sábado, 30 de octubre de 2021

N° 567 - LOS DESERTORES EN LA GUERRA DEL PACIFICO

UN TEMA IGNORADO POR LA HISTORIA OFICIAL: 

Yo soy un entusiasta buscador de archivos bibliográficos chilenos sobre la Guerra del Pacífico, los cuales reviso y conservo con placer, con la ilusión que la vida me alcance para escribir un libro sobre este doloroso episodio de la historia peruana. Los chilenos, cuyo estado se construye en el siglo XIX como un país civilizado, con un concepto de nación y bajo el concepto de país guerrero, con "un ejercito vencedor nunca vencido"  desarrollan desde los tiempos de la Guerra del Pacífico, con rigor académico aspectos diversos sobre el tema, a diferencia de nosotros, que somos un país sin memoria histórica, que tal vez queremos inconscientemente no recordar esa historia, olvidando que en la vida las historias se repiten y que ese carácter bélico de la República de Chile, que en el Siglo XX, se dio con connacionales en la caída de Allende -a pesar de que los márgenes de la cultura  de la violencia, eran bastante estrechos- se pueden repetir  en el Siglo XXI, buscando el agua de los ríos, de  vecinos vistos como inferiores o más débiles, penetrados económicamente por capitales chilenos como en la época del salitre.

Y en medio de esa placentera búsqueda, de bibliografia chilena, encontré una tesis  titulada "Guerra y Nacionalismo durante las Campañas  de 1879-1884. El Contra discurso de los Desertores Chilenos" de  Alejandra Salazar Nilo, de la que me intereso lo  relativo a los desertores chilenos, porque no tenemos nosotros un estudio similar. Tal vez el desertor más famoso de las filas peruanas en la Guerra del Pacífico, sea Agustín Belaunde, jefe del Batallón "Cazadores de Pierola", que quería rendir Arica y que termino huyendo antes de la batalla, terminando en Bolivia, desde donde regreso tras la guerra para ser Diputado Pierolista en 1895. Y aunque la rendición no era lo recomendable. Cabe preguntarnos si entre el gesto épico y heroico de luchar hasta la muerte, no cabía el pragmatismo de la retirada de oficiales y tropas regulares que hubieran servido para la defensa de Lima y para una mejor dirección del curso de la guerra.

A partir de este personaje, hay historias sueltas de desertores indígenas y campesinos reclutados a la fuerza en el ejercito o de peruanos que terminaron enlistándose pero desertando posteriormente. Indudablemente las causas en las  filas peruanas y chilenas son comunes. Pero el estudio sistemático sobre las causas lo tenemos en el lado chileno, que en el caso de esta tesis levanta el velo del ocultamiento historiográfico, que no tiene que ser motivo de vergüenza porque es real y tiene razones que prefiero calificar de humanas, antes que de razones justificadas o no, desde la subjetiva percepción de valores o antivalores como el heroísmo o la cobardía.

Un primera razón de la deserción en la Guerra del Pacífico, fue el enrolamiento forzado de la tropa, el descontento, la falta de alimentación, de medicinas -y por ende de médicos- de vestido y de pagos a la tropa, al margen de los abusos de la oficialidad y el sufrimiento propio de la guerra y la idea de la muerte que enfrenta el soldado en campaña. Cada ejercito entiendo yo, llevo esta problemática, con sus particulares características lógicamente. El estudio chileno nos acerca más a la problemática sureña y nos permite especular sobre la propia, en la medida que no tenemos mayor documentación.

Es indudable que la declaratoria degenero un marcado ambiente de nacionalismo y triunfalismo obsesivo en los tres actores de la guerra, muchos jóvenes se enlistaron para servir a la patria. Enlistarse era motivo de admiración, de honor. Una manera de ganar respeto y ascenso social para los chilenos, sobre todo para el roto chileno. No esta demás decir que en el caso de los sureños en enrolamiento supero sus necesidades logísticas, lo que como ejercito invasor le termino generando problemas. En el caso peruano el enrolamiento de sectores urbanos, no fue significativo y el enrolamiento forzado de masas indígenas y campesinas, tampoco. A punto tal que nunca se llego a cubrir las necesidades de la defensa nacional. Es conocido que los campesinos o indígenas reclutados no sabían en realidad con quien luchaban.

