BOCETEANDO UNA ILUSIÓN:
Creo que el mundo de hoy va a cambiar después de esta pandemia, no creo que el cambio sea significativo en cuanto a preservar el futuro de la humanidad, porque el proceso de deterioro del planeta por la mano del hombre es constante y creo que irreversible. La humanidad tiene sus dueños, son los tiempos de la globalización, del neoliberalismo, del señorío de las grandes corporaciones, que tienen un modelo de acumulación de capital, una plataforma de desarrollo tecnológico y una dinámica de dominación-subordinación, que se sustenta en la homogeneización, el direccionamiento y la manipulación de las masas, en medio de la perdida de valores, de principios y de la ética.
En el contexto anterior, creo que la pregunta es cuánto vamos -o cuanto podemos- cambiar nosotros, considerando que no tenemos una presencia significativa del estado, que no tenemos un concepto definido de nación, ni institucionalidad, ni partidos políticos, ni cultura cívica, ni líderes con una visión de futuro.
Desde los tiempos de la Grecia clásica, la "democracia" termina siendo el mejor invento para manipular a las masas. Para que estas crean que gobiernan realmente. Ideas que se "enriquecieron" con ese estribillo de "Libertad, Igualdad y Fraternidad" que nos trajo la Revolución Francesa. En la Grecia de Pericles, ni los extranjeros, ni los esclavos, ni las mujeres, ni los menores de edad podían ejercer derechos políticos, sólo los hombres podían participar en las asambleas del pueblo, podían votar, pero era la minoría de la población. Una parte de un electorado mayoritariamente ignorante, inculto, campesino, para quienes los altos cargos públicos estaban vedados por su condición de tal. Esa situación hacía que en Grecia gobernara una minoría pudiente, que era la élite social, la que manipulaba a los varones del pueblo que participaban en las asambleas y que estaban en los hechos de espaldas a la "mayoría" -que supuestamente representaban- y esto por las decisiones que tomaban a la hora de votar. Con sus propias peculiaridades y sus contextos históricos la situación no ha cambiado mucho, sobre todo en el Perú, donde elegimos gente mediocre, poco capaz, demagogos, figurettis, que defienden intereses que no son necesariamente los del pueblo que los eligió.
Creo que la crisis sanitaria que padecemos, nos enfrenta a una realidad que es harto conocida. La primera, es que el Congreso que está en funciones, es tanto o más mediocre que el anterior y que nuestros "Padres de la Patria", se van a ir "bien forrados económicamente" y con toda la demagogia y la palabrería con la que consiguieron su nominación bajo el brazo, pero sin materializar nada de ese cambio que ofrecieron siendo candidatos. La segunda constatación de esta crisis, es que no tenemos partidos políticos ni líderes de solera, estadistas o gente con visión de Estado. Ad portas de un proceso electoral, ningún partido político ha presentado una propuesta alternativa a la del gobierno en el ámbito económico o laboral. Se han limitado a criticar y los partidos que tienen representación en el Congreso, han optado por el facilismo de la devolución del 25% de aportes de la ONP. Se entiende que supuestamente "están preparados" para gobernar a partir del 28 de Julio del 2021. Que tienen cuadros e ideas para gobernar el próximo año, pero no hay nada de ello. Solo búsqueda de poder por el poder.
La política es un acto de fe. Cuando yo era niño vi políticos que generaban esperanza, que eran seguidos por convicción, porque despertaban ilusión, compromiso, valores democráticos e identificación con los intereses populares. Políticos que eran gente preparada, respetada, motivadores, que expresaban con su vida y con su obra, principios, ética política. Me viene a la memoria ese "Solo les ofrezco Sangre, Sudor y Lagrimas" de Winston Churchill. Esa figura de Haya de la Torre o de Fernando Belaunde, que encarnaron los deseos de cambio social del país; personalidades de las que se cuelgan hoy una serie de demagogos y oportunistas que actúan en política, pretendiendo que los valores de sus líderes -de los que ellos carecen- se identifiquen con el mercantilismo y el electoralismo de la caricatura que expresan como políticos.
