miércoles, 22 de agosto de 2018

N° 482 - "ALMA LLANERA"

LA MIGRACIÓN VENEZOLANA EN EL PERÚ:


                                                                                  
El Perú es un país históricamente jodido -económicamente hablando digo- aunque políticamente  podríamos decir que también lo es, si miramos la fauna política que nos gobierna. Desde que yo tengo uso de razón, nuestra economía nunca fue buena y aun cuando en las ultimas décadas se implanto un modelo económico que no es ni liberalismo, ni neo liberalismo, aunque tenga rasgos de ambos con un sello mercantilista basado en un modelo primario exportador que es el que lo caracteriza, la verdad es que se ha reducido la pobreza y se ha crecido, aunque algunos demagogos por buscar votos, en un país de ignorantes digan que no, porque lo que falla es la redistribución del ingreso.

En los años del gobierno de Alan García sobre todo, una gran cantidad de peruanos salieron del país, ellos están mayoritariamente cumpliendo el sueño americano, el sacrificado sueño americano; aunque hay gente en el Perú, que cree que vivir en Estados Unidos o en el extranjero, implica vivir en la bonanza absoluta y en el mejor de los mundos ignorando el sacrificio que representa alejarse del país, de la familia, trabajar bastante y volver a comenzar en una tierra extraña. 

Es necesario indicar que el peruano migrante, no ha sido, ni es necesariamente un dechado de virtudes o un "angelito". En Argentina y en Bolivia hay una selectiva delincuencia Made in Perú, que en La Paz por ejemplo,  es fácilmente identificada y detenida por su dificultad para correr en la altura; lo que no significa que se generalice al peruano ni que se le denosté,  porque como reza el dicho "Hay de todo en la Villa del Señor". En el contexto anterior son reprobables las declaraciones de Ricardo Belmont contra la migración venezolana -de las que tuvo que retractarse a medias- y sobre todo lo son también más, sus reacciones ante las criticas a su dicho, llamando "delincuentes" a quienes reprobaron sus declaraciones y su conducta. Una xenofoba declaración que le va a costar un buen número de votos.

Hoy en el Perú ya no necesitamos ver el doloroso problema de los refugiados en el mundo por televisión, lo tenemos en nuestra frontera norte, en nuestras carreteras, en nuestras ciudades. Y olvidando que muchos peruanos viajaron sobre todo en los años setentas a Venezuela, hoy ciertos sectores -en un país mayoritariamente católico- olvidando la compasión y el amor al prójimo por el que muchos se golpean el pecho en las iglesias del país, rechazan a esa  gente que viene de Venezuela huyendo  de la dictadura y de la crisis económica del gobierno de Nicolás Maduro; y lo hacen bajo el argumento de que o le quitan trabajo a los peruanos o son delincuentes. 

Y lo concreto y lo real es que aquí hay un principio de solidaridad que articular. Que hospedar o acoger a alguien en tu casa por humanidad, te va a generar indudablemente algo de incomodidad pero es un compromiso humanitario hacerlo. Que muchos profesionales calificados venezolanos están trabajando en oficios menores aunque dignos y que habría que darle cierta organicidad a esa inmigración. Y lo anterior porque por ejemplo, una de las profesiones de las que adolecemos sobre todo en provincias es de médicos especialistas. 

En Tumbes  la gente se va a atender a Ecuador porque no hay especialistas y Lima le queda muy lejos ¿Porque no contratar especialistas médicos y enviarlos a diversas zonas del país?. Yo empadronaría a los técnicos y profesionales y los absorveria en el aparato productivo del país en lugar de que estén desperdiciados en trabajos de poca monta. Este es un país que adolece de técnicos y de profesionales. Alguna vez en México conversando con un alto funcionario del gobierno del PRI, me decía que el Estado mexicano siempre se vio interesado en absorber gente ya formada, que venga a aportar conocimientos y cuya educación no le haya costado al país.

El gran problema del Perú es la falta de imaginación de sus gobernantes. El que por mediatismo y por querer congraciar a todos, no se toman decisiones. No basta ser solidario ni humanitario, aquí hay una excelente oportunidad para integrar los profesionales y técnicos que necesitamos; mientras esperamos que el mismo ejercito o mejor dicho las fuerzas Armadas que hoy sostienen al dictador lo terminen derrocando. Cuando ese día llegue, estoy seguro que despediremos a nuestros hermanos venezolanos con lagrimas en los ojos, llevándose parte de su historia personal, una pareja o hijos nacidos en éstas tierras. Un Perú en el corazón y en las maletas.  Somos un país hospitalario. Compartamos lo mucho o lo poco que tenemos. Abramos los brazos hoy a quienes nos acogieron ayer en tiempos difíciles para nosotros.






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