El contexto ideologico y el discurso oficial propio de la parafernalia de la guerra, es aquí importante, las tropas chilenas luchaban para "civilizar" a pueblos indígenas. Un hecho que describe muy bien Carmen Mac Evoy en su libro  "Guerreros Civilizadores". En en caso de las tropas peruanas, el discurso frente al enemigo invasor, era el que marcaba la pauta. Pero el desnivel entre la oficialidad y la tropa fue significativo. Alguna vez conversando en los 80s en Puebla - México con el Coronel Pizarro, Edecán de Allende quien allí residía en condición de exiliado, me hablaba del respeto que se tenía en el Ejercito Chileno, por el oficial peruano de la Guerra del Pacífico más no así por los soldados. 

Una cosa es defender tu tierra, conocerla, estar en medio de tu gente y otra ser un ejercito invasor. Los chilenos tuvieron que movilizar 30,000 hombre como ejercito expedicionario y eso generaba problemas logísticos a la hora de alimentarlos y de curarlos. El personal médico nunca fue suficiente, las medicinas eran escasas y muchos soldados fallecieron por las pestes que cogían en los andes; ese hecho hizo que los enrolamientos voluntarios fueran decreciendo. Si a ello sumamos que la paga era escasa y que las criticas a la guerra eran bastante fuertes por parte de la prensa y los políticos chilenos, queda claro que fue un error de Iglesias pactar la paz con los chilenos, continuar la guerra, no hubiera significado ganarla, pero si negociar en condiciones más ventajosas. La tesis describe a cabalidad el sufrimiento de la tropa por las condiciones de vida existentes, la falta de vestimenta adecuada y los abusos de los oficiales que en un buen margen lo hacia desertar, buscando regresar a su tierra, a pesar de la pena que les esperaba. No sin antes mencionar que en el caso chileno la deserción esta ligada al problema del alcohol, a insubordinación, al robo de dinero, a, asesinatos y a perdidas de artículos personales o de guerra. Al terminar la guerra inclusive, muchos soldados terminaron endeudados con otros soldados, por dinero prestado para comprar alimentos.

No es difícil imaginar que en el caso peruano, un ejercito sin recursos económicos, que había perdido en la  Campaña del Sur la mayor parte de su ejercito regular, sin un gobierno articulador, sufría de problemas de vestido, de alimentación, de vituallas, de armas, lo que hacía que hubiera también un alto grado deserciones, aunque era más fácil escabullirse en su propia tierra. En el caso chileno es interesante resaltar que hubo elecciones presidenciales en medio de la Guerra. Para terminar recuerdo que en Cusco me contaron de un señor que era descendiente de un soldado chileno que deserto y se refugio allí y allí se caso y se quedo y murió en Cusco.  Una historia de novela.


domingo, 17 de octubre de 2021

566 - LA CONQUISTA DE AMERICA

LA NEGACION DE LA FECUNDIDAD DEL MESTIZAJE:


Me tomo un tiempo para escribir en medio de mis recargadas labores, porque me pasa a menudo que, teniendo una idea en la cabeza sobre algunos temas, el trabajo de abogado ocupa todo mi tiempo y se me quedan  ideas en el tintero. Al fin y el cabo, es una manera de desestresarme sobre todo después de leer una resolución, que en un expediente  judicial, justifica el retraso jurisdiccional, en la existencia de más de ocho mil expedientes en giro, escritos y demandas que entran; solo tres especialistas para proveer y el reducido trabajo por la pandemia. Al final la crisis de las instituciones en el Perú, entre ellas del Poder Judicial, tiene que ver con la falta de dinero, con la creación de más juzgados para atender la demanda, con la corrupción, con la provisionalidad de los jueces, con la capacitación de jueces y del  personal de soporte.

