martes, 28 de julio de 2009

N° 79 - MASAJE PRESIDENCIAL


LA CONFIANZA Y EL OPTIMISMO EN LA POLITICA:


Es difícil que el ciudadano común y corriente crea en la palabra de sus gobernantes o de su clase política, cuando éstas son simples frases hechas que se contraponen a la realidad. Que se hable de inclusión social y se gobierne sin embargo, pensando en el voto urbano, trabajando medrosamente o de espaldas a aquellos que en los rincones más alejados de la patria están olvidados por el estado, el gobierno y la nación; ajenos a las bondades de la democracia y olvidados por los beneficios del progreso y del desarrollo, en la medida que el discurso oficial entiende que hay ciudadanos de primera y de segunda clase. Porque es imposible que el pueblo confié en la voluntad de diálogo, cuando éste se subrdina al cálculo político, a la subestimación del interlocutor o al temor a ejercer el poder y la autoridad por electoralismo barato.

En el contexto anteriormente descrito, es poco convincente que se afirme defender la democracia, cuando la corrupción tiene un manto de impunidad y de complicidad ante la opinión pública, porque es claro percibir que desde el poder se busca esconder el hilo conductor que mantiene a ésta ligada al gobierno. Un gobierno que presenta como los anteriores cifras en azul y crecimiento económico, pero no reducción real de la pobreza, redistribución real de la riqueza, inversión, desarrollo, bienestar e inclusión social. El problema del Perú es que el país real dista mucho del de sus cifras en azul. Que solo una parte de la población fundamentalmente urbana y en contacto con la modernidad es favorecida por ese desarrollo que termina siendo estadístico, de caja chica.

Sin la obligatoria reforma del estado que el país requiere, la retórica efectista, el gesto, la pose, el voluntarismo y la buena intención dejan entrever que el segundo gobierno de Alan García nos muestra un liderazgo que es electoral, mediático, populista, escénico y bien articulado; pero que no solo, no tiene el nivel del estadista ni la capacidad de gobernante que el país requería para entrar en el Siglo XXI, sino que es menor del que se nos vendio en dos oportunidades, en imagen, sonido y fidelidad. García prefirió la simple reivindicación de su biografía político personal a la reforma que un estado nacional requería para llegar sostenidamente, con eficiencia y con vigor a los más pobres. García prefirió en una coyuntura complicada, nombrar a un disciplinado subordinado aprista, a un personaje sin mayor vuelo político, que a un técnico con la visión y el liderazgo necesarios para generar confianza y condiciones de inversión efectivas y rentables para el desarrollo de un país que no solo no sabe gastar en obra pública, sino que no tiene la gente capacitada para hacerlo. La realidad es que si hay dinero, un proyecto de inversión y de progreso debe reducir la pobreza rural no solo en la demagógica ficción de las cifras sino en la realidad.

Alan García, en un país que desdeña la cosa pública y es indiferente con el patrimonio del estado, porque no hay una cultura del valor de lo colectivo; insiste demagogicamente (sin crear conciencia de la necesidad de un cambio de actitud frente al patrimonio de todos los peruanos) en que hay que darle mayor participación al pueblo en la inversión pública. Un hecho que (sin capacitación, sin capacidad de gestión, de gasto calificado y de calidad, relajando los controles y la fiscalización necesaria en un país como el nuestro) terminará por varias razones sin mejores resultados; en un mayor pillaje del erario público y en una mayor corrupción, que no se combate con soleados penales exclusivos para delincuentes de cuello y corbata, para corruptos.

García en el tramo final de su gobierno, tiene un problema evidente de creatividad política, de comunicación y de desgaste. Su liderazgo esta maltratado no solo por su propia gestión, sino por el hecho de que ya no es el jóven bien hablado y carismático de los ochenta que podía remontar la cresta de la ola con su presencia y con su verbo. Hoy es indudable que Alan García no se ha podido sacudir de su pasado; que el partido aprista no es capaz de estar a la altura de las necesidades del gobierno y que la oratoria y el discurso político de líder aprista, no llegan a revertir la percepción del ciudadano común y corriente frente a determinados actos de su gestión, con la misma eficiencia de antaño.

