¿ARGUMENTOS SÓLIDOS CONTRA LA "UNIÓN CIVIL"?:
El ex Canciller Alejandro Tudela, es un abogado de prestigio, un internacionalista de nota, un hombre de innegable honradez intelectual y una de las reconocidas voces conservadoras, que desde la orilla contraria a la "UNIÓN CIVIL", han expuesto argumentos; que en el caso del Ex Primer Ministro Fujimorista, por estar bien articulados, pueden creerse ciertos y parecer tener razón y fundamento jurídico. Pero lo concreto, es que en el fondo, no son tal; no solo porque su sustento doctrinal no es real, sino porque es propio de un ejercicio intelectual forzado, marcado e influenciado por prejuicios religiosos y ánimos conservadores que se llevan al terreno jurídico para incurrir en inexactitudes, para materializar razones y argumentos en una sola dirección.
En su artículo "LA UNIÓN CIVIL COMO FICCIÓN JURÍDICA", publicado en su página webb www.franciscotudela.com/ el Dr. Tudela expresa que la unión civil se promociona como una ficción jurídica análoga al matrimonio, pasando por alto que desde la época de los romanos nunca se legislo sobre el matrimonio homosexual o sobre percepciones subjetivas y psíquicas de la sexualidad, porque no estaban ancladas en la reproducción sexual y sus consecuencias morales y materiales, esto es en los hijos, la familia, la comunidad y los derechos y deberes que de estas derivan.
En principio, la comunidad homosexual no es una ficción jurídica. La comunidad homosexual esta constituida por personas, se trata de seres humanos, de personas naturales, de entes reales, pasibles de derechos y obligaciones. La ficción jurídica es una teoría que se aplica a personas jurídicas -que son seres inexistentes- para otorgarles derechos y obligaciones como si fueran personas naturales. Considerar a un homosexual, a la comunidad homosexual como una ficción es un acto discriminatorio y un error jurídico.
Si los romanos no legislaron sobre el matrimonio homosexual es por un asunto estrictamente cultural, porque el derecho a la libertad personal no era considerado en una época en la que las personas no eran consideradas como iguales. En 1879 no había legislación alguna sobre la guerra, por eso "el repase" el matar a los heridos o el que no hubiera prisioneros, era una práctica aceptada en el combate. La humanización de la guerra viene después. En tiempos de la sociedad romana no se tenía conciencia de los derechos de las minorías, de los derechos de los homosexuales. Para Tudela el sexo solo es entendible desde el punto meramente reproductivo, no acepta el sexo desde el punto de vista del placer y por eso habla de un sexo atado a consecuencias morales y materiales de la unión carnal, como son los hijos y la familia.
Francisco Tudela muestra una grave confusión teórica y conceptual o un marcado prejuicio que le impide un análisis racional de la realidad objetiva, al identificar la homosexualidad como una "percepción subjetiva y psíquica de la sexualidad". Enmarcar la homosexualidad como una percepción subjetiva y psíquica o ideológica de la sexualidad, es caricaturizarla, es desconocer que si bien es cierto que la sexualidad es una abstracción, que es difícil definir a totalidad; no es una percepción, es un hecho biológico, que tiene que ver con una identificación mental con lo masculino o lo femenino y consecuentemente con una expresión erótica, esto es el obtener placer; algo que esta igualmente ligado a una relación afectiva, al amor; bajo influencias socio culturales, familiares y las que adhiere el propio yo, en tanto ser humano, ser vivo, persona.
Francisco Tudela esgrime la teoría del "orden natural y moral permanente" por encima de la Ley Positiva. Sin entrar en disquisiciones filosóficas que no son propias de un espacio como este, basta indicar que el orden natural es un ente dinámico, que tiene un carácter eminentemente ontológico, que tiene que ver con la realidad. Y si la realidad es el ser humano, esto implica a todos los seres humanos, a los seres humanos en general. Francisco Tudela tiene una interpretación sesgada del orden natural, inmovilista. Una interpretación que no es real. El orden natural para él no es objetivo, no se toma de la realidad del mundo objetivo; solo implica el hombre-mujer en el rol de género histórico, bíblico y no acepta otros seres humanos, en un rol de genero difernte al de su sexo, personas con otra orientación, porque según Tudela, eso es contrario a la naturaleza, a la razón humana, malo y por tanto inmoral.
El internacionalista, ex canciller y Profesor Universitario, toma del positivismo el concepto que le interesa para su articulación contraria a la "UNIÓN CIVIL" al escudarse en el nazismo o en el marxismo; para indicar que en la misma línea de estos regímenes, toda norma es legitima en tanto sea conforme al derecho positivo impuesto. Para Tudela, lo relativo a los asuntos de una ley que busca consagrar derechos para esta comunidad; se deben tratar a partir de un hecho muy simple; de que la ley fabrica la realidad y todo es cuestión de obligar a la gente a obedecerla.
Es necesario indicar que, el mundo contemporáneo presenta realidades de diverso, tipo, que como en el caso de los derechos humanos, es obligatorio e imprescindible, darle un sentido normativo. Esto es regular derechos que no pueden ser ignorados, postergados; porque irían contra el fin, contra el objeto fundamental del derecho que es el ser humano. En esa misma línea podemos ubicar por ejemplo, el equilibrio ecológico, la preservación del medio ambiente.
Por ultimo, el Dr. Tudela en su afán de buscar argumentos contra la UNIÓN CIVIL, desnaturaliza el derecho de las minorías. Para él, el derecho de las minorías es un derecho protector, no afirmativo, que nace de la práctica parlamentaria, del derecho de la oposición minoritaria de expresarse y actuar, que no significa que las mayorías tenga que legislar como quieren las minorías. Francisco Tudela tergiversa conceptos, los anuda como le conviene al argumento que pretende vender. Una cosa es el derecho parlamentario y otra la obligación de el estado, el derecho constitucional del ciudadano, a que se regulen, a que se defiendan los derechos y las relaciones de las minorías, en tanto sociedad organizada. Algo que es propio de principios democráticos, como el de igualdad y el de libertad, principios que el ex canciller conoce sobremanera. No se trata púes de "poderes de excepción" o de "poderes mágicos" como de manera antojadiza los presenta Tudela.
A tenor de lo anterior, me cuesta creer que las inexactitudes del artículo que comento, tengan que ver con ignorancia jurídica y aunque no tengo porque dudar de la honestidad intelectual del autor. Creo que un hombre conservador, un católico practicante como Francisco Tudela, se ha dejado llevar por sus prejuicios y convicciones religiosas y cegado por ellas, ha creído encontrar una argumentación contra la UNIÓN CIVIL donde en rigor no la hay. El problema es que muchas veces un texto bien escrito, estructurado por una personalidad en determinada materia, puede parecer correcto o tener razón, por el solo hecho de quien lo dice, como en el caso de Vargas LLosa y el gobierno de Humala. Y lo anterior no es necesariamente correcto ni real.