UN TEMA IGNORADO POR LA HISTORIA OFICIAL:
Y en medio de esa placentera búsqueda, de bibliografia chilena, encontré una tesis titulada "Guerra y Nacionalismo durante las Campañas de 1879-1884. El Contra discurso de los Desertores Chilenos" de Alejandra Salazar Nilo, de la que me intereso lo relativo a los desertores chilenos, porque no tenemos nosotros un estudio similar. Tal vez el desertor más famoso de las filas peruanas en la Guerra del Pacífico, sea Agustín Belaunde, jefe del Batallón "Cazadores de Pierola", que quería rendir Arica y que termino huyendo antes de la batalla, terminando en Bolivia, desde donde regreso tras la guerra para ser Diputado Pierolista en 1895. Y aunque la rendición no era lo recomendable. Cabe preguntarnos si entre el gesto épico y heroico de luchar hasta la muerte, no cabía el pragmatismo de la retirada de oficiales y tropas regulares que hubieran servido para la defensa de Lima y para una mejor dirección del curso de la guerra.
A partir de este personaje, hay historias sueltas de desertores indígenas y campesinos reclutados a la fuerza en el ejercito o de peruanos que terminaron enlistándose pero desertando posteriormente. Indudablemente las causas en las filas peruanas y chilenas son comunes. Pero el estudio sistemático sobre las causas lo tenemos en el lado chileno, que en el caso de esta tesis levanta el velo del ocultamiento historiográfico, que no tiene que ser motivo de vergüenza porque es real y tiene razones que prefiero calificar de humanas, antes que de razones justificadas o no, desde la subjetiva percepción de valores o antivalores como el heroísmo o la cobardía.
Un primera razón de la deserción en la Guerra del Pacífico, fue el enrolamiento forzado de la tropa, el descontento, la falta de alimentación, de medicinas -y por ende de médicos- de vestido y de pagos a la tropa, al margen de los abusos de la oficialidad y el sufrimiento propio de la guerra y la idea de la muerte que enfrenta el soldado en campaña. Cada ejercito entiendo yo, llevo esta problemática, con sus particulares características lógicamente. El estudio chileno nos acerca más a la problemática sureña y nos permite especular sobre la propia, en la medida que no tenemos mayor documentación.
Es indudable que la declaratoria degenero un marcado ambiente de nacionalismo y triunfalismo obsesivo en los tres actores de la guerra, muchos jóvenes se enlistaron para servir a la patria. Enlistarse era motivo de admiración, de honor. Una manera de ganar respeto y ascenso social para los chilenos, sobre todo para el roto chileno. No esta demás decir que en el caso de los sureños en enrolamiento supero sus necesidades logísticas, lo que como ejercito invasor le termino generando problemas. En el caso peruano el enrolamiento de sectores urbanos, no fue significativo y el enrolamiento forzado de masas indígenas y campesinas, tampoco. A punto tal que nunca se llego a cubrir las necesidades de la defensa nacional. Es conocido que los campesinos o indígenas reclutados no sabían en realidad con quien luchaban.
El contexto ideologico y el discurso oficial propio de la parafernalia de la guerra, es aquí importante, las tropas chilenas luchaban para "civilizar" a pueblos indígenas. Un hecho que describe muy bien Carmen Mac Evoy en su libro "Guerreros Civilizadores". En en caso de las tropas peruanas, el discurso frente al enemigo invasor, era el que marcaba la pauta. Pero el desnivel entre la oficialidad y la tropa fue significativo. Alguna vez conversando en los 80s en Puebla - México con el Coronel Pizarro, Edecán de Allende quien allí residía en condición de exiliado, me hablaba del respeto que se tenía en el Ejercito Chileno, por el oficial peruano de la Guerra del Pacífico más no así por los soldados.
Una cosa es defender tu tierra, conocerla, estar en medio de tu gente y otra ser un ejercito invasor. Los chilenos tuvieron que movilizar 30,000 hombre como ejercito expedicionario y eso generaba problemas logísticos a la hora de alimentarlos y de curarlos. El personal médico nunca fue suficiente, las medicinas eran escasas y muchos soldados fallecieron por las pestes que cogían en los andes; ese hecho hizo que los enrolamientos voluntarios fueran decreciendo. Si a ello sumamos que la paga era escasa y que las criticas a la guerra eran bastante fuertes por parte de la prensa y los políticos chilenos, queda claro que fue un error de Iglesias pactar la paz con los chilenos, continuar la guerra, no hubiera significado ganarla, pero si negociar en condiciones más ventajosas. La tesis describe a cabalidad el sufrimiento de la tropa por las condiciones de vida existentes, la falta de vestimenta adecuada y los abusos de los oficiales que en un buen margen lo hacia desertar, buscando regresar a su tierra, a pesar de la pena que les esperaba. No sin antes mencionar que en el caso chileno la deserción esta ligada al problema del alcohol, a insubordinación, al robo de dinero, a, asesinatos y a perdidas de artículos personales o de guerra. Al terminar la guerra inclusive, muchos soldados terminaron endeudados con otros soldados, por dinero prestado para comprar alimentos.
No es difícil imaginar que en el caso peruano, un ejercito sin recursos económicos, que había perdido en la Campaña del Sur la mayor parte de su ejercito regular, sin un gobierno articulador, sufría de problemas de vestido, de alimentación, de vituallas, de armas, lo que hacía que hubiera también un alto grado deserciones, aunque era más fácil escabullirse en su propia tierra. En el caso chileno es interesante resaltar que hubo elecciones presidenciales en medio de la Guerra. Para terminar recuerdo que en Cusco me contaron de un señor que era descendiente de un soldado chileno que deserto y se refugio allí y allí se caso y se quedo y murió en Cusco. Una historia de novela.
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