NO LOS VA A FISCALIZAR:
En el contexto de una grave crisis moral y un proceso acelerado de corrupción, el Perú vive anclado a las viejas formas de hacer política. Hace rato que se han perdido los valores, los principios y la ética que debe inspirar una actividad como la política, que se sustenta en la articulación de los actores sociales, en la búsqueda del bien común, en el servicio al pueblo. Lo que impera en la escena contemporánea de esos fueros, es la generalidad, el punto común, el cinismo, el fariseismo, la demagogia, el oportunismo y el populismo de quienes hacen "política", que son -con contadas excepciones- por lo general gente ambiciosa, oportunista, manipuladora, mediocre, que busca fama, cuotas de poder; el poder por el poder o por el poder del dinero, haciendo clientelismo y/o abusando de la ignorancia o de la buena fe de las personas, en un país donde no hay ciudadanos ni ciudadanía. Y la situación es clara, a diferencia de antaño, no lo mejor de la sociedad está en los partidos y en la política y el problema es que a la mayoría de la gente, no le interesa la política por sus excrecencias y eso significa que no haya partidos políticos sino ghetos políticos.
En un país sin institucionalidad, sin Estado y sin partidos políticos, la política y los políticos hablan de igualdad de oportunidades, de desarrollo, de políticas anticorrupción y de modernidad, pero no hay mejoras significativas en salud, en educación o en servicios básicos, porque en esta pirámide social siempre "los de arriba" van a dominar, van a mostrar su incapacidad para administrar la cosa pública, imponiendo su carácter autoritario y su verdad. Y lo más grave, es que no tienen la menor intención de dejar de hacerlo. Por eso es que en el Perú "algo cambia para que todo siga igual".
Y así llegamos a los doscientos años de vida republicana, con el cuento de que somos una "república joven", con una clase política deprimente y un país marcado por la ignorancia, la falta de civismo y la informalidad. Con jóvenes que dicen que "van a renovar la política", pero no tienen ideas y repiten las mismas frases de cliché de los políticos tradicionales y terminan coincidiendo con sus mayores en mantener el sistema, el statu quo. En un mundo marcado por el neoliberalismo, el consumismo y por el personalismo, un país como el nuestro, hace rato perdió el sentido del valor de lo colectivo o mejor dicho, nunca lo ha encontrado, porque eso solo queda para el discurso político, para el fútbol o para hablar de nuestra comida. Y allí está la explicación de la falta de manejo en la crisis sanitaria. Las históricas corruptelas que nos agobian, la pirámide social de siempre y la desigualdad que es parte de toda sociedad.
Y por eso tenemos el Presidente que tenemos, el Congreso que sufrimos, el Estado que padecemos y los intereses que parasitan alrededor de la politica. Y "con éste equipo" no vamos a llegar al primer mundo. Por eso la leguleyada de los congresistas, de la de la Declaración Jurada de Intereses, no ha sido desmontada por quienes deberían desmontarla. Porque el gobierno calla y la prensa deja el tema y las organizaciones civiles se muestran indiferentes, en un tema de principios, de abuso de poder.
Estamos frente a un congreso que está preocupado por dar leyes populistas, bajo el pretexto de "interpretar el sentimiento popular". Y en ese escenario el juego está claro. Por un lado dan leyes populistas y por el otro lado dan leyes que favorecen el interés propio o los intereses que gobiernan el país. Es la historia de siempre. La "sacrificada chamba" de servicio al pueblo que incrementa patrimonios de nuestros políticos. Porque hoy a diferencia de antaño donde había un Fernando Belaunde, un Haya de la Torre, un Barrantes o un Cornejo Chávez que vivieron modestamente y murieron pobres, ya no hay políticos pobres, aunque existen los demagogos como Lescano, que la pega de "misio" y tiene que seguir ligado a la "mamadera" del estado como "asesor de congresistas"
Y así llegamos a los doscientos años de vida republicana, con el cuento de que somos una "república joven", con una clase política deprimente y un país marcado por la ignorancia, la falta de civismo y la informalidad. Con jóvenes que dicen que "van a renovar la política", pero no tienen ideas y repiten las mismas frases de cliché de los políticos tradicionales y terminan coincidiendo con sus mayores en mantener el sistema, el statu quo. En un mundo marcado por el neoliberalismo, el consumismo y por el personalismo, un país como el nuestro, hace rato perdió el sentido del valor de lo colectivo o mejor dicho, nunca lo ha encontrado, porque eso solo queda para el discurso político, para el fútbol o para hablar de nuestra comida. Y allí está la explicación de la falta de manejo en la crisis sanitaria. Las históricas corruptelas que nos agobian, la pirámide social de siempre y la desigualdad que es parte de toda sociedad.