La situación que enfrentamos, muestra que la ignorancia de las masas, la falta de educación, de cultura cívica, de solidaridad, de conciencia de lo colectivo, nos pasa factura. Que si no nos preocupamos por una mejor educación, por insistir en la "cultura del cartón". vamos a seguir siendo un país del tercer mundo. El seguir permitiendo que políticos mercantilistas y figurettis sigan lucrando con la educación, que no paguen impuestos y que la peguen hipocritamente de ascetas o de puritanos -cuando lo que buscan es el poder- va a crear un perverso sistema de profesionales mediocres.
Tenemos una educación básica que ignora la escuela rural, que ha propiciado el negocio de la educación, de manera tal que antes había la escuela pública y la escuela privada y hoy hay escuela privada para clases altas, medias y pobres, que es tan mala como la escuela pública que originó la escuela privada como negocio. Esa es una situación que tiene que cambiar. No es posible que en una casa funcione un colegio. Hay que traer si es posible del mismo infierno, una misión que colabore a reorganizar la educación. Hay que obligar a las universidades a traer catedráticos del extranjero para mejorar su nivel. No puede ser que hoy cualquier hijo de vecino sea profesor universitario, porque tiene una maestría o un "doctorado" que solo refleja un titulo, pero no un alto nivel de conocimiento. El movimiento se demuestra andando, "en la cancha" y no con un cartón. Hay que formar maestros, capacitarlos, darle mejores condiciones de trabajo, mejorar nuestra infraestructura en educación. Hay que construir una universidad en el Perú, que haga investigación, que forme profesionales en función de las necesidades del Perú, hay que promover carreras ligadas con el desarrollo tecnológico como la física, la química, la biología, la matemática pura, las tecnologías de la información y no del mercado ficticio que esta saturado de abogados, de contadores, de administradores de empresas o de economistas que después no encuentran trabajo.
El nivel de conocimiento de los jóvenes hoy es paupérrimo. No saben ni donde estan parados, no leen, no investigan y esa es supuestamente la gente que va a conducir el Perú en el futuro. Un futuro donde una vez que no exista la generación de la que formó parte, va a gobernar una minoría educada, que se enriquezca detentando el poder, en función de la ignorancia y la mediocridad de populacho, sin importarle si nos terminamos de convertir en una republiqueta. Estamos frente a una juventud superficial para quien el "Dota" es sinónimo de "investigación" y el "Instagram" es "sociología pura". El fantasma de la falsa oclocracia de la Grecia helénica que nos persigue desde los inicios de la república.
Hoy el mundo ha cambiado, el Plan de Diversificación Productiva (PDP) que impulsó a los países asiáticos en los años ochentas, ya ha sido superado. Estamos en la era de las Plataformas Tecnológicas, con cuatro campos tecnológicos (1) Nuevos materiales nano estructurados(grafeno y otros) (2) Biología Sintética (manejo de nucleótidos) (3) Computación cuántica y (4) Inteligencia artificial. Esto permite el desarrollo de bienes y servicios que crean nuevos mercados, lo que se llama océanos azules, que implica dejar de lado la competencia entre empresas buscando ampliar el mercado en función de la innovación.