El afirmar que nuestra capacidad operativa bélica está al cien por ciento, es otra de las afiebradas visiones demagógicas de Alan García, que bien pudo decir que éste estaba en un caro y bien llevado proceso de optimización y quedaba bien. El diálogo de sordos del Presidente de la República y su instinto de supervivencia, le hacen plantear una renovación del Congreso para capitalizar el desgaste y el malestar del ciudadano frente a la clase política y centrarlo en el Congreso. La renovación del parlamento por mitades y la segunda vuelta electoral en las regiones y en los gobiernos locales, son medidas acertadas y necesarias; pero tienen que ser política y legalmente tratadas y no puede presentarlas como una bandera reivindicativa propia, como un enfrentamiento de poder a poder que liderado por él y por el bienestar de país, se solucionará por referéndum. Eso es socavar la democracia que dice querer afirmar.

En el cuarto año de su gobierno, García cincela un discurso con muchos evidentes vacíos, habla como en los ochentas de refundar el estado, anota de que en el bicentenario de la independencia debemos ser un país del primer mundo. Y lo concreto y lo real es que la historia será testigo de que nuestro subdesarrollo cultural, político y cívico nos mantendrá en el tercer mundo. Que en esa refundación necesaria poco hizo el segundo gobierno de Alan García. Que la confianza, la auto estima y el optimismo no se insuflan por decreto. Y que la descentralización a la que nos empujo Toledo por su precariedad y necesidad política, si bien es necesaria, va a ser un largo y tortuoso proceso que se lanzo sin las condiciones adecuadas y al que ahora no basta una escuela de gerentes públicos.

Al final, la patria que sentimos quienes todavía tenemos vida, exige históricamente coherencia entre el dicho y el hecho. Y la nación que sustenta el concepto de patria, ha escuchado y se ha dejado seducir por mejores piezas oratorias de García. Que en lugar de un mensaje presidencial, termina buscando relajar al pueblo en su frustración y en sus tensiones. Dando un simple masaje Presidencial que no basta.




domingo, 19 de julio de 2009

N° 78 - ORDEN E INCLUSIÓN


ENTRE EL BUSTO PARLANTE Y EL PREMIERATO:

El Sr. Dr. Javier Velásquez Quesquén, es un hombre coherente y que predica con el ejemplo. El lema con el que el Presidente de la República ha bautizado su premierato, es "Orden e Inclusión" y el antecedente político es que, lo primero que hizo al llegar a la Presidencia del Congreso de la República, es incluir en el primer poder del Estado, a sus paisanos, a sus compañeros, a sus recomendados y a sus amigos, en número de trescientos (300) y así no estuvieran capacitados para el cargo. El llamado Señor de Sipán, dice Alan García, que es un buen gerente, tal vez lo diga porque como es político puede ser o mejor dicho parecer, gerente, ingeniero, astronauta, torero y hasta lingüista, aunque sea magister y doctor en derecho y maltrate el castellano como lo maltrata.

Lo que no ha dicho Alan García, es que la palabra orden no se refiere a disciplina, ni a seguridad, sino a cumplir órdenes, que es lo que debe hacer Velásquez Quesquén, porque para eso ha sido elegido o mejor dicho premiado con un cargo que desde el juramento le queda grande. Una percepción que hace unánime su nombramiento. Porque en el último tramo de su gobierno García, requiere un interlocutor sumiso que no eclipse su imagen; porque el Dr. García necesita que el gallinero este tranquilo para que él a la manera de los mejores tiempos del PRI, sea el que destape a su sucesor o al que mejor dicho quiere y cree que lo debe suceder, para devolverle el poder el 2016. Porque Rafael Rey no está en el Ministerio de Defensa porque en el gabinete se necesite un político duro o disciplinado, sino porque tiene que ir asegurando el frente electoral y eso se asegura en Lima y con cargos; porque Rey Rey es la versión laica de Monseñor Cipriani y hay que estar bien con la Iglesia o mejor dicho con el Opus Dei, que es el que gobierna Roma; de la misma manera que hay que estar bien con la CIA, que es la razón por la que el Almirante Giampietri fue Vice Presidente de la República y los gringos le dieron el pase al candidato aprista.

