martes, 10 de julio de 2018

N° 478 - VIGENCIA DE GONZALES PRADA

ESTO NO ES PUS..ESTA ES UNA CORRUPCIÓN DE....




Este 22 de Julio se cumplen cien años del fallecimiento de Manuel Gonzáles Prada y sus palabras siguen vigentes, siguen retumbando en la conciencia nacional; siguen doliéndonos en el espíritu y en el alma del pueblo al contemplar la escena contemporanea, la podredumbre moral de nuestra clase dirigente. 

Y es que este es un país surrealista, un país en el que los políticos y las clases dirigentes, buscan parecer y no ser; hablan de "democracia", de "igualdad" de "honestidad", del "bienestar de los más necesitados" y lo que hay en la realidad, son instituciones de medio pelo; caricaturas de partidos corroídas por la corrupción, donde lo que prima es la mediocridad, la falta de institucionalidad, de cuadros, de valores democráticos y el interés personal; en un país fracturado, sin institucionalidad o mejor dicho con una precaria institucionalidad, con grandes y graves diferencias que además de las económicas -son las educativas y culturales las que agigantan la brecha- generan en diversos ámbitos del andamiaje social, parcelas de poder, para mantener privilegios o negociar, en la estructura y la dinámica social; en la relación ya sea de gobernantes y gobernados o entre pares entre si. Todo lo anterior puede ser una verdad sabida, una verdad de perogrullo, pero es el marco necesario para entender lo que pasa.

En un país donde se discrimina por el color de piel y/o por el estrato social, en un país donde se privilegia el valor del dinero; donde el influentismo es parte de las necesidades de la vida social o de la vida diaria de los peruanos. En país donde  la mediocridad con poder ha sentado raíces; la corrupción, las practicas corruptas, los enjuagues personales y el uso de los resortes del poder en beneficio propio son algo que se sabe desde siempre. Pero una cosa es saberlo y otra cosa es verlo

Ante el cinismo, las explicaciones y las leguleyadas de los actores involucrados en los audios, lo único que cabe es indignarse, articular los resortes de la sociedad civil y de  la opinión publica; que las instituciones involucradas en este penoso espectáculo que nos pinta como sociedad,  presenten resultados antes que estas iniciales declaraciones de rechazo que son de cajón. Es de esperar que en medio de este doloroso espectáculo que nos avergüenza como nación; que la bendita reforma del Poder Judicial se realice. No solo porque la  seguridad jurídica en un país como el nuestro es fundamental, sino porque debe materializarse de una vez por todas. Algo que debo confesar veo con cierto escepticismo porque en mi ya dilatada carrera he visto pasar varias "reformas" que no reforman nada y una administración de justicia que no satisface las necesidades del país ni el interés nacional.

Y es necesario decir además, que la urgente reforma del Poder Judicial tiene varias aristas. Una es la falta de recursos humanos, otra la infraestructura, otra como se distribuye el presupuesto. Y lo primero que hay que decir es que la universidad no forma jueces, forma abogados y ya no se si ahora la crisis y el mercantilismo de la universidad en el Perú los forma. Porque formar jueces implica en un país "donde cualquier burro es doctor" valores éticos, idoneidad, sensibilidad social, vocación de servicio. Ademas de capacidad lógicamente. 

Y digo esto porque además de la lentitud del poder judicial, de la excesiva carga procesal, el gran problema últimamente es la mala calidad de las resoluciones judiciales. Resoluciones que vulneran principios básicos del derecho, que son inaceptables desde el punto de vista de gente que conoce supuestamente de derecho; resoluciones irritas que significan perdida de tiempo y de dinero. En esa dirección otro gran problema en la crisis del Poder Judicial es la falta de un adecuado control interno. El espíritu de cuerpo ha terminado haciendo estéril e ineficiente la función de la OFICINA DE CONTROL DE LA MAGISTRATURA (OCMA) sobre todo en provincias, donde hay cortes pequeñas, todos los jueces se conocen y hay una subordinación a los de las instancias superiores.

Ahora bien, lo que se ha desnudado en éste escandaloso trafico de influencias, en las corruptelas delictivas del Poder Judicial, es un problema que enfrentamos como sociedad. La falta de valores, de ética, de una honestidad que se proclama pero no se cumple. Algo como lo que pasa en mi partido, en ACCIÓN POPULAR donde el Sr. Barnechea, el Sr. García, Diez Canseco y los inefables Del Águila padre e hijo, repiten que, el partido que le han robado y usurpado al país y al legado de Belaunde es "la reserva moral del Perú" y lo que hay es una letrina de intereses personales o de grupo, donde han dado cabida como "candidatos" -y no por sus calidades personales- a gente como Luis Valdez o Patricia Chirinos y otros cuestionados candidatos a lo largo y ancho del país; en una espiral de demagogia, mercantilismo, oportunismo, electoralismo y destrucción de la poca institucionalidad existente, para controlar el partido como si fuera su chacra, porque lo único que se busca es "el poder por el poder".


Los audios que vienen saliendo y los que están por salir, dejan al descubierto el gran drama nacional sobre el que escribiera Manuel Gonzáles Prada, con tanta agudeza. Y la preocupación es que bajo el equivocado criterio que se afecta a la "institucionalidad" se esconda la podredumbre debajo de la alfombra; se sancione solo a las cabezas visibles de éste escándalo sin ahondar en las investigaciones  y se termine con "reformas" que no reforman nada. En la dirección anterior, es necesario rechazar la intervención policial sin autorización fiscal, en el INSTITUTO DE DEFENSA LEGAL (IDL) concretamente en IDL REPORTEROS, que es el brazo periodístico de la institución y que parece una maniobra de amedrentamiento, que se engarza dentro del espíritu de cuerpo de jueces y fiscales supremos, destinado a descubrir quien filtro la información, que termina destapando estas corruptelas, que los perjudica,  que perjudica a la institución y "malea el negocio" para hablar en términos gasteriles. Una información que por los canales formales se hubiera escondido u ocultado a la opinión pública.



Finalmente, hay que mirar de una vez y con voluntad política a la educación. Necesitamos formar ciudadanos, gente que entienda el valor de lo colectivo. Que la ética, la decencia y los valores se hagan carne y que habiten entre nosotros. Cualquier sistema corroído o conformado por gente corrupta, deshonesta, pendejerete y sin valores colapsa. Cualquier sistema sin organización, ni fiscalización no sirve. Lo sucedido es una corrupción a la que hay que llamar por su nombre y no con los  diminutivos con los que los peruanos estamos acostumbrados a tratarnos, como se puede escuchar en los audios. Que dios nos coja confesados. Veremos que pasa.


FOTO, MAYOR INFORMACIÓN Y AUDIOS: https://idl-reporteros.pe/

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