Esta semana también ha sido aniversario del nacimiento de Luis Alberto Sánchez, politico cultivado, leído, intelectual respetado, que es modelo de una especie en extinción en la politica peruana, marcada hoy por políticos ignorantones, demagogos, mal hablados, con una penosa oratoria, que en el "parlamento" se ven obligados por ello a leer y que encima lo hacen mal, brillando por su oportunismo, su mediocridad y su angurria de poder.  Y entre las noticias de la semana, esta también la "supuesta ruptura" entre Castillo y Cerrón. Ruptura que creo no es tal, porque sino Castillo no hubiera nombrado al Ministro de Interior que nombro, ni al Embajador en Venezuela que nombro; lo que prueba que su miedo a Cerrón, es tanto como  la necesidad de no enemistarse con un magisterio que no quiere exámenes que verifiquen conocimientos e idoneidad y por eso nombra al Ministro de Educación que nombra;  designaciones que  se hacen a riesgo de la oposición del Congreso y de las críticas de la opinión pública, a la que prefiere ignorar Castillo, no dandole cabida a la prensa en sus actuaciones publicas, porque cree que discurseando  sin mucho brillo, ante auditorios complacientes y con poca cultura ciudadana va a mantener su respaldo.  

Pero  el tema central de la semana, son las críticas a la Conquista de América, que es repetitiva por determinados sectores en el tiempo; criticas que tienen poco o mucho rigor histórico y que es utilizada políticamente, levantando falsas reivindicaciones de  los pueblos originarios de Mesoamérica. No digo falsos  nacionalismos, porque las naciones como las conocemos hoy en día, son producto del mestizaje; de la conquista de América por  individuos que se parecen mucho a los políticos de hoy. Gente oportunista, de poca monta, que buscan riquezas o figuración, conquistando ya no un nuevo mundo, sino el poder y el dinero del mundo de hoy. Y es que los que conquistaron América era parte del vulgo, aventureros, gente que estaba en nada y que buscaba "ese algo" para mejorar su nivel de vida.  Y el gran problema de la visión critica sobre la conquista, es que esta no se analiza en su contexto histórico, en su momento histórico, sino en los parámetros de la cultura de hoy en día. 

Y es necesario indicar que en el Siglo XV  y en el Siglo XVI las potencias o los imperios estaban en una etapa de expansión, buscaban nuevas rutas para oriente; productos con valor para la economía del momento y se encontraron con América. Con el añadido que la conquista en esos tiempos, tenía un fundamento religioso, una base de imposición militar y divina que viene desde las cruzadas,  donde nace aquello de "la cruz y la espada"  porque para la cultura de la época, los indígenas de los nuevos territorios eran salvajes, ateos, seres a los que había que cristianizar y culturizar dentro de los parámetros de occidente, de lo que representaba  la cultura de la guerra o de la conquista de esos tiempos. 

Y por eso hubo excesos, sangre, violencia y brutalidad, de la que no eran ajenos ni aztecas ni incas por ejemplo, que igualmente sojuzgaban salvajemente a otros pueblos que conquistaban. La cultura de la época de dominación y subordinación estuvo marcada con sangre, con violencia, con abusos. Los derechos humanos no existian. Y por eso no todos los conquistados fueron vencidos, porque hubo conquistados vencedores. En México los Tlaxcaltecas se aliaron a los españoles contra los aztecas y en el Perú, Chachapoyas, Huancas, Chancas y Cañarís hicieron lo mismo. La opresión y la violencia politica,  militar y la brutalidad para vencer y sojuzgar a los pueblos de Mesoamérica, no la trajeron los españoles ya era ejercida por las culturas predominantes. Los españoles lo hicieron con base al mayor adelanto que tenían con relación a los pueblos originarios; porque en Europa estaban en la era del hierro y los mesoamericanos estaban en la era del cobre; y los españoles conocían la rueda y tenían  los caballos y los mosquetes, lo que les daba superioridad militar. Y lo bueno como dice José Carlos Mariategui, es que a diferencia del pioneer ingles, el español se mezclo con los aborígenes, los cristianizo, la relación dominación-subordinación tuvo una connotación diferente a la de los ingleses, que buscaron acabar con los pueblos originarios. Y cuando en la península  se toma conciencia de los abusos de los españoles  se dan las Leyes de Indias, lo que implica cierta preocupación por la corona española, de gentes que consideraban parte de la sociedad española, dentro de un carácter de clase lógicamente