En el contexto anterior, Rafael Rey puede tener a Dios en los labios pero a la hora de hacer política, es menos escrupuloso y más radical que Flores Araoz , quien es capaz de decir no por principios aunque tenga que comerse algunos sapos como los que se comió por una calata y una bandera o por el Museo de la Memoria. En esa dirección, Alan García sabe que necesita políticamente de Jorge del Castillo, aunque no lo pueda tener ya en el gobierno, por eso nombra a su alfil de Ministro de Justicia. Y en un país donde el Estado no vale un carajo, donde todo el mundo quiere hacer plata a costa de la cosa pública, el Presidente mueve sus manos, hace de ventrílocuo y el Premier dice que va a incentivar la inversión pública, que se va a enfocar en las obras de menor cuantía; lo que significa que en el último tramo del gobierno, los émulos de Romulo León y de Don Bieto, van a terminar en los Municipios y en los Gobiernos Regionales, levantándose en peso el país. En el Perú puede ser burocrático y engorroso el procedimiento de inversión pública, pero con tanto pillo suelto y sin una conciencia colectiva del valor del servicio y de la cosa pública, es necesario.

Ahora bien, no se trata de invertir más, se trata de invertir programadamente y bien. Y para eso se necesita capacidad, gerencia, visión y honestidad, algo de lo que adolece el servicio público, fundamentalmente en provincias, precisamente por la demagogia del mismo Alan García, quien en uno de sus arrebatos histriónicos y mesiánicos rebajo por decreto los sueldos del Estado. García ha estructurado un gabinete buscando controlar el frente interno (el interior de su partido) y el externo (el gobierno) en función de sus intereses personales. Él ,que aspira a ser el Piérola del Siglo XXI cree que sin reformas profundas, ante la carencia de líderes, puede dejar la mesa servida para el 2016 y ser electo para un tercer mandato. Esa misma arrogante y soberbia intención la tuvo el 2000 y el tiro le salió por la culata. Con estos antecedentes el Señor de Sipán va a terminar licenciado en muy poco tiempo, lo va a matar políticamente el ritmo del titiritero o finalmente el pico de loro.


sábado, 18 de julio de 2009

N° 77 - CUENTO CHINO


FUJIMORI Y SU ALEGATO DE DEFENSA


El chino y sus achichincles, como el Congresista Carlos Raffo, se creen listos, siguen subestimando al pueblo, siguen burlándose de la inteligencia ajena y del sentido común. Como este es un país de ignorantes, de gentes sin cultura política, de masas empobrecidas que solo saben estirar la mano, Fujimori utiliza el tribunal de justicia, para impulsar la candidatura de su hija Keiko, para aparecer como "salvador de la patria", para justificar lo injustificable: el saqueo de las arcas fiscales en beneficio propio; con el agravante que con el cinismo propio de una mejor causa política, se declaró inocente de los delitos de peculado y falsedad ideológica, aduciendo que los quince millones de dólares (US. 15´000,000.00) que entregó a Montesinos, los devolvió y no solo eso, sino que fueron entregados para evitar un golpe de estado.


Fujimori pretende que el ciudadano común y corriente, crea que el poder la Primera Magistratura del país, que la institucionalidad democrática, que la presión internacional frente a un golpe de estado y el liderazgo que decía tener, no le servían de nada frente a Montesinos y la cúpula militar; que solo una maleta llena de dinero podría traer la paz o mantener la democracia en el Perú, porque él era una víctima de Montesinos, que estaba prácticamente secuestrado por un poder oculto que era el que detentaba Montesisnos y sus entorchados amigos. Es decir, Fujimori nos vende ahora la historieta de que el chinito todopoderoso no existió jamás. Que el que gobernaba en palacio era un hombre sin carácter, un hombre bueno y honesto, que no se robo un sol del Estado.


