Ha muerto sin lugar a dudas, el último de los grandes caudillos latinoamericanos. El líder indiscutible de muchos de los movimientos de izquierda revolucionaria en América y en el mundo. Ha muerto Fidel Castro Ruz. Y como hombre polémico y controvertido. Como autócrata autoritario que desato en vida adhesiones y repulsas, odios y afectos; su muerte expresa sentimientos encontrados y los seguirá desatando hasta el fin de los tiempos. Porque Fidel Castro Ruz, es uno de los grande actores del Siglo XX.
Nadie puede dudar de lo que represento la Revolución Cubana a mediados del Siglo XX. El proceso de liberación del pueblo cubano, recogió adhesiones y simpatías, militancia ideológica y de sentimientos por un mundo que ya sentía la autoritaria realidad de un mundo dividido entre dos bloques; entre dos "imperialismos", entre dos maneras de gobernar el mundo. Allí estan por ejemplo, las figuras de Javier Heraud y de Luis de la Puente Uceda, el mítico líder de MIR y una juventud que en esos años, se ilusionaba por los guerrilleros de Sierra Maestra y por su quijotesca lucha contra Batista y contra un penetración norteamericana que se había convertido en el mayor actor de la economía en la isla y la había convertido en el refugio caribeño y prostíbular de muchos norteamericanos.
Lo que vino después, es la obligatoria definición de un líder nacionalista que ante la presión norteamericana de convertirse en una nueva versión de Batista, se vio obligado -contrariamente a lo que inicialmente pensaba- a declarar marxista su revolución e hipotecarse a los soviéticos, para no ser derrocado por los norteamericanos.
Lo que implica esa definición, que no es otra cosa que las excrecencias y las limitaciones del poder, de la política y del autoritarismo; es la falta de libertades, la dictadura del partido único y la opresión para mantener el statu quo, en un país pobre, que necesitaba de la subvención y el apoyo soviético para mantenerse o mejor dicho para vivir. En ese doloroso contexto para los valores democráticos, nadie puede negar que la revolución tuvo y tiene logros importantes como sociedad, en sectores como salud, educación o deportes. Que tiene activos y pasivos, cuyo balance siempre se va a inclinar según las preferencias ideológicas de quien juzgue a Castro, a su régimen y al juicio que le corresponde frente a la historia. En Cuba -así como fuera de Cuba hay gente que lo detesta- hay gente que a pesar de sufrir las penurias de un régimen -que aunque tuvo que abrirse en lo económico- sigue manteniendo una cotidianidad, que implica una vida con limitaciones y carencias, sigue apoyando a la revolución y a la figura de Fidel.
Ha muerto Fidel Castro pero contrariamente a lo que piensa sus más encarnizados opositores, veo difícil que muera tan rápido su revolución, la revolución cubana, que se inicio llena de misticismo y heroicidad y que termino entre os olores nauseabundos a los que huelen las dictaduras. Las condiciones no están dadas para el final del castrismo. La gente que esta en el poder, son los niños que han nacido con la revolución y que están mentalizados con que hay que defenderla hasta con la vida. El transito va a ser lento y doloroso. Y el juicio de la historia no creo que encuentre un tribunal lo suficientemente imparcial para juzgarlo.
Ha muerto Fidel Castro pero contrariamente a lo que piensa sus más encarnizados opositores, veo difícil que muera tan rápido su revolución, la revolución cubana, que se inicio llena de misticismo y heroicidad y que termino entre os olores nauseabundos a los que huelen las dictaduras. Las condiciones no están dadas para el final del castrismo. La gente que esta en el poder, son los niños que han nacido con la revolución y que están mentalizados con que hay que defenderla hasta con la vida. El transito va a ser lento y doloroso. Y el juicio de la historia no creo que encuentre un tribunal lo suficientemente imparcial para juzgarlo.