Alguna vez conversando con mi padre, hablábamos de lo que representaba adentrarse en tierras desconocidas. Hay un marcado valor en ello, un componente épico. El Sr. López Obrador y el Sr. Pedro Castillo, son dos mandatarios que han  ignorado que en el contexto anterior,  no hay deudas que pagar o arrepentimientos sobre el proceso de la conquista en la hora presente, porque la fecundidad del mestizaje, explica y justifica la historia a la luz de la cultura de los tiempos; donde con un poco de humor, podemos decir que, los pueblos indígenas aportaron los conocimientos astronómicos que recibieron de los extraterrestres; conceptos urbanísticos como los que tenían los mexicas, o conocimientos de agricultura como los que aportaron los incas y productos como la papa,  el maíz, el cacao. Sin la conquista no estaríamos hoy aquí, esta demarcación territorial, las naciones como se conocen actualmente, son producto de ese mestizaje que nace de la conquista de América. 

Es un absurdo renegar de nuestra hispanidad por pura demagogia y populismo, pretender  que los pueblos originarios son las victimas y los españoles los victimarios no es real. Hay que entender el hecho en el contexto historico de la época. El  desarrollo de América sin el choque con occidente, no hubiera sido el mismo. No se puede reinventar ni negar la historia, somos -insisto- producto del mestizaje de dos culturas, con sus luces y sus sombras, con sus heridas y sus cicatrices. Asumir la historia es un ejercicio mas que intelectual, es de identidad y  no puede aceptar prejuicios. 


viernes, 1 de octubre de 2021

N° 565 - 1° DE OCTUBRE DEL 2021

 SOBRE PERIODISTAS, PERIODICOS Y NOTICIAS:


Hoy es 1° de Octubre del 2021, "Día del Periodista", una profesión que miro con afecto y con respeto, un oficio que tengo "el sacrilegio" de ejercer desde los veinte años, tanto en el Perú como en el extranjero. Y digo lo anterior, porque nunca estudie periodismo, porque para ser periodista se necesita colegiarse -y al único colegio que yo fui fue al Colegio La Salle y al Colegio de Abogados- porque yo soy abogado, porque en el Perú a pesar de escribir artículos en varios diarios y comentar en radio, nunca cobre un sol, porque en mi tiempos -es decir cuando tenia por lo menos cuarentaicinco años menos encima- solo se vivía para la adrenalina y la satisfacción de que te publicaran y por eso he vivido siempre de mi profesión de abogado. Salvo en México, donde pude vivir del Periodismo y la literatura, aunque tampoco me siento escribidor y menos escritor, porque soy abogado a tiempo completo y solo tengo ojos para  leer y comentar a escritores y amigos poetas, que admiro por dedicarse a darle a la pluma y a la tinta. Porque finalmente, yo insisto, como soy abogado a tiempo completo, que es algo que hago con pasión y hago bien, espero al final de mis días, dedicarme solo a leer y a escribir.

Y este aniversario del "Día del Periodista", me tomo justo leyendo las "CONFESIONES DE UN INQUISIDOR - MEMORIAS DE CESAR HILDEBRANT", que es uno de los periodistas mas polémicos, influyentes e importantes del país y su lectura y lo que fue la noticia del día, sobre los chats de la bancada de Perú Libre, sus Cerrones y su Bellido, me dio pie para coser palabras y conceptos alrededor de estos temas y rendir -no se si un homenaje o un tributo- a un oficio que con la libertad con la que siempre he caminado en la vida, me permite hacer a placer, una de las cosas que más disfruto: escribir.

