viernes, 8 de junio de 2018

N° 475 - ARICA

7 DE JUNIO DE 1880:



Arica es una batalla que tiene para los chilenos,  el mundano sabor de la victoria y nada más, aunque  sus historiadores o connacionales lo nieguen y quieran pintar de heroísmo y de gloria, los laureles de la victoria. Ante la superioridad numérica y de poder de fuego de los sureños, ante su dominio del mar, la victoria era más que previsible; era total y absolutamente segura. Que haya habido actos o acciones individuales, de arrojo, de valor o de valentía es otra cosa. Hay victorias y "victorias" en la vida y en la guerra.

Que los chilenos llegaran a la cumbre del morro que tomaran el "Cerro Gordo", que izaran su bandera en el Fuerte Ciudadela, que escalaran todo ese trayecto desde la parte baja del morro en pelotón o en guerrilla y a bayoneta calada, era cuestión de tiempo. El mismo tiempo que transcurrió entre la llegada del Oficial del Batallón Iquique, Sargento Mayor Juan de la Cruz Salvo,  al Cuartel General peruano -ubicado en las faldas del morro- pidiendo  la rendición de la plaza; y  el tiempo que se consumió en la madrugada del 07 de Junio, cuando en medio de la neblina y de la pasividad de las defensas peruanas se rompieron los fuegos y comenzó la batalla.

Arica es una de esas  dolorosas derrotas, en la que se puede graficar una vez más, la mediocridad, la  pusilanimidad y la proclividad  por el interés personal o de grupo de nuestra clase dirigente. El "apure Leiva apure" que se repite dramáticamente de diferentes maneras y en diferentes momentos de nuestra historia  republicana. Una indiferencia que mata, que representa nuestro subdesarrollo, nuestra falta de institucionalidad, de concepto de nación; y que hoy tiene la frívola  imagen de un televisor, de un frigo bar o de corruptelas de quienes debiendo respetar la ley, la violan, la incumplen o la interpretan antojadizamente en función de su propio interés.

La mañana que De la Cruz Salvo pidió la rendición de la plaza, catorce hombres acompañaron a Bolognesi en su compromiso con el país y en su camino al calvario. Allí estan Bolognesi, Alfonso Ugarte, Joaquín Inclan,  Justo Arias y Araguez, Guillermo Moore, Ramón Zavala, Manuel de la Torre, Roque Saenz Peña, Francisco Cornejo, Benigno Cornejo, Mariano Bustamante, José Santos Lagomarcino, Francisco Chocano, Juan Pablo Ayllon y Mariano Bustamante. 

Y frente a la memoria de estos oficiales que con un puñado de peruanos -que no eran en su mayoría soldados regulares sino civiles enlistados-  ofrendaron sus vidas por la patria; cabe preguntarnos cuantos jóvenes hoy en día los pueden identificar o son conscientes de su sacrificio. En un mundo que ha perdido el sentido épico de la vida por el pragmatismo y la comodidad, hoy hay otros iconos que se yerguen como valores sociales y por eso un Marco Aurelio Denegri se muere solo, sin dinero y abandonado en el hospital y contariamente a lo que él representa, las "Petas" y la "habilidad de las patas", el dinero y el poder por el poder, son el ideal de éxito en la vida y concentran el interés nacional.

En esta historia de amor al Perú que se escribió con sangre en Arica. Que es una historia que se pierde en ceremonias oficiales, cuando debería hacerse piel entre los peruanos y sobre todo, entre los peruanos más jóvenes; hay diversas historias personales que le dan el sentido épico al sacrificio, sabiendo que la suerte esta echada y que el presente era la muerte. 



Las palabras de Francisco Bolognesi en la casa de la respuesta, el desprendimiento de un Alfonso Ugarte -que no necesita pintarse con una bandera entre las manos, porque no es un dato real- pero que es un amor que se gráfica en su decisión de quedarse en el Perú, de luchar hasta morir y de armar un ejercito con su propio peculio es revelador. Allí esta la historia del viejo Arias Araguez que conminado a la rendición, con sable en mano, grita ¡No me rindo Carajo! ¡Viva el Perú!, para caer fulminado ante la metralla enemiga. Una historia a la que se suma la del adolescente Alfredo Maldonado volando la santabarbara del Fuerte Ciudadela.

Negar en el contexto histórico anterior, la masacre de rendidos en la Iglesia Matriz de Arica o por las calles de la ciudad, negar el salvajismo con el  la que "las tropas victoriosas" se llenaron de sangre después de que los defensores de Arica habían sido derrotados, es posible gracias a que cada quien escribe su "historia oficial" y ensalza a sus caídos. Pero frente a la historia oficial esta la verdad histórica, el análisis frió, descarnado y desapasionado, con el que se debe aprender del error o de la desgracia. Algo que al parecer no hemos aprendido los peruanos a asimilar todavía y por eso hace décadas se habla de reponer los viejos tanques rusos y no se decide ninguna compra. Por eso hemos perdido nuestro predominio submarino en el Pacífico por la misma indefinición y en medio de una fuerza aérea inoperativa, que no va a tener capacidad de reacción, cuando suenen los tambores de guerra, por un agua que sera el guano y el salitre del Siglo XXI.

ARICA, es una historia de amor a la patria, que no se si volverá a repetir en un país en el que ya no se hace servicio militar; donde la gente ya no se cuan dispuesta  este a morir por la patria, porque los que la defienden, los que van a la guerra, son los pobres, los misios, los desposeídos, los "cholos"; en un país donde la educación y la historia no tienen un papel relevante y donde no hay conciencia del valor de lo colectivo. 

Y en medio de todo esto, allí esta el solitario esfuerzo de Carlos Oganes y su película "Gloria del Pacífico". Un talentoso productor cinematográfico al que el Estado le da la espalda ante su insistencia de seguir retratando la Guerra del Pacífico. Y allí esta finalmente un Congreso de la República que para recrear la ignorancia de los que la componen, decora el Salón Bolognesi con una falsa fotografía de la respuesta de Bolognesi, una fotografía que es propia de un montaje teatral de principios del Siglo XX, con errores de vestimenta que terminan siendo una ofenda a la gesta del Morro. 

(*) Lea en este Blog: "LA FOTO FALSA DE BOLOGNESI".....en el Congrezoo de la República. Buscarlo en etiquetas como "Guerra Con Chile".

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