domingo, 28 de febrero de 2010

N° 100 - PODER JUDICIAL O JODICIAL


ENTRE LA CRISIS O EL CINISMO.




No es difícil escribir sobre lo que uno vive o padece a diario. Cuando uno participa de las frustraciones y la indignación de miles de peruanos frente a un sistema que no funciona, que esta marcado por la incapacidad y la corrupción y que de alguna manera responde al poder político o a determinados intereses económicos. En ese escenario, en el que la "independencia" constitucional o institucional, es solo un membrete; el que un miembro del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial (para "chifarse" a una nena a la que pretende) haga ostentación de su poder y se vaya de boca, es no solo una muestra de la utilización del poder para poner o sacar jueces, sino sobre todo, una muestra de la caricatura moral que marca a muchos de los personajes que están alrededor del poder en el Perú desde la perspectiva del Estado, sea este político o no.


Y es que escuchar al Presidente de la Corte Suprema, escupir al cielo y mirar a otro lado, pretendiendo alegar estúpidamente, que los avances tecnológicos son una muestra de avances en la administración de justicia peruana o que el hecho de la provisionalidad es el que genera problemas en la institución que conduce, obligan a pronunciarse sobre el tema. Y lo concreto y lo real, es que el problema de la administración de justicia, es un problema que tiene que ver con el tipo de seres humanos que lo conforman, es un problema de personas y de personajes, que el Sr. Alejandro Toledo no quiso enfrentar, porque le convenía tener jueces obsecuentes para abrir las puertas traseras a los escándalos propios, familiares o partidarios que vendrían en su gobierno.


Un poder como el Poder Judicial, subordinado históricamente al poder político y marcado por la corrupción, en un país donde la moral y la ética no existen -porque el imperio de la mentira, del trinquete o de la falsedad, se quieren siempre imponer a la verdad y a la razón- puede tener la mejor infraestructura, tecnología y logística y seguir tan ineficiente como hasta ahora. Puede tener, señores magistrados con estudios de capacitación, maestrías y doctorados en Universidades como "Alas Peruanas" o en otras del deficiente sistema universitario peruano y seguir evacuando resoluciones, donde no solo el derecho, sino la lógica, el criterio y el sentido común se ofenden. Puede tener a la mayor parte de sus jueces como profesores (en un país en donde lo que faltan son maestros) y no enseñar gran cosa a las nuevas generaciones de abogados. Y esto hace que pueda tener igualmente (como de hecho tiene) jueces probos, justos y capaces; cuya presencia, cuyo trabajo y cuya imagen se diluyen en medio de la fangosa y grotesca realidad de la justicia peruana.


Y cuando uno ve que el Presidente de la Corte Superior de Lima es un connotado y reconocido aprista, cuando uno ve que nuestros ilustres legisladores crean una institución para nombrar jueces y fiscales, que puede ser conformada por enfermeros, dentistas o como lo pretende ahora, por un miembro del SUTEP; resulta claro que el instrumento de control y de manipulación esta siempre presente, que basta que las piezas adecuadas se coloquen el el lugar preciso, para tener jueces obsecuentes o a la altura de las necesidades de la justicia ciega, sorda y muda que se administra a pedido en el país. Y es que este es el mismo Poder Judicial o CNM que absuelve al Alcalde de Pucallpa Luis Valdez, el que no expulso a los vocales Supremos Francisco Távara y Jorge Solís. El mismo Poder Judicial o CNM que repone a los amigos de Mantilla y hasta pretende nombrarlos o terceriza sus funciones, porque un dentista o un enfermero no saben de derecho. Y es que la ética y la moral y los principios, en este país son relativos, tienen un doble estándar, a veces son y a veces no son.


Una revolución moral, un cambio de actitud, una lucha frontal por la decencia, los valores y los principios, es lo único que va a hacer posible que instituciones como el Poder judicial cambien, porque implicarían un nuevo tipo de persona humana o de ciudadano en el Perú. Esa misma revolución es la que se requiere en la política y que tiene que estar de la mano con la educación. Para eso se necesita una modificación y un cambio en la manera de percibir el Perú y de entender el Estado; pero en éste país el peruano es primero yo, segundo yo y tercero yo. En éste país hay mucha gente que no quiere el cambio porque le conviene que el país siga como esta. Que la política, que los partidos y que instituciones como el Poder Judicial sigan como estan. Aunque tengan en la boca siempre un demagógico discurso por la seguridad jurídica, por el respeto a los valores democraticos y la necesidad de la inclusión social.