En principio quiero  dejar constancia que lo que revelan los chats difundidos por Anuska Buenaluque en "Epicentro", no son novedad.  La politica peruana esta marcada por la traición, por el complot, por  la lucha interna por el poder; por la hipocresía, la demagogia y las desbocadas ambiciones de los políticos.  Y eso no solo se da en el partido de Vladimir Cerrón. Y yo no creo que Bellido se vaya a su casa por esos chats que muestran la miseria politica de los que hacen política. Pedro Castillo ha demostrado que no tiene liderazgo ni personalidad para gobernar. Y su miedo a la reacción de Cerrón si no cede a sus dictados es patético.

Y la  lectura de las Memorias de Hildebrandt en sus primeras páginas, me capto su atención y esta demás recomendar el libro, porque Hildebrandt se recomienda solo y  me hizo recordar la alegría que significaba leer periódicos cuando yo era niño. Porque los domingos en mi casa se compraban  todos los periódicos existentes y aunque no salíamos de casa -porque mi familia era digamos que "casera"-  no nos aburríamos, porque todos leían todo el día, porque los periódicos traían mucha información y tenían suplementos culturales. Y yo lo primero que hacía los días lunes llegando del colegio, era coger el suplemento deportivo de El Comercio, para leer los comentarios de los partidos del fin de semana, cuando había dobletes y tripletes, cuando la Copa Perú era una fiesta del futbol provinciano y el Boys era el Boys, aunque sigue siendo el Boys. No como hoy que los periódicos son famélicos y dan pena, porque los de una misma casa editora traen la misma información;  noticias mal "volteadas"  y mal redactadas, porque el periodista de antes eran gente culta, leída y hoy los periodistas jóvenes no leen. Y por eso el periodismo que hoy impera  y tiene mayor impacto es el de investigación. Y la prensa televisiva no tiene un Alfonso Tealdo, que murió injustamente abandonado y pobre. Es un periodismo  televisivo donde el televidente  extraña a un César Hildebrandt que ya no extraña la televisión, en tiempos donde los periodistas jóvenes de hoy, ni siquiera saben quien es o fue Federico More.

Esos periodistas y ese periodismo de prensa escrita ya no existe. Yo recuerdo con mucho Cariño a Don Cesar Miro, que me publico mis primeros poemas en el Diario Ojo, que hacía dupla con Don Augusto Tamayo -cuando Don Cesar iba como director, Don Augusto Tamayo era jefe del Suplemento y cuando Don Augusto Tamayo era Director, Don César era Jefe del Suplemento- y que fascinado los leí publicados estando de paseo en La Punta, pidiéndole el diario a un heladero de D'Onofrio

Eran otros tiempos, tiempos, en los que el venerable Bernardo Ortiz de Zevallos que fue jefe de redacción en La Prensa, conjuntamente con Guido Chirinos Lizares, Director de Ultima Hora,  Diputado por Lima  en el Congreso de 1980, me permitieron publicar lo que escribiera en Crítica 80. Tiempos en los que con mucho humor recuerdo a Mario Castro Arenas, al que llevándole un articulo de desagravio a Luis Alberto Sánchez para Correo - LAS fue agredido por militantes apristas en medio de la pugna por la candidatura aprista del 80, se negó a publicarlo porque me dijo "me voy a ganar el pleito con Armando".

En mi recuerdo esta también Don Miguel Cavero Eguzquiza, que fue jefe de Editorial de El Comercio y el segundo fiscal de la nación que me publico algunos artículos en su página editorial. Tal vez sea mezquino pero los referentes actuales del periodismo escrito no me llenan los ojos, salvo algunas excepciones que  son más mediáticas, adaptadas  al periodismo audiovisual como Rosa María Palacios  o el mismo Hildebrandt y otras voces que se dedican al análisis político. Hablo de estética, de redacción, de formas literarias porque el periodismo escrito tiene mucho de literatura.  Hablo de una profesión que esta en crisis no por los periodistas sino por los empresarios del periodismo y que como muchos otros oficios, depende de la nobleza con la que se ejerza.