Creo que hay que ser realistas. No tenemos ni tendremos un sistema efectivo para brindar una jubilación digna para la vejez. De los ancianos -si no han podido o querido asegurar su vejez- se preocuparan sus hijos o el Estado. Eso de un sistema para indigentes o gente en abandono como responsabilidad del estado hay más bien que potenciar. Realista sería un sistema de prestaciones del estado, que deje en claro que da un dinero hasta el fin de la vida, que no es una jubilación sino un subsidio o que por oposición, da un dinero para retirar a la jubilación, sin incurrir en la demagogia de que se da una "jubilación digna". Yo le daba vueltas a la idea de un sistema pensionario a través del IGV y veo que el ex oficial mayor del Congreso Miguel Cevasco ha publicado un artículo en la misma idea. Por allí creo que hay que explorar una posibilidad que elevaría además la presión tributaria. Lo concreto y lo real es que al menos en el Perú de hoy, es imposible ofrecer una pensión digna con un sistema como la AFP, que tiene que eliminarse como lo hizo Argentina o reformularse totalmente
Por otro lado, queda claro que necesitamos invertir en investigación y también en salud. Hay que invertir fuerte en salud. Esta experiencia sobre las limitaciones y deficiencias de nuestra infraestructura sanitaria, resulta traumática porque la gente tiene por lo general miedo a enfermarse o a la muerte. Volver a echar andar una economía dependiente, dentro de una economía mundial en crisis, va a ser bastante difícil y va a implicar una reforma tributaria para obtener recursos y eso implica, cobrar la deuda que tienen con el país las grandes empresas y detenerse en la minería, echar a andar los grandes proyectos mineros que tenemos paralizados, independientemente de que es necesario una verdadera reforma tributaria, que sólo es posible con funcionarios, que vean por sobre todo, el interés del país y no el interés propio, buscando congraciarse con el mercado laboral al que puedan insertarse después de su función pública. En ese sentido bien podría evaluarse -fuera de falsos nacionalismos- la contratación de técnicos extranjeros para determinados cargos.
Esta es la era oportunidad de construir un país diferente. No en función de un concepto vacío y cojudo de "unidad" como leo en algunos foros políticos, sino en función de un programa coherente y articulado. De imaginación y creatividad, de un verdadero desprendimiento y vocación de servicio por el país.
En la lógica anterior, no se puede construir un futuro diferente, si la civilidad, si la sociedad organizada, no enfrenta a la caduca, mercantilista, mediocre y oportunista clase política que padecemos. Que solo ve su propio interés, el negocio de la política y la búsqueda del poder por el poder. Y para eso hay que poner "contra la pared" a las cúpulas partidarias, para que construyan partidos de verdad en función de valores, principios y con la gente más capaz. Para ello es necesario que se modifique la Ley de Partidos Políticos y la Ley Elecciones Regionales, para evitar que pintorescos y folklóricos demagogos y caciques sean electos como Presidentes Regionales o Congresistas y puedan ser elegidos los mejores cuadros técnicos y políticos independientemente de dónde hayan nacido.
Queda claro que el mercado no se "autorregula" solo. Que el modelo económico no reduce la desigualdad y que aca termina mandando la CONFIEP y el país se gobierna en "piloto automático".Y por eso la corrupción sigue teniendo penas que resultan una humorada. Y por eso la corrupción del Poder Judicial afecta la economía del país; porque no hay seguridad jurídica y habría que evaluar una reforma constitucional que le de cierta presencia al estado, pero no al estado ausente y corrupto que padecemos.
Esto del CORONAVIRUS va a pasar. Independientemente de lo que pase en un mundo globalizado. A poco de cumplir doscientos años, ya no es justificación eso de que "somos un país joven". Tenemos que cambiar ya. Un cambio que yo no creo que venga desde la clase política. Tenemos que tener capacidad de indignarnos. Tenemos que enfrentar el reto de un futuro que muchos no vamos a ver. No debe ser solo una canción o una comida, lo que nos una o nos identifique. Las sociedades más desarrolladas, aquellas que se levantaron de las cenizas, de los horrores de la guerra se unieron y se reconstruyeron a través de un proyecto de vida, que implica lo mejor de la esencia del ser humano, porque hasta ahora, solo hemos alcanzado a bocetear la construcción de una nación y de una identidad nacional. Eduardo Galeano decía que los seres humanos somos "hijos del tiempo". Yo creo que todavía es tiempo de escribir sobre una ilusión.
(*) Pintura Szyszlo.
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