Y por eso tenemos el Presidente que tenemos, el Congreso que sufrimos, el Estado que padecemos y los intereses que parasitan alrededor de la politica. Y "con éste equipo" no vamos a llegar al primer mundo. Por eso la leguleyada de los congresistas, de la de la Declaración Jurada de Intereses, no ha sido desmontada por quienes deberían desmontarla. Porque el gobierno calla y la prensa deja el tema y las organizaciones civiles se muestran indiferentes, en un tema de principios, de abuso de poder.
Estamos frente a un congreso que está preocupado por dar leyes populistas, bajo el pretexto de "interpretar el sentimiento popular". Y en ese escenario el juego está claro. Por un lado dan leyes populistas y por el otro lado dan leyes que favorecen el interés propio o los intereses que gobiernan el país. Es la historia de siempre. La "sacrificada chamba" de servicio al pueblo que incrementa patrimonios de nuestros políticos. Porque hoy a diferencia de antaño donde había un Fernando Belaunde, un Haya de la Torre, un Barrantes o un Cornejo Chávez que vivieron modestamente y murieron pobres, ya no hay políticos pobres, aunque existen los demagogos como Lescano, que la pega de "misio" y tiene que seguir ligado a la "mamadera" del estado como "asesor de congresistas"
Y en este canje encubierto de populismo por granjerías personales o de corruptelas, que es parte de la historia de la administración de la cosa pública en el Perú; está la modificatoria que a su medida hicieron nuestros "Padres de la Patria" del Reglamento Interno del Congreso, para una supuesta "declaratoria de intereses solo ante la Contraloría General de la República" porque era supuestamente "el órgano constitucional que debería fiscalizarlos", porque ellos buscaban "devolverle la majestad a la Contraloría" y porque actuaban constitucionalmente ante un órgano que "no tenía atribuciones para fiscalizarlos" porque esa "fiscalización" era una especie de persecución política. Poco faltó para que la asemejen a la de los nazis contra los judíos.
En este blog y en el de LA TRINCHERA ACCIOPOPULISTA, se ha escrito sobre lo inconstitucional de la reforma. Con una serie de argumentos jurídicos que no han sido respondidos, indicamos que la norma del gobierno constituye una plataforma de información, a la que no se opusieron otros poderes del estado. Pero nos faltaba la cereza en el pastel. Sobre todo porque con la arrogancia que da el transitorio poder, varios congresistas, se convirtieron por arte de su juramentación como legisladores, en los más importantes constitucionalistas de la república, tildando de ignorantes a quienes osamos contradecir una modificatoria que tenía cosas escondidas detrás de la cortina. Pero para explicar el mamotreto faltaba la cereza del pastel.
