EN BUSCA DE LA FELICIDAD:
Este sentimiento que vivimos los peruanos, de unidad, de amor al Perú, de ilusión y de un deseo muy grande -que yo diría es un convencimiento- de que hoy se va a lograr una victoria, no lo he visto antes en mi vida alrededor del fútbol y menos aun, proyectado al mundo gracias al desarrollo de los medios de comunicación; creo que tiene varias lecturas. La primera, es que lo que estamos viviendo, no tiene que ver forzosamente con los treintaiseis años fuera de un mundial. Tiene a mi entender, una estrecha relación con la necesidad de liberar la frustración de una nación generalmente conflictuada, jodida, sin un horizonte claro; una nación poco acostumbrada al sabor de la victoria, a confiar o a aferrarse a algo o a alguien; a ilusionarse en un país que no tiene un concepto definido de nación, ni líderes, ni una clase política con visión de futuro.
Escribo estas líneas a poco de comenzar el partido, con un equipo que esta tocando y poniendo la pelota al piso. Y en ese escenario de diversas pulgadas, en el que desde Lima acompañamos a los miles de peruanos que están en el estadio y por las calles de Rusia en el aliento a esos once muchachos con los que queremos decirle al mundo: "Aquí estamos hoy". Un hoy que nos convenza que hay que construir el futuro. Que no es solamente nuestra historia, nuestro pasado, nuestra geografía, nuestra gastronomía o el calor de nuestra gente lo que nos define.
Este sentimiento de unidad, de fe y de compromiso con el Perú, nos debe convencer que podemos hacer las cosas bien, si hay voluntad de hacerlo; si no priorizamos intereses personales, si somos "un equipo" o mejor dicho una nación. Podemos saborear las mieles de la victoria, disfrutar y ser felices con mayor frecuencia si tenemos conciencia del valor de lo colectivo, que es el ejemplo de quienes nos representan en una cancha de fútbol. Hay que buscar objetivos no solo nacionales sino razonables. No podemos por ejemplo "Cerrar el Congrezoo" pero si ir a una "Renovación por tercios" que es algo más factible. Que los dioses nos sean propicios. .
Este sentimiento de unidad, de fe y de compromiso con el Perú, nos debe convencer que podemos hacer las cosas bien, si hay voluntad de hacerlo; si no priorizamos intereses personales, si somos "un equipo" o mejor dicho una nación. Podemos saborear las mieles de la victoria, disfrutar y ser felices con mayor frecuencia si tenemos conciencia del valor de lo colectivo, que es el ejemplo de quienes nos representan en una cancha de fútbol. Hay que buscar objetivos no solo nacionales sino razonables. No podemos por ejemplo "Cerrar el Congrezoo" pero si ir a una "Renovación por tercios" que es algo más factible. Que los dioses nos sean propicios. .
No hay comentarios.:
Publicar un comentario