El problema de Fujimori, es que el ciudadano común y corriente no lo juzga jurídicamente hablando, que quienes lo juzgan son gente de derecho con una vocación de impartir justicia y un precedente importante en la historia contemporánea. Que esa proclama politiquera frente al tribunal, de que "el pueblo ya me absolvió", no le va a servir de nada si su hija no gana las elecciones el 2011. Que una cosa es que los descamisados de este país reconozcan que hubo obra pública concreta, un modelo económico a seguir que ha generado crecimiento económico (pero no justicia social) y otra que cierren los ojos a un gobierno probadamente corrupto e inmoral que se levantó el país en peso, un gobierno frente al que es imposible negar que el destape de sus corruptelas, la publicidad de sus raterías y el juzgamiento de todos sus latrocinios, no le va a hacer mella electoralmente por más que cambie de cara. Lógicamente que lo anteriormente expuesto, es una cosa muy diferente a decir que el Fujimorismo esta electoralmente sepultado.


En lo sustantivo, los argumentos cojuridicos del japones, de que devolvió los US. 15´000,000.00 (independientemente de que fueran billetes diferentes) de que fue una medida extrema para evitar el golpe y no la indemnización a su socio por los servicios prestados; de que esta frente a un tribunal predispuesto en su contra, no le van a servir de nada, ni ahora ni después, porque yo no creo sinceramente que Keiko llegue a ser Presidente, por más que ahora la encuentren en una posición espaciamiento. La democracia y la sociedad peruana saben el tipo de clase política que tienen y están resignados a convivir con ella. Pueden cometer dos veces el mismo error, pueden estira la mano, aplaudir y callar. Pero lo que no van a hacer jamás, es terminar atentando contra su dignidad y su honor como nación.





sábado, 11 de julio de 2009

N° 76 - EL SEÑOR DE SIPAN


JAVIER VELASQUEZ QUESQUEN PRIMER MINISTRO


Es indudable que entrando a su cuarto año de gobierno, con el desgaste propio del régimen y los problemas de gobernabilidad que enfrenta el segundo gobierno de Alan García, no hay mucha gente independiente y de prestigio que quiera ser Ministro de Estado, en un gobierno que no ha querido asumir el reto de realizar reformas profundas, que se ha contentado con mantener el rumbo y lograr el objetivo y la política de estado, de reivindicar históricamente al Presidente de la República, en la perspectiva de un tercer mandato presidencial, en un país que hoy no tiene liderazgos significativos y desequilibrantes para decirlo en términos futbolísticos.

En el contexto anteriormente citado, cuando la ciudadanía esperaba un nuevo gabinete, un gabinete que le de confianza e ilusión, que realmente exprese un derrotero alejado de intereses personales o partidarios; el elegido como Primer Ministro es no solo un militante aprista, sino un hombre cercano a Jorge Del Castillo (con lo que el mensaje al interior de Alfonso Ugarte es claro) y el que sea militante aprista no esta mal, es comprensible, pero este nombramiento, en la coyuntura política actual y habiendo militantes apristas con mayores pergaminos y experiencia política, resulta además de tomado con pinzas, poco conveniente para los intereses del propio gobierno y de la nación.

En lo sustantivo, su gestión como Presidente del Congreso no ha sido buena, no ha encumbrado un liderazgo importante ni política, ni administrativamente, ha estado chamuscada por denuncias de compadrazgos políticos, de clientelismo partidario (de extracción lambayecana) por escandalosos trinquetes que salieron de su propio despacho y que obligaron a renunciar a su secretaria personal. Velasquez es en concreto un operador político por excelencia, un militante leal a determinados liderazgos partidarios, un hombre de segundo nivel en el APRA que es encumbrado como Presidente del Congreso, en medio de las pugnas internas (de los que están por encima de él) pero de allí a nombrarlo Presidente del Consejo de Ministros; un cargo que requiere otro perfil, una visión de estadista, una creatividad y una sensibilidad que sin duda el político lambayecano no tiene; hay una gran distancia. Indudablemente que los nombramientos del nuevo gabinete responden a un juego político interno que no es disparatado y tiene una lógica personal, partidaria, pero no basada en los intereses del Estado y del país.