Y "la cereza del pastel" está en la LEY N° 29622. LEY QUE MODIFICA LA LEY N° 27785, LEY ORGÁNICA DEL SISTEMA NACIONAL DE CONTROL Y DE LA CONTRALORIA GENERAL DE LA REPÚBLICA QUE AMPLÍA LAS FACULTADES EN EL PROCESO PARA SANCIONAR EN MATERIA DE RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA FUNCIONAL. Y tambien esta en la LEY 30742 QUE MODIFICA LA LEY 29622. La primera ley fue dada durante el gobierno de Alan García, la segunda por el cerrado congreso fujimorista. Estas leyes modifican el Art 45° de la Ley de la Contraloría y su texto actual reza como sigue:
Artículo 45.- Potestad sancionadora
La Contraloría General ejerce la potestad para sancionar por cuanto determina la responsabilidad
administrativa funcional e impone una sanción derivada de los informes de control emitidos por los
órganos del Sistema.
La referida potestad para sancionar se ejerce sobre los servidores y funcionarios públicos a quienes se
refiere la definición básica de la novena disposición final de la presente ley, con prescindencia del
vínculo laboral, contractual, estatutario, administrativo o civil del infractor y del régimen bajo el cual
se encuentre, o la vigencia de dicho vínculo con las entidades señaladas en el artículo 3, salvo las
indicadas en su literal g).
Están exceptuados los titulares de los organismos constitucionalmente autónomos y las autoridades
que cuentan con la prerrogativa del antejuicio político. En estos supuestos, la excepción solo
comprende a aquellos hechos que fueron realizados en el ejercicio de sus funciones.
Por lógica elemental, si la norma que está vigente no puede sancionar responsabilidad administrativa funcional, que deriva del Control del Gasto Público que realiza la Contraloría General de la República -porque es el único control que realiza- menos aún puede investigar o sancionar o pronunciarse sobre el manejo de fondos públicos, de enriquecimientos ilícitos o desbalance patrimonial de los congresistas, porque no solo no está regulado, sino porque de acuerdo a su ley vigente, no es de su competencia, no está regulado por ley. Y aquí hay complicidad del Contralor General de la República al avalar las declaraciones de los congresistas a sabiendas que eso no es real, ni es legal. Queda claro porque ante la sobrevaluación de compras en la Contraloría, al Congreso de la "fiscalización" no se le movió un dedo para llamar al Contralor, ni para nombrar comisión investigadora alguna, ni para declarar sobre el tema. Simplemente miraron a otro lado.
La excepción es para los titulares de los organismos autónomos y para los que tienen la prerrogativa del antejuicio y en tiempo del ejercicio de funciones. La modificatoria del Reglamento del Congreso, pretende pues bloquear cualquier investigación sobre signos exteriores de riqueza. La Ley 29622 dada durante el gobierno aprista exceptuaba a "las autoridades elegidas por el voto popular" y como era muy grosero restituir ese texto, optaron por este galimatías jurídico por el que van a entrampar u obstaculizar cualquier investigación sobre sus signos exteriores de riqueza. Así que la información de la Declaración Jurada de Intereses no se va a colgar mientras no se modifique la Ley de la Contraloría General de la República o hasta que el pueblo se olvide, que en términos prácticos es lo mismo. Estamos ante una de esas "jugadas maestras" de la clase política que tiene asiento en el Congreso de la República.
Y la mejor manera de que un pueblo ignorante y sin reacción ciudadana "se olvide" de estas "pequeñas cosas" que tienen que ver con los intereses personales de la clase política, es dar leyes populistas, hablar de reforma de la constitución, de cadena perpetua para delitos de corrupción, de autorizar los colectivos, de formalizar invasiones, de no cobrar peajes que nacen de contrato ley; de entregar dinero de las AFP -bajo el edulcorado argumento de que es su plata de la gente y que ellos responden a los "intereses del pueblo"- o entregar la cabeza de los fujimoristas del BCR, porque es popular aunque atente contra la precaria institucionalidad del país. Nos esperan pues "más leyes que interpreten el sentir popular". Más demagogia y más populismo de cara a una elección donde al parecer quieren nombrar las cúpulas a los candidatos al próximo congreso. La presentación del gabinete Zevallos para el voto de confianza puede marcar un derrotero si roda la cabeza de Zevallos y de su gabinete. Al final, eso de "Pan y Circo" funciona desde los romanos.