LA VICTORIA DE DONALD TRUMP:
El triunfo de Donald Trump, que es el triunfo de un hombre pragmático y de un mecenas enlistado en un partido tradicional, para buscar la presidencia a la manera de "democracias" como la peruana, donde ante el descontento de las élites políticas, el dinero abre las puertas a la participación y el protagonismo político; hay que analizarlo desde diferencias aristas, las mismas que van desde esa religiosa, que lo ve como uno de los representantes de Satanás del que habla la biblia al referirse al fin de los tiempos (Revelación 7,14) hasta la interpretación que se detiene en la polarización de una sociedad que hoy muestra que las mayorías anglosajonas sintiendo el peligro de verse desbordadas por las minorías inmigrantes, apuestan por un liderazgo radical y con el sesgo autoritario de la primera potencia mundial, que les devuelva el lema de "América para los angloamericanos" (el añadido es mío) en un contexto en el que la institucionalidad norteamericana no ha encontrado el liderazgo que la complemente y personalice en medio de problemas diversos, que también afectan a esas minorías que no se ven representadas por la clase política tradicional y que se ven perjudicadas por decisiones políticas que no han solucionado la problemática social; como la necesidad de reformas en salud que no funcionaron o problemas de seguridad, de productividad o de empleo, en los que hay un descontento popular generalizado, capitalizado por el estilo simplón de Trump; porque Obama y los demócratas sin hacer un mal gobierno no llenaron las expectativas, como tampoco las lleno la Sra. Clinton que vista como el "mal menor" del sistema, fue desplazada por el "mal mayor" del representante de un supuesto antisistema.
Si Donald Trump cumple con sus promesas electorales, sin duda alguna va a ser el noveno presidente de los Estados Unidos muerto durante su mandato y el quinto asesinado, lo anterior porque es difícil pensar que la institucionalidad norteamericana o el poder que esta detrás del Salón Oval de la Casa Blanca, permitan que caricaturice el ejercicio del poder y se aparte del libreto o de la agenda que se tiene como país y que rompería con políticas públicas definidas en lo interno y en lo externo, en lo que se refiere a su política internacional.
Una cosa es ser "el gran policía del mundo" y otra cosa el matón y el prepotente del planeta o "chupar de un solo vaso" con Putín. Una cosa es hablar contra México y los mexicanos y otra cosa negar la presencia de la comunidad mexicana y las relaciones económicas entre dos países que comparten una amplia franja fronteriza. Una cosa es pretender ser caudillo en el Perú y otra en los Estados Unidos, donde los mismos republicanos no lo quieren y el sistema no permite caudillismos de república bananera o de cualquier tipo que rompa con la tradición democrática y republicana norteamericana.
Y finalmente, a tenor de esos afectos, es necesario indicar que Don PPK una vez más metió la pata, olvidándose de que la Presidencia del Perú y el manejo de las relaciones internacionales merece prudencia, se pronuncio contra la Presidencia de Trump y ahora tiene que tragarse sus palabras, esperando que éste no tome muy en serio a este "gringo peruano" que mostró su corazoncito demócrata. Lo que viene no es para especular hay que verlo y vivirlo. Corren las apuestas.
Y finalmente, a tenor de esos afectos, es necesario indicar que Don PPK una vez más metió la pata, olvidándose de que la Presidencia del Perú y el manejo de las relaciones internacionales merece prudencia, se pronuncio contra la Presidencia de Trump y ahora tiene que tragarse sus palabras, esperando que éste no tome muy en serio a este "gringo peruano" que mostró su corazoncito demócrata. Lo que viene no es para especular hay que verlo y vivirlo. Corren las apuestas.
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