Que puede hacer en el Ministerio de Defensa, un hombre como Rafael Rey Rey, que frente a lo que es una aparente política de estado, de renovar nuestro armamento, de seguro va a volver al ingenuo mensaje de paz y amor de gobiernos anteriores frente al armamentismo chileno. Un hombre que mientras los vecinos del sur compran y compran pertrechos de guerra, fiel a sus creencias religiosas, va a hablar de pacificación en la región, de que no vamos a incentivar la carrera armamentista. El nombramiento podría entenderse más allá de los intereses del Estado, en la perspectiva de un ministerio reservado para los aliados del APRA; un nombramiento que renueve la alianza más allá del último tramo del régimen, para afinar la candidatura aprista del próximo proceso electoral. Y lo del Ministro del Interior es sinceramente preocupante. Ya antes probaron los apristas, que no es lo mismo ser Director de la Policía que Ministro de Estado pero insisten en lo mismo. Su afán de apristizar la policía es de vieja data; más que un nombramiento eso parece una obsesión.

En el caso del Ministro de Comercio (invitado en UN) queda clara la fragilidad de las lealtades o de los amores partidarios, al igual que en el caso del Ministro de Vivienda, que siendo elegido alcalde por SOLIDARIDAD NACIONAL, el que dicen que es "el partido" de Castañeda; ni siquiera pidió permiso, ni necesito renunciar, simplemente se puso el fajín, juramento y punto. Mención aparte merece el nombramiento de Aurelio Pastor en el Ministerio de Justicia. Hombre igualmente cercano a Jorge Del Castillo, Pastor es un político que indudablemente tiene futuro y al que el cargo le va a servir para sus perspectivas futuras y para definir si realmente es algo más que un político mediático y articulado.

Uno de los problemas de la política y de la democracia peruana, es que los políticos o los aspirantes a políticos, se quedan solo en la ilusión y en la meta de ser congresistas o alcaldes o regidores y eso implica no solo un tipo de trabajo politico, sino un perfil de personaje. Los partidos no forman gente con visiones de estado, solo alimentan intereses personales que se quedan en trinquete, en la componenda, en el gesto, en la pose y en la coyuntura. Y por esa razón, a la hora de llegar al poder, cuando las cosas no son muy fáciles, se termina nombrando como generales a capitanes. Haciendo que la gente, el ciudadano común y corriente y los medios de comunicación independientes, más allá de la tregua política obligada, en lugar de sentir confianza en sus gobernantes, se sienten simplemente a mirar que pasa.

viernes, 10 de julio de 2009

N° 75 - NO UNA SINO MUCHAS MUERTES


A PROPÓSITO DE LOS TRÁGICOS DECESOS
DE PERSONAJES PÚBLICOS


Pocas veces la muerte se exhibe de manera pública, tan trágica y tan descarnadamente humana, como las muertes de diversos personajes de la farándula en los últimos días. Pocas veces un hecho tan natural y ajeno nos sensibiliza, nos hace sentir más humanos que nunca, nos hace condicionar nuestros pasos en la vida para alcanzar la vida eterna o la inmortalidad (que es lo mismo) reflexionar sobre la existencia de Dios (porque si no hubiera muerte lo más probable es que no hubiera Dios o dioses) sobre el necesario desarrollo espiritual en nuestras vidas, que nos hace girar entre la religión y la filosofía, entre ser creyente y ser agnóstico. En estar totalmente convencidos del carácter único y personal de la experiencia.

En ésta dirección, es indudable que la muerte es la llave que nos abre la puerta de la vida misma y la expresión más consciente y más lúcida del conocimiento de la verdad absoluta, desde el punto de vista personal y universal. Porque la conciencia que tenemos de que la muerte algún día llegará, la hace anidar en nuestra existencia, sentimientos diversos, que tienen que ver con nosotros mismos y con nuestra personalidad. Sentimientos que van desde la indiferencia o el dolor, cuando se trata de la muerte ajena o de miedo cuando tiene que ver con la muerte personal.

