UNA MODA QUE TIENE UN TRASFONDO:
Cuando vi a varios congresistas tomando "selfies" (auto foto) en el hemiciclo no pude mas que sonreír. Me recordó el de los Ministros de Humala en Fiestas Patrias y me despertó el interés de escribir sobre el tema. Esta es una moda de la hora presente, una moda que se repite en diversos sectores sociales y se proyecta a las redes sociales; hasta hay una venta masiva de adminiculos que son varas para colocar el celular y tomar la foto a cierta distancia y con ello la ingenua invitación a seguir la moda y "tomarse un selfie".
La imagen sonriente de los congresistas, que se ha diversificado en estos tiempos en hombres y mujeres de toda edad y condición social, me genero el interés de escribir sobre el tema pero desde la perspectiva del psicoanálisis y del poder. Sobre lo que representa desde el punto de vista "político" del yo interior, esta moda que resulta voyerista, narcisista o ególatra y que consiste en auto-retratarse.
En el caso de los políticos, es sintomático el hecho de que a un político, que busca y necesita el poder, que tiene por lo general una personalidad narcisista y egocéntrica, le signifique placer el verse retratado, el retratarse el mismo permanentemente y que ese retrato sirva para auto acariciarse, para tener una aceptación que la replica emocionalmente en su entorno o para pasar por el tamiz del halago. El arte de manipular o usar a otros propio de la política, pasa por manipularse a si mismo. A usar su imagen en beneficio y para placer propio. La insistencia de retratarse en todo acto político personal es una manera de obsesiva de auto promocionarse que tiene un significado y una significación.
En el caso de los políticos, es sintomático el hecho de que a un político, que busca y necesita el poder, que tiene por lo general una personalidad narcisista y egocéntrica, le signifique placer el verse retratado, el retratarse el mismo permanentemente y que ese retrato sirva para auto acariciarse, para tener una aceptación que la replica emocionalmente en su entorno o para pasar por el tamiz del halago. El arte de manipular o usar a otros propio de la política, pasa por manipularse a si mismo. A usar su imagen en beneficio y para placer propio. La insistencia de retratarse en todo acto político personal es una manera de obsesiva de auto promocionarse que tiene un significado y una significación.

Al final estamos frente a un trastorno obsesivo compulsivo, que tiene que ver con falta de autoestima. Y si tenemos políticos que se paran "selfiando" la pregunta es que se puede esperar desde la perspectiva del bien común, del bienestar del prójimo o del arte de gobernar, de gente egocéntrica, personalista e insegura; de personajes que necesitan estar permanentemente mirándose al espejo, que necesitan auto afirmarse. Que necesita llamar la atención y sentirse el centro de su pequeño universo. Una pregunta que se responde desde la orilla de "yo", del interés personal.
Esta practica nociva en exceso es peligrosa, sobre todo en adolescentes y debe de manejarse en los mejores términos. Hay en todo esto cierto grado de superficialidad, de perdida de espacios de intimidad, de búsqueda de auto aceptación. Algo que es aparentemente intrascendente no lo es. Desde mi modesto punto de vista es una forma de voyerismo y de exhibicionismo sobre la que tratándose de jóvenes o de adolescentes debemos tener conciencia que resulta peligrosa, más allá de ser una simple moda.
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