jueves, 25 de febrero de 2010

N° 99 - ENTRE EL COLEGIO Y LA UNIVERSIDAD


CRÓNICA DE UN REENCUENTRO


"La vida es una caja de luz
donde se mata la sombra"
OSCAR LIMACHE

En estos días, por circunstancias propias de la vida, he regresado a mis recuerdos adolescencia, a ese transito entre lo que representó para mi, la esclavitud del colegio y la libertad de la universidad. A tomar contacto con mis compañeros de La Salle, a tratar de identificar en fotos que me llegaron por el correo, gente que como yo, ha perdido pelo, pinta canas o tiene varios kilos de más; y que no veo hace treintaicinco años, cuando compartí con ellos, el último año de secundaria. Y esto garcias a que, el "Ñato" Rosas, un carismático y singular hermano de las Escuelas Cristianas de La Salle, me cambió de aula, con el argumento de que, como el más veterano de la Promoción 1975, bajo el mote de "el abuelo"; identificaba a un alumno revoltoso, vago, irreverente y algo lumpesco (tanto para la disciplina escolar como para sus convicciones religiosas) que "le malograba" el salón en el que era profesor titular.

Habiendo hecho la secundaria en siete años, a mis diecinueve años, sabía que la matemática, la física, la química o la biología no me iban a servir en la vida para un carajo. Yo lo único que quería era terminar el colegio. Aún recuerdo ese primer día de abril de 1975 y su lapidaria frase:: "Anda busca tu salón". El salón donde fui bien recibido, donde encontre los compañeros con los que espero reencontrarme en algunas semanas para desenredar juntos ese hilo sentimental que me regrese a mi, a 1975 y a ellos a buscar seguramente en el baúl muchas cosas más.

En esa grata ilusión por el reencuentro y el recuerdo de una época en la que uno comienza a definir el futuro, artículos periodísticos me permitieron ubicar, y reencontrarme igualmente, en la Feria Intinerante del Libro de San Miguel, al poeta Oscar Limache, Premio COPE de poesía 1988, con "VIAJE A LA LENGUA DEL PUERCOESPIN", vecino de Maranga, a quien la Cámara Peruana del Libro, le hacía un homenaje por su obra, su contribución a la promoción cultural, a las letras y a la literatura peruana. Limache fue uno de los alumnos de ciclos superiores que en 1976, nos recibieron a los cachimbos de la Facultad de Lingüística en San Marcos. Como no lo veía hace más treinta años, no podía faltar al homenaje de alguien, con quien, aunque lejos de la pretensión de ser su par poeta, tenía yo una afinidad literaria, un ejemplo y el recuerdo lejano de conversaciones gratas, interesantes y nutritivas. Tan nutritivas que cada año que lo deje de ver representan hoy por lo menos, un kilo más en su literaria humanidad.

De esas épocas en las que Lingüística estaba en el tercer piso de la Facultad de Derecho de San Marcos, recuerdo igualmente con afecto a Don Mito Tumi, otro poeta sanmarquino de la Facultad de Literatura, dedicado hoy a quehaceres periodísticos y a quien abusando de su paciencia, entre las Clases de Rumano, cargoseaba yo mostrándole mis poemas y buscando su aprobación, mientras me decía solemnemente que hay que escribir para los críticos y no para el pueblo. Yo que hacía mis pininos en la literatura y descubría Eielson o a César Calvo, frente a Oscar Limache o a Mito Tumi, me sentía como el soldado raso frente a tenientes o capitanes de la literatura.

Y el tiempo ha pasado. Y uno se da cuenta que el tiempo no pasa, que esta allí, anidado en nuestros recuerdos, en nuestras emociones, en nuestras vivencias. Y como decía Oscar Limache en su disertación por el homenaje recibido, en el juego de la vida, de lo que se trata es de voluntad para hacer cosas. Esa voluntad que admire y aplaudí, cuando hace más de veinte años, veía con satisfacción las publicaciones de su editorial LLUVIA EDITORES. Esa voluntad que le falta a mis compañeros de la Facultad de Derecho de la Universidad San Martín de Porres, para reunirnos, reencontrarnos y no solo vernos y saludarnos mientras litigamos en los pasillos del Poder Judicial.

Cuando recojo estos recuerdos y los anido por un deseo de comunicación constante, que no es otra cosa que transmitir sentimientos, emociones y afectos (que en mi caso no necesariamente se plasman en una amistad en el absoluto sentido del concepto) percibo que los seres humanos, en la experiencia de vivir y de compartir el mundo, debemos darnos un tiempo, para encontrarnos con nostros mismos, para buscar las olas del mar que en nuestras vidas vienen y se van, aunque no sean las mismas aguas.

N° 98 - LA BODA DE ELLA


EL PERMISO A FUJIMORI PARA LA BODA DE SACHI


En un país donde los valores, los principios, la decencia y el respeto a la cosa pública no están bien posicionados o son relativizados. En un país donde según el imaginario popular, todos roban o se enriquecen a costa del erario nacional, la autorización a Alberto Fujimori para que asista a la boda de su hija Sachi Marcela, en la capilla de la DINOES, debe ser vista, no desde el punto de vista humanitario, sino como una pugna entre valores en conflicto en la sociedad peruana.