Es que la muerte nos enfrenta ineludiblemente con el ejercicio de nuestra libertad individual para tomar una posición definida frente a la existencia del bien y del mal en relación con nuestros actos; es que la muerte nos obliga a la búsqueda de respuestas para entender el sentido de la vida, para calibrar nuestra fragilidad y nuestra ignorancia frente a la esencia y el valor de todo lo que nos rodea y que muchas veces no percibimos o ignoramos.

Al final las muertes de diversos personajes públicos, que trágicamente se han presentado ante nuestros ojos como una noticia de primera plana, exacerbando el morbo, incentivando la criolla costumbre del cuestionamiento a la vida ajena y recordándonos por añadidura que algún día ésta nos tocará con su manto; no es otra cosa que una imagen más de la vida. La eterna discusión de lo que desconocemos; la realidad que hace que los seres humanos seamos finalmente iguales.

martes, 7 de julio de 2009

N° 74 - SOLTARON AL LEÓN



CORRUPCIÓN DEL SEGUNDO ALANISMO:


Quien conoce de andares judiciales sabe que para variar una orden de detención se requieren tres elementos: Existencia y suficiencia de elementos probatorios que vinculen al encausado con la comisión del delito; prognosis de pena y peligro procesal; además de los requisitos anteriormente expuestos, se necesita que el pedido para la variación del mandato de detención por el de comparecencia o sea la libertad, se sustente también en nuevas pruebas.

En el caso de Don Rómulo León Alegría, existen suficientes elementos probatorios que vinculan al encausado con la comisión no solo de éste delito sino de otros delitos, un hecho que hace presumir una sentencia condenatoria (prognosis de pena) existiendo además peligro procesal, porque hay la posibilidad de que el encausado se fugue. En el contexto anterior, además de que los tres elementos procesales no se dan para variar el mandato de detención, no hay nuevas pruebas que abonen por la inocencia del papá de Lucianita y esto porque las pruebas que sirvieron para abrir instrucción, ni siquiera se han terminado de actuar y la CPU del ex ministro de Pesquería del régimen aprista, tampoco se ha analizado. Es decir a pesar de no cumplir el pedido de variación de mandato con los presupuestos procesales requeridos por ley, se le ha variado el mandato de detención por el de arresto domiciliario, en una cuestionada resolución que tiene errores de fondo y de forma, como el que la dirección consignada para el arresto domiciliario no existe.


En el sistema judicial peruano hay miles de litigantes, de inculpados que solicitan una variación de mandato de detención por comparecencia y ésta le es denegada porque los jueces consideran generalmente, que no se dan los tres elementos o porque arguyen en resolución motivada, que no hay nuevas pruebas. Pero como justicia perfecta e imparcial no existe en el Perú; como la administración de justicia aquí, es sesgada y favorable al que tiene relaciones, poder político o dinero; en un Poder Judicial controlado por el APRA, resulta lógico que, en la causa más emblemática para graficar la corrupción aprista en su segundo mandato; a Romulo León Alegría se le libere para que quede firmado el fraternal pacto infame de silencio cómplice, que no necesariamente tiene que suscribir Alan García y que años atrás firmara igualmente entre catacumbas Agustín Mantilla


Para la disciplinada militancia aprista, que en público critica a Rómulo León y en privado le dice "hermanito" y negocia con él; el partido está por encima del país, el gobierno por encima del partido y Alan García Pérez (que espera volver al poder el 2016) por encima de todos. En ese camino por limpiar la imagen de un mal gobierno anterior y ser Presidente de la República por tercera vez; en esa búsqueda del interés propio, del culto a la personalidad y la obsesión por la imagen frente a la historia; el Alan García Pérez del Siglo XXI es bombero, conservador, liberal; un mandatario que expresa que se puede gobernar con los ricos pero no contra los ricos, que no emprende reformas profundas, que en su afán de no quemarse ha perdido el rumbo de lo que es conducir los destinos de la patria; cuando el problema de un país como el Perú, hace rato que no es solo un problema de representación sino de gobernabilidad.

