El rasgo característico de la política criolla de la hora presente -donde ya no hay (en la magnitud de antaño) líderes de solera, ni personajes con personalidad, con conocimientos, cultura y talento político; sino caudillos, caudillejos y caudillitos, que le ponen su marca a las franquicias políticas o a las plataformas electorales en las que se apoyan. Y que hoy se llaman partidos políticos, para usar el nombre de una institución que ya no existe en el Perú en el verdadero sentido del término- es la grisitud de los actores políticos, su mediocridad, su demagogia y su oportunismo, sus ambiciones personales. La ridícula pequeñez de sus aires de grandeza y su soberbia. Una situación que hace que las cúpulas partidarias, manejen y manipulen a su antojo a minoritarias militancias sin cultura cívica ni política, porque ya no existen partidos de masas y el único que existía esta en crisis.
En ese escenario, lo que impera es la mentira y el embuste, el juego de imágenes para aparentar lo que no se es; el hablar con histrionico cinismo de democracia, de igualdad, de "honestidad" cuando en las internas partidarias buscan ramplonezcamente trafear resultados y manipularlos, poniendo gente que en lugar de actuar con imparcialidad busque favorecerlos. En ese contexto, estamos en el final de un gobierno caracterizado por un aventurerismo de poco rodaje, por su mediocridad. Un gobierno que se dedico a confrontar a sus opositores, a ignorar que la democracia es dialogo y concertación. Un gobierno donde el gobernante con el pretexto del "compromiso de la unidad familiar", por sus limitaciones intelectuales y su falta de personalidad, co-gobierna con su esposa. Con una mujer ambiciosa -de la que es dependiente emocional e intelectualmente- que al verse acorralada por las denuncias y las investigaciones en su contra, al ser una de las dos caras del poder, toma la decisión audaz y provocadora de utilizar a un servil Ministro de Justicia para destituir a la Procuradora Pública de Lavado de Activos, la Dra. Julia Príncipe y ganar tiempo para recomponer su estrategia de defensa ante el fallo adverso del Tribunal Constitucional que los servicios de inteligencia le habían comunicado de antemano y por el que se pidio el apartamiento del Dr. Urviola, Presidente del mismo.
Que la Sra. Nadine Heredia con "la cara lavada", diga que la salida de Julia Príncipe la "afecta principalmente a ella" y que el gobierno "debe asumir la responsabilidad de sus actos", es de un surrealismo político de antología, en el que el Ministro Adrianzen, es un monigote político que se inmola o mejor dicho se presta para quemarse como bonzo y satisfacer la voluntad y el interés de la pareja presidencial, sin importarle el precio de su imagen personal.
Y en todo esto, creo que no se puede hablar en torno a la renuncia de Adrianzen, de "sacrificios", ni de "lealtades" o de "compromisos partidarios o ideológicos" al final de un gobierno; sino de un doy para que des, doy para que hagas. Del mercantilismo de la política y de los mismos métodos montesinistas, para comprar conciencias y torcer voluntades de las épocas aurorales del fujimorismo. Que el Ministro de Justicia la vote a la Procuradora Príncipe -basándose en la información falsa del pasquín de Orellana- y luego "renuncia" por "ideales" o por "lealtad" a Humala y Nadine no lo cree nadie. Se debe haber pagado un precio, un alto precio en billetes circulares o en el nombramiento en alguna Embajada del Perú en Europea por este juego de cabezas.
Que un gobierno debilitado y frágil, sin credibilidad, sin mayoría en el parlamento, sin apoyo de masas y sin operadores políticos, se lance a pechar al país y a retarlo, al generar una crisis política que puede desembocar en que el Primer Ministro y el Ministro del Interior sean censurados; es parte de un calculo político que va a buscar la impunidad y las posibles salidas a los problemas de la pareja presidencial, apareciendo como víctimas de una percusión política.
Aunque no ha llamado todavía a elecciones, yo me resisto a seguir las hipótesis de Don Isacc Humala sobre un posible golpe de Estado. Este régimen termina siendo tan parecido al fujimorismo que una fuga es................... "matemáticamente posible".
Aunque no ha llamado todavía a elecciones, yo me resisto a seguir las hipótesis de Don Isacc Humala sobre un posible golpe de Estado. Este régimen termina siendo tan parecido al fujimorismo que una fuga es................... "matemáticamente posible".
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