Una de las cosas que va dejando el paso del humalismo por el poder, es no solo el hecho de poner una vez más en evidencia la grave crisis de la clase política peruana; sino el marcar en firme, que el uso y el usufructo del poder, no sirven de mucho si no hay inteligencia de por medio. Si no hay capacidad ni habilidad política, para maquillar la mentira y la manipulación, que son lo más repudiable de la política. Los anti-valores más utilizados de las tantas excrecencias que tiene la política criolla.
Y es que tal como vemos en el día a día; con personajes como Teofilo "el Nene" Gamarra, Josué "el Ruso" Gutiérrez Cóndor o la propia Nadine Heredia, siempre en el gran teatro popular, "las malas interpretaciones" quedan en evidencia ante la mediocridad de los actores, en un escenario donde la corrupción marca el guión de una historia cuyo desenlace se vera a partir de Agosto del próximo año. Aunque valgan verdades, con los esposos Humala-Heredia, es difícil guardar las tintas para tiempo que esta por venir.
Frente a la lógica y la razón de evidentes usos y abusos del poder, de corruptelas y corrupción, de dineros que no tienen explicación ni justificación, en función de posiciones de privilegio; de relaciones y del ejercicio en mancuerna de la primera magistratura de la nación; lo que hay es un guión forzado y poco efectivo para la persuación de los esposos Humala. Lo que hay es un manejo cachaqueril e intolerante de las situaciones embarazosas que se vienen dando. Un torpe manejo que los serviles, las geishas y los incondicionales que abundan alrededor de la política, aplauden, justifican y respaldan. Porque lo que pretende el Presidente que vive a la sombra de las luces verdes de su mujer, es que el ciudadano común y corriente, crea todavía en esa electorera frase de "honestidad para hacer la diferencia".
Ignorando que para la sabiduría popular; que para la ley de la calle, de saco largo a cachudo hay solo un paso, Humala y su mujer se victimizan y se rasgan las vestiduras tratando de llevar la investigación de sus pillerias a una ofensa familiar por infidelidad; ante una pregunta de la Presidenta de la Comisión Castañeda Lossio.
Y lo concreto y lo real es que la bendita pregunta al Sr. Arosemena fue hace dos meses, con congresistas nacionalistas por delante. Que hay viajes en los que coinciden el Sr. Arosemena y la Sra. Heredia. Que el Sr. Arosemena fue Gerente General de ANTALSIS, la empresa de Belaunde Lossio. Que Arosemena era un asiduo visitante de Palacio de Gobierno. Que su padre fue nombrado Embajador Político del Perú en Italia. Que Marisol Pérez Tello pudo estar equivocada en la forma de preguntar. Pero el sentido de la pregunta -que tenía que ver con negocios, negociados o relaciones comerciales- era el correcto y que la Sra. Heredia recién zapatea cuando le quieren levantar el secreto bancario; es decir su dignidad se exacerbo cuando le pretenden tocar el billete.
El Presidente del Consejo de Ministros, en este escenario de corrupción; frente a las encuestas; frente a la posibilidad del levantamiento del secreto bancario -que los nacionalistas quieren evitar a toda costa- afirma que se viola la presunción de inocencia si se hace una encuesta para ver cuan corrupta la considera la ciudadanía a la Sra. Heredia. Y lo que habría que decirle al Sr. Cateriano, es que una cosa es la presunción de inocencia, que es un valor conceptual, de carácter jurídico procesal que se va a confrontar con una sentencia. Y que otra cosa es la percepción ciudadana, que es una impresión personal en función de la lógica y la razón.
Para acabar pronto, la percepción ciudadana sobre una persona o un hecho, no tiene una consecuencia jurídica, es coyuntural, mediática, no desemboca en un hecho consumado y puede cambiar diametralmente en cuestión de horas, semanas o días. Al final el político esta sometido al escrutinio popular diariamente y su imagen pública, la construye y la reconstruye permanentemente.
En este este escenario, creo que a pesar de ser un país de chismes y de chismosos, tratándose de política y de políticos, de recursos públicos y de corrupción; más importa la honestidad, la ética, los valores y los principios del político que sus sabanas. Y allí es donde los Heredia-Humala se equivocan. Porque este supuesto desliz donde se ha tratado también supuestamente, de hacer mierda (en palabras textuales de un miembro de la familia) el honor de Nadine Heredia, de su madre y de su pobre hermano, que dice que le han destruido la vida. Así como dicen que se ha puesto en tela de juicio el honor de un Presidente de la República, que no tiene reparos en exponer su dependencia a la esposa.
Y los esposos Humala, que comparten y disfrutan del poder y sus granjerías con chocolates Godiva, se equivocan, porque esto va a pasar rápidamente. Porque lo que va a quedar no es la ofensa por una inexistente infidelidad. Es la mentira, el olor del enriquecimiento ilícito. Su grosero intento de manipular a la población. Sus amores perros: Al dinero y al poder.
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