Y no basta una simple declaración del Premier del enojo Presidencial frente a la arbitraria e ilegal medida, porque su socio abogadil de 1978 y amigo de partido (de toda la vida) del Presidente de la República, es hoy Presidente de la Corte Superior de Lima; el mismo personaje (en el mismo cargo) que fue el operador político del APRA en el Poder Judicial de 1985 a 1990, cuando inauguró sabe dios con que fondos una lujosa mansión en La Molina. Y es que en todo esto hay un manto de impunidad; porque hay una serie de personajes políticos apristas, que aparecieron en los audios y ni siquiera han sido llamados a declarar; porque la sala que juzga a Romulo León, esta conformada con jueces cercanos a Vega Vega, porque el retraso es lo real y los pedidos de celeridad la simple fachada. Y en medio de este truculento panorama, es obvio que el escándalo se tape porque termina salpicando al gobierno y al partido aprista.


Al final el León de la corrupción anda nuevamente suelto, termina doblegando y comiéndose una vez más los valores democráticos, la decencia, los principios; termina demostrando al país que la justicia tiene clase social, que no es igual para todos; que el culto a la indiferencia frente a la cosa pública nace del poder, de las élites políticas y las clases dirigentes que gobiernan los destinos de este país, cubileteando el destino de la patria en los ágapes y en los eventos sociales. Y es que en este país no solo hay ciudadanos de primer y segundo orden, hay también la chauchilla, esos que estiran la mano, que por unos soles hacen líder o aplauden a tanto adefesio que hay en la política. Gente como esas señoras que reclamaban en las afueras de San Jorge por un Romulo León que "se preocupa por los pobres, que había dado agua, hecho puentes, carreteras...". Al final hay un nexo común, ambos personajes se preocupan por sus intereses personales, por sus bolsillos, por su economía. Estos son en el Perú los altos intereses de la patria.










domingo, 5 de julio de 2009

N° 73 - MAMANCHURA


NUESTRA FOLKLÓRICA Y PENOSA REALIDAD


Nadie puede negar que el asesinato de Alicia Delgado es un hecho penoso, un tema de portada que los medios de comunicación social se han encargado lamentablemente de utilizar y sobre exponer con fines comerciales; comprobando que somos en el fondo un "pueblo chico", una sociedad mojigata y alaraquienta, donde si el morbo, la curiosidad y la especulación venden; tratándose de putas, de mariconadas o de situaciones truculentas de personajes populares, venden el doble.

Y es que la sobria y seria prensa peruana, tan crítica de los políticos, de otros"personajes" y otros "grandes temas nacionales" demuestra en el tratamiento del tema, sus excrecencias, su mercantilismo (como antes demostró su espíritu de cuerpo, escondiendo el hecho del colega que se mató borracho) explotandolo de manera tal que la opinión pública y el ciudadano de a pie, se convierta en el juez, en el fiscal o en el investigador que todos tenemos dentro.

Desde el decano de la prensa nacional hasta los tabloides chichas que en un pasado no muy lejano cantaban en japones, han coincido en la exagerada importancia nacional del tema, por encima del cambio de gabinete o la inminente liberación de Rómulo León. El hecho de que si la Abencia se comió a la hermana de la difunta, que ésta tenía otras amantes, que a la mecánica del folklor se le quema el arroz o la pregunta de a quien protege Mamanchura y quien le paga a sus abogados, son por arte de los medios de comunicación, asuntos públicos de dimensión nacional que acaparan el debate nacional y que deleitan la malsana curiosidad nacional construyendo el mito y la leyenda, en medio de entrevistas que buscan conocer y auscultar la opinión pública para que el resultado de la encuesta determine quien la mato y porque.

Al final lo que se termina resaltando, es la ignorancia, la falta de cultura, la inmadurez, las carencias y las deficiencias emocionales o psicológicas de los actores de esta tragedia hecha por peruanos y para el público peruano. Se termina perdiendo la perspectiva del tratamiento de un tema de interés público. Aquí no hay Consejo de la Prensa Peruana, ni Magaly´s tv que valgan. No hay censuras ni auto censuras. Aunque como decía el Genaro Delgado Parker de sus mejores épocas, la prensa educa, culturiza y entretiene, lo cierto es que es un negocio, lucra y prostituye.