Que las relaciones entre la prensa o los periodistas y el poder son difíciles, crispadas y confrontacionales, no es ningún secreto. Lo han sido siempre y lo son más aun ahora, cuando tenemos una precaria institucionalidad, que hace que no impere el derecho, la justicia y la verdad. Cuando tenemos caricaturas o carcasas de partidos políticos y "lideres políticos" o "políticos" o aprendices de políticos, que se perpetúan como dirigentes de partidos de fachada, que alimentan una clase política llena de personajes grises, marcados por la mediocridad, la corrupción y el oportunismo. Gente sin mayor talento ni cultura, que miente deliberadamente, que prioriza sus intereses personales, su ambición y que con cinismo y sin rubor, tratan de buscar el voto de ciudadanos sin cultura cívica ni política; arropándose en el poder que les da la política y los personajillos que conforman la corte que los acompaña siempre. Es penoso decirlo, pero eso es lo que hay mayoritariamente en los partidos políticos, que sin cuadros, cuando llegan al poder terminan apelando a técnicos independientes para gobernar.
En el contexto anterior, la combativa periodista Milagros Leiva -que desde su tribuna televisiva, ha venido denunciando las corruptelas de los gobernantes de turno, las de los gobiernos anteriores y las excrecencias de nuestra "clase política"- se vio obligada a renunciar, al reconocer que pago TREINTA MIL DOLARES AMERICANOS (US/. 30,000.00) de su propio peculio, para obtener una entrevista con MARTÍN BELAUNDE LOSSIO. Lo anterior, ante el beneplácito de Palacio de Gobierno, ante las relamidas de la bancada nacionalista que hablaba del "delito cometido" por la periodista y ante la sonrisa de los operadores jurídicos del régimen que la habían amenazado en privado.
Y como yo estoy más cerca de los lectores, que de los electores y milito en lo que queda del partido de Belaunde -no se sinceramente hasta cuando- luchando desde adentro porque todo no sea intereses personales o búsqueda simple del poder. Desde mi perspectiva estrictamente jurídica y como abogado, tengo que indicar que no hay delito. Puede haber in conducta ética desde una determinada visión, pero no delito. Y digo in conducta ética desde una determinada visión, porque desde otra perspectiva, desde otra visión. Desde la perspectiva estrictamente periodística; de la búsqueda de la noticia, de la primicia o de la verdad, no hay infracción ética. No la hay porque en éste caso el dinero es un medio para la obtención de la noticia, como lo puede ser el buscar que alguien asile a un perseguido político o como la Sra. Magaly Medina paga a sus "invitados" para que le hagan la noche.
Para mayor abundamiento, el Sr. Martín Belaunde Lossio era indudablemente un prófugo de la justicia, una persona que ha cometido delitos. Pero delitos en un contexto político, donde están involucrados personajes del mayor nivel del gobierno. Y en esa dirección, la búsqueda de la noticia, de la primicia, de la verdad, era buscar la declaración o la delación de sus cómplices -aprovechando la presión de la fuga, el que se sentía traicionado- descubrir las granjerías, los delitos y las corruptelas de la clase política, porque queda claro que Belaunde Lossio no actuó solo.
En ese contexto, en esa dirección, creo que tiene lógica y sentido común, pagar para obtener la declaración. El pago no es, no fue para que se escape, el pago es o fue por una finalidad estrictamente periodística, que es buscar la verdad, desnudar las corruptelas de un régimen que se lleno la boca de honestidad. Yo en lo personal no pienso que el fin sea ilícito. Creo que es cuestión de personalidad, de tomar una decisión, en una circunstancia en la que queda claro que el medio para el cual trabajaba no va a dar el dinero para la entrevista. El fin era desde mi punto de vista un fin superior, era contribuir a adecentar la política, a quitarle la careta a estos aventureros, oportunistas o demagogos, que hablando en nombre de los pobres, de la democracia, del partido o del país, lo único que les interesa es el bolsillo y su posibilidad de poder.
En ese contexto, en esa dirección, creo que tiene lógica y sentido común, pagar para obtener la declaración. El pago no es, no fue para que se escape, el pago es o fue por una finalidad estrictamente periodística, que es buscar la verdad, desnudar las corruptelas de un régimen que se lleno la boca de honestidad. Yo en lo personal no pienso que el fin sea ilícito. Creo que es cuestión de personalidad, de tomar una decisión, en una circunstancia en la que queda claro que el medio para el cual trabajaba no va a dar el dinero para la entrevista. El fin era desde mi punto de vista un fin superior, era contribuir a adecentar la política, a quitarle la careta a estos aventureros, oportunistas o demagogos, que hablando en nombre de los pobres, de la democracia, del partido o del país, lo único que les interesa es el bolsillo y su posibilidad de poder.
Ahora bien, la bancada nacionalista ha pedido a la fiscalía que denuncie a Milagros Leiva, por "pagarle para que se fugue Martín Belaunde Lossio" y aquí hay que decir dos cosas. La primera que el dinero no fue para que se fugue sino para que le de una entrevista. Y la segunda, que el dinero no se lo dio a Belaunde Lossio sino a Yuliano Arista el "Curaca Blanco", el peruano residente en Bolivia casado con la prima de Martín Belaunde Lossio, dedicado a la quiromancia, cartomancia y no se cuantas cosas más, en cuya casa estaba Belaunde. Lo concreto y lo real es que el dinero lo pidió y recibió "El Curaca Blanco" que como buen avivato o como buen peruano, termino sorprendiendo a la periodista y quedandose con el dinero.
Entrando en materia, debo decir que en lo estrictamente jurídico, he leído una serie de tipificaciones absurdas, caricaturezcas. Y frentea ello tengo que decir que, de existir algún delito, este supuesto delito sería el de FAVORECIMIENTO A LA FUGA, preceptuado por el Art. 414° del Código Penal. Pero los hechos no se adecuan al tipo penal. El Art. 414° del Código Penal establece que "El que por violencia, amenaza o astucia, hace evadir a un preso, detenido o interno o le presta asistencia en cualquier forma para evadirse, sera reprimido con pena privativa de libertad , no menor de dos ni mayor de cuatro años.....". Si el agente que favorece la fuga es funcionario público la pena es no menor de tres años ni mayor de ocho años.
A tenor de lo anteriormente expuesto, es necesario indicar que el dinero se le dio al "Curaca Blanco" y no a Martín Belaunde Lossio, fue por la entrevista y no para evadirse, para favorecer su fuga. Aun en el supuesto que el dinero se le hubiera dado a Belaunde Lossio, el objetivo no fue favorecer su fuga. Si indirectamente el dinero lo utilizo Belaunde Lossio para evadirse, ese hecho no compromete penalmente a la Leiva. La jurisprudencia es uniforme en señalar, que nuestro Código Penal le da valor jurídico sancionador a la conducta activa constituida por un hacer determinado o pasiva por una omisión a ese hecho predeterminado. En el caso de autos, la causalidad no era favorecer la fuga y por ello no hay posibilidad que sea pasible de una sentencia.
Que a la Srta. Milagros Leiva por mala fe o por ignorancia la quieran crucificar, le inventen amorios con Belaunde Lossio o la quieran humillar desde el poder, es comprensible. Que utilizando los resortes de un Poder Judicial siempre proclive y subordinado al poder político, la quieran sentenciar a través de un juez complaciente, es posible. Lo que no creo como abogado es que esa sentencia -en el supuesto que se evacuara- cause estado o termine siendo definitiva. En medio de tantas limitaciones la justicia si funciona.
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