de la generación aprista de los 70-80; de los coloquios en Villa Mercedes; cita dirigentes apristas, amigos de esos años y habla de Alan García Pérez como "un hombre generoso" al que "no le fue bien en su primer gobierno pero que su segundo gobierno fue magnifico". Con un poco de humor negro diría yo que a los gobernantes no les va bien o mal....hacen buenos o malos gobiernos, que el primero de Alan fue desastroso. Y si el segundo gobierno fue bueno -yo no diría que magnifico"- la percepción popular no fue esa y de allí el resultado electoral aprista de las dos elecciones siguientes.  Al final lo irónico es que aunque no se ha encontrado nada delictivo en él, hasta ahora se esta buscando la "generosidad" del erario público con Alán García, por la que supuestamente se  beneficiara economicamente él y algunos compañeros, como parte de la contradictoria historia de sus gobiernos, frente a un Haya de la Torre que vivió humilde y modestamente.

Víctor Raúl Haya de la Torre - El ser Humano, retrata un Haya compasivo con los pobres, entregando dinero a niños que vendían en la calle o dando posada en la casa del Pueblo o convocando médicos y abogados para hacer labor social. Roque Benavides recoge dentro del relato, el dolor que le causo la enfermedad y la muerte de Haya de la Torre, quien fue el que lo aconsejo para ir a estudiar a Inglaterra antes que a Estados Unidos por ser Europa la cuna de la cultura universal. Al final este es un libro sin mayores pretensiones literarias, con la simpleza del testimonio afectuoso, del  testimonio personal del sobrino nieto de Haya de la Torre. Un libro escrito con el corazón. Con ese "corazón en las manos" con el que Haya de la Torre le confiesa al autor de éste libro que él lo deja al irse a estudiar a Oxford.

(*) "CAMBIO DE PALABRAS", César Hildebrant, Penguin Random House Grupo Editorial, 2018. 

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