
NUESTRA FOLKLÓRICA Y PENOSA REALIDAD
Nadie puede negar que el asesinato de Alicia Delgado es un hecho penoso, un tema de portada que los medios de comunicación social se han encargado lamentablemente de utilizar y sobre exponer con fines comerciales; comprobando que somos en el fondo un "pueblo chico", una sociedad mojigata y alaraquienta, donde si el morbo, la curiosidad y la especulación venden; tratándose de putas, de mariconadas o de situaciones truculentas de personajes populares, venden el doble.
Y es que la sobria y seria prensa peruana, tan crítica de los políticos, de otros"personajes" y otros "grandes temas nacionales" demuestra en el tratamiento del tema, sus excrecencias, su mercantilismo (como antes demostró su espíritu de cuerpo, escondiendo el hecho del colega que se mató borracho) explotandolo de manera tal que la opinión pública y el ciudadano de a pie, se convierta en el juez, en el fiscal o en el investigador que todos tenemos dentro.
Desde el decano de la prensa nacional hasta los tabloides chichas que en un pasado no muy lejano cantaban en japones, han coincido en la exagerada importancia nacional del tema, por encima del cambio de gabinete o la inminente liberación de Rómulo León. El hecho de que si la Abencia se comió a la hermana de la difunta, que ésta tenía otras amantes, que a la mecánica del folklor se le quema el arroz o la pregunta de a quien protege Mamanchura y quien le paga a sus abogados, son por arte de los medios de comunicación, asuntos públicos de dimensión nacional que acaparan el debate nacional y que deleitan la malsana curiosidad nacional construyendo el mito y la leyenda, en medio de entrevistas que buscan conocer y auscultar la opinión pública para que el resultado de la encuesta determine quien la mato y porque.
Al final lo que se termina resaltando, es la ignorancia, la falta de cultura, la inmadurez, las carencias y las deficiencias emocionales o psicológicas de los actores de esta tragedia hecha por peruanos y para el público peruano. Se termina perdiendo la perspectiva del tratamiento de un tema de interés público. Aquí no hay Consejo de la Prensa Peruana, ni Magaly´s tv que valgan. No hay censuras ni auto censuras. Aunque como decía el Genaro Delgado Parker de sus mejores épocas, la prensa educa, culturiza y entretiene, lo cierto es que es un negocio, lucra y prostituye.
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