Si en una sociedad (en la que supuestamente todos somos iguales ante la ley) el gobierno, a un individuo que ha robado, que se ha enriquecido ilícitamente y que ha sido condenado por delito contra los derechos humanos, le permite determinados privilegios y entre estos asistir al matrimonio de su hija, apelando para justificar la medida, al respeto a los derechos humanos, a su condición de ex presidente, a que la política debe ser magnánima y a que negarle la autorización des legitima el sistema democrático y lo determina como un instrumento de venganza. En el marco de esa justificación, el sentido moral y ético de la sanción desde el punto de vista real y objetivo, resulta condicionado y por debajo de elementos que deben sostener la democracia y el estado de derecho.


Si un ciudadano común y silvestre, si un preso cualquiera pidiera una licencia similar, esta de seguro sería denegada. pero como se trata del Sr. Fujimori, con cuyo brazo parlamentario tiene el APRA una alianza subterránea de intereses comunes, esta es aceptada. No importa que en las afueras de la estación policial los Fujimoristas armen un show mediático y propagandístico; no importa que para el ciudadano común y corriente, este sea un mensaje de que los peruanos no somos iguales, porque los que tienen dinero, relaciones y poder o contactos con el poder tienen un status diferente. Para la clase política peruana, para los pares entre pares, hay que ser "humanitario, demócrata y compasivo". Y el precedente que se esta generando puede ser nocivo para un sistema penitenciario que no es nada confiable.


Esta grotesca concesión que ofende la dignidad de un país y resquebraja la moral pública y el principio de igualdad, va a ser facturada y cobrada en algún momento por el APRA, de eso no hay duda; el problema es que la terminaremos pagando también todos los peruanos. En este contexto, no llama la atención que parlamentarios que son opositores -ante las cámaras de televisión o los micrófonos de las radios, pero en privado oficialistas- hayan apoyado el permiso alegando con mayor histrionismo, no solo la democrática humanidad en la que se apoya Velasquez Quesquen, sino apelando al cristianismo y al mismo fariseísmo con el que negocian por debajo de la mesa sus granjerías y sus negocios privados a partir del cargo público.

Como en la política peruana la ética, los principios, los valores y la moral no existen; como para la clase política peruana esta democracia de trastienda con masas cucufatas, ignorantes y sin cultura cívica, puede ser fácilmente manipulable o encandilada con frases efectistas y discursos gaseosos; el permiso a Alberto Fujimori no significa nada más que un pacto por debajo de la mesa (con la complicidad de algunos actores políticos que juegan a hacer oposición para defender sus intereses) que todos van a saber pero nadie va a poder probar o neutralizar. Es decir estamos una vez más frente a la manida impunidad imperante en la sociedad y en las instituciones peruanas.
Y es que el permiso es ilegal. El Art. 43º del Código de Ejecución penal establece con meridiana claridad que el permiso de salida se obtiene por enfermedad grave; por nacimiento de hijos del interno; por realizar gestiones extraordinarias que requieren la presencia del interno y para realizar gestiones para trabajo y alojamiento ante su inminente liberación.

En el contexto descrito es posible que la hija de Montesinos se case en la Iglesia de la Virgen del Pilar y que Alan García con la misma humanidad y talante democrático que exhibe ahora le de permiso. Tal vez el 2016 si llega nuevamente al poder, García diga que Fujimori y Montesinos están viejos, que la democracia debe ser compasiva y los indulte como lo hizo con Crousillat, un individuo a través del cual se pudo ver los poderes de sanación de García: No solo se curó de sus mortales dolencias cardíacas, ahora vital y activo, hasta quiere recuperar Canal 4.

miércoles, 17 de febrero de 2010

N° 97 - PIQUEO CRIOLLO


LO QUE NO SE ESCRIBIÓ
SOBRE LO QUE SE TENIA QUE ESCRIBIR




Mil disculpas a los lectores de este blog. A los que han reclamado por las actualizaciones y a los que las han esperado en silencio. Como bien dijo mi buen amigo Marcial Pérez, el compromiso con el lector no tiene justificativos. Y aquí estoy, ensayando una líneas sobre diferentes temas que quedaron postergados en el tintero y prometiendo a mis lectores retratar de inmediato mis impresiones sobre la agenda nacional e internacional.


