IDEAS PARA UN "PLAN LECTOR" QUE FUNCIONE:
Hoy es el día del libro y lo primero que tengo que decir, es que no creo que el libro, en su formato de papel, desaparezca como lo anuncian sus enterradores de la internet. Al margen de lo que se suele llamar el "placer" de la lectura; en lo personal, yo no creo que el acto de leer se puede definir propiamente como un placer. Creo más bien, que el placer esta en el acto de poseer un libro, de coleccionarlo, en verlo erguido e imponente con sus lomos mostrando su nombre. En tenerlo entre las manos para cuando uno quiera consultar o aprender algo. El placer es un acto subjetivo, tiene que ver con la relación que se establezca con ese amasijo de papel; porque hay quien lee por necesidad, por obligación y no por el mero gusto de hacerlo; como puede ser el caso del que compra libros para que decore su casa o para tenerlo entre las manos y pegarla de "intelectual" aunque no lea ni michi.
Creo también, que -en el común de los mortales- las relaciones de los seres humanos con los libros, pasa por diversas etapas. Cuando somos niños, la lectura es parte de esa obligación de la que hablamos; es parte del proceso de aprendizaje en los seres humanos. Es la actitud o la vocación, en el caso de quienes se dedican a una actividad intelectual o literaria -para decirlo con mayor precisión- la que puede hacer que la lectura sea una necesidad para el alma, para que sea parte de la vida cotidiana, como un ejercicio de relajación, de información. Como parte de la necesidad cultural del individuo; que es la que hace, que la lectura adquiera un simbolismo mágico, que desarrolle la imaginación, el habito, la costumbre y finalmente, que sea la base para el proceso creativo, por el que aparecen, un Vargas Llosa, un Cortazar o un García Marquez. y esto porque el escritor nace, pero también se hace. A partir de información, de cultura, de lecturas, de ir aprendiendo los secretos que forman el oficio.
El problema en este encuadre de lo que representa el acto de leer, es que ese común de los mortales del que hacíamos mención, piensa o relaciona la lectura con la literatura, con las letras, con disciplinas humanistas y esto no es así; porque he visto ingenieros o arquitectos con buenas bibliotecas; bibliotecas especializadas en unos casos y en otros, anaqueles que combinaban libros de especialización, con textos de carácter humanista y cultural.
En el contexto descrito, es por demás conocido que somos una sociedad que no lee, que no tiene como sociedad y como estado políticas culturales o de edición de libros. Y en este marco, me viene a la memoria un viejo y amable librero que conocí en mis épocas universitarias y a quien visitaba en su librería del Jr. Azángaro, tratando de robarle algo de su tiempo; Don JUAN MEJÍA BACA, es un personaje a quien creo que el país no se le ha dado el reconocimiento debido por su labor editorial y quien tuvo una epistolar defensa en defensa de la lectura y de la libertad de pensamiento durante el primer gobierno de Belaunde.
En el contexto descrito, es por demás conocido que somos una sociedad que no lee, que no tiene como sociedad y como estado políticas culturales o de edición de libros. Y en este marco, me viene a la memoria un viejo y amable librero que conocí en mis épocas universitarias y a quien visitaba en su librería del Jr. Azángaro, tratando de robarle algo de su tiempo; Don JUAN MEJÍA BACA, es un personaje a quien creo que el país no se le ha dado el reconocimiento debido por su labor editorial y quien tuvo una epistolar defensa en defensa de la lectura y de la libertad de pensamiento durante el primer gobierno de Belaunde.
Con relación a la lectura, con esa política de estado de hacer leer a los niños o a los jóvenes libros en época escolar, para incentivar el hábito de la lectura; creo que es un error eso del "Plan lector" . Y lo es, porque a esa edad, lo que en estos tiempos interesa a los muchachos es la nota, la calificación. Y lo peor es que lo que leen un año lo olvidan al año siguiente. Lo que hay que crear es la necesidad por la información, por el proceso de culturización. Crear conciencia de como una lectura, no como acto mecánico sino como desarrollo de la imaginación, puede ser un acto relajante, desestresante.
Desde mi punto de vista, si el entorno familiar no lee, si no tienen el hábito de la lectura, si en la casa son analfabetos pasivos y ni periódicos leen; el niño o el joven no va tampoco a leer. No va a tener conciencia de la importancia de la lectura en su formación, en ser una persona con bagaje cultural, una persona informada. Y por eso, uno encuentra que -como el segundo de mis hijos- hoy todo es dota y el meterse una serie de cosas intrascendentes que vienen del internet y que solo sirven para idiotizar a los jóvenes. Un escenario que se agudiza si tenemos hoy un sistema universitario, mercantilista, pervertido, que fabrica profesionales sin calidad educativa y frente al cual hay muchos intereses en juego como para cambiar la situación.
Creo que si el "Plan Lector" partiera de la lectura de los periódicos como elemento cultural e informativo básico, como un medio que acerque al niño o al joven a interesarse por la realidad del país. Creo que si el maestro de escuela orientara e hiciera ver a sus alumnos las bondades y defectos de la prensa, se desarrollaría una conciencia crítica frente a su entorno, que ayudaría mucho más en la formación y en la superación de nuestras carencias y en incentivar el hábito de la lectura, que ponerles obras, que como Atahualpa, en su captura -cuando le entregaron la biblia- terminan imaginariamente arrojando en el baúl de los recuerdos. Eso podría combinarse (de acuerdo a la infraestructura y logística del plantel) con hacerles ver a los alumnos los noticieros de la televisión o de la radio. De allí para adelante ir los metiendo, en crearles la necesidad o el hábito de la lectura. Y habría que pensar en el estudiante del interior del país, en el que vive en zonas de extrema pobreza, que es quechua hablante, que no tiene colegios decentes ni maestros que hacen un esfuerzo sobrehumano pero que no están muy capacitados y para el que no se crean productos educativos específicos porque allí el estado no llega.
Por otro lado, en estas cosa de los libros y de la lectura, la edición de libros, el poner el libro al alcance de los bolsillos de la gente; tiene que ver mucho. Yo comentaba en algún artículo anterior, la sana envidia que me dio como peruano y el orgullo como descendiente de mexicanos, el ir a la librería del FONDO DE CULTURA ECONÓMICA de México y ver cajas que tenían la frase impresa "MÉXICO EXPORTA LIBROS". Nosotros no tenemos una editorial del estado peruano, la editorial del Congreso de la República, tiene unas de cal y otras de arena y más sirve al autobombo de los congresistas, en textos de escaso valor literario o intelectual. Yo recuerdo mucho la Editorial del INSTITUTO NACIONAL DE CULTURA (INC) cuya librería estaba en el viejo local de Ancash, donde hoy está el Tribunal Constitucional y la importante labor que desarrollaba. La Edición del INC de 1975 de PEDESTAL PARA NADIE, de César Calvo, que es mi poeta favorito, es inmensamente superior a la que se hizo hace algunos años. Al final, creo que hay que salvar las librerías de libros viejos del Jr. Quilca. Creo que hay que fomentar este tipo de negocios (no hay una estadística de librerías por habitante como en México por ejemplo). El recorrerlas, el buscar y rebuscar en esas desordenadas piras de libros, es parte de la vida de muchas personas....y en lo personal espero que lo siga siendo.
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