En principio el requerimiento del bono policial generó un conflicto no solo al interior de la institución, sino también al interior del gobierno. El tema demostró cuan "político" e irresponsable puede resultar el Congreso al aprobar e insistir en una bonificación que no tiene base presupuestal, que pondría en peligro las finanzas públicas (porque en economía no se puede arreglar un tema sin des financiar o desarreglar otro) y que lo que debe generar como respuesta, es una política remunerativa estatal, general, definida y concreta; que solucione las distorsiones y corrija las injusticias en diversos sectores del aparato estatal. Por primera vez en muchos años, varios suboficiales han salido a protestar (entre ellos destaca el Sub Oficial Rogelio Escalante quien ha ido más allá de una reivindicación remunerativa y ha denunciado la corrupción en la institución y reformas que pueden ser discutibles pero significan una visión y una preocupación del estamento policial) y reclamado que la oficialidad no los deje solos. Sin justificar la queja, el hecho es inédito y debe merecer algo más que un bono primero para viudas y discapacitados. El gobierno debe tomar el toro por las astas e impulsar antes de irse, una reforma en los salarios del estado, que progresivamente le de al empleado público un ingreso justo y digno.

En ese contexto, el enfrentamiento y las magulladuras sufridas por Giampietri, al defender el incremento remunerativo de las fuerzas armadas, prueban que en el tramo final de su mandato, el almirante ya no es tan importante, ya no representa el puente con los Estados Unidos y concretamente con la CIA, que necesito García para ser Presidente y para obtener (al principio de su mandato) la confianza de los pinches gringos. Siendo el gobierno de Alan García, uno de los regímenes más conservadores de la región, los Estados Unidos saben que García no hará nada que cause incomodidad en la Casa Blanca.

Y como García es conservador, tampoco se va a enemistar con la Iglesia, ni tampoco con Cipriani, a quien no solo besa fervorosa y religiosamente en la mano, sino que condecora. Es decir García no va a denunciar el Concordato, esto es el tratado que el 24 de Julio de 1980, firmara Morales Bermudez con la Santa Sede y que otorga al Vaticano o mejor dicho a la Iglesia Católica, un sistema de subvenciones, exoneraciones, benéficos tributarias y franquicias, así como un Vicariato Castrense con una serie de prerrogativas, que hoy en día resultan inaceptables.

Yo soy católico, apostólico, hincha del glorioso Sport Boys del Callao y me he educado en "colegio de curas" o mejor dicho de hermanos, de los Hermanos de La Salle, de cuya instrucción y formación complementaria a la de mi hogar, estoy agradecido; pero creo que el Perú debe ser un Estado laico, con igualdad de cultos y respeto a la igualdad religiosa consagrada por el Art. 2º de la Constitución. En esa realidad, estamos frente a un tratado que permite la discriminación religiosa, que genera una serie de granjerías que en esta época resultan poco democráticas e intolerantes, en un contexto en el que hay un avance significativo de otras confesiones con relación a la Iglesia Católica. El tema debe ser parte de la agenda democrática de la nueva elección presidencial y esperemos que la sensatez, la justicia y el espíritu democrático se impongan a la cucufatería.


Y si de justicia se trata, el poder judicial controlado por el aprismo y con su operador político Vega Vega sigue dando que hablar, no solo se trata del mensaje que se da al desaprobar al fiscal Avelino Guillén, que actuó eficientemente en el proceso a Fujimori, se trata de las movidas y los trinquetes, para armar el soporte jurídico que permita al indultado Crousillat regresar a CANAL 4 y pagar éste, posteriormente el favor político a Partido Aprista. Igual han hecho siempre los políticos en el poder con Delgado Parker o con los Winter o con Shultz (y no solo Montesinos) controlar los medios de comunicación, merecer el favor de la televisión, es un instrumento de manipulación política en la perspectiva del poder. Y si a esto se suma la insólita absolución del Alcalde de Pucallpa y la resolución que repone a Javier Ríos en el Tribunal Constitucional (y no solo eso sino que establece que el juez lo va a juramentar si el Tribunal Constitucional no lo hace) eso prueba que en materia jurídica cualquier cosa puede pasar en el Perú.

Al final lo que queda de la agenda nacional es que comienza el mambo electoral en el Perú. Que una vez más las elecciones en Lima por el sillón de Nicolás de Rivera van a ser políticas. Que solo Lourdes Flores puede (en un país donde la moral y la ética no cuentan) hacerle sombra a un candidato como Alex Kouri , que lidera las encuestas y tiene la imagen de hombre eficiente, a pesar de los malos olores de su Vía Expresa. En lo que se refiere a las elecciones presidenciales, Toledo reapareció histriónico, melancólico y verborreico como siempre; Bayly crece a pesar de sus inconsistencias programáticas, como aquella de no tener representación parlamentaria o lo de las fuerzas armadas; yen todo caso, habrá que seguir atentamente su evolución. Lo sucedido en los últimos días, deja en claro que no solo en el Poder Judicial cualquier cosa puede pasar, electoralmente en el Perú, también todo es posible. Y el mayor problema de todo esto, es que la clase política no aprende de los golpes. Solo se quedan en la sensualidad del poder, en la seducción del elector, en la imagen de lo que no se es.