viernes, 15 de mayo de 2015

N° 401 - NO ES SOLO LA TÍA MARÍA.....

SON COSAS "DE FAMILIA"...





El texto que ilustra el presente artículo, puede ser excesivo, puede ser ofensivo para un sector de la población, puede no reflejar la idiosincrasia de un pueblo que es amistoso, solidario, cálido y  amable con el extranjero que llega al país. El problema es que vivimos desde hace tiempo una grave crisis como sociedad, que no puede pasar desapercibida. Una crisis que tiene que ver en principio, con la falta de liderazgo, con la falta de educación, de cultura cívica y política. Con la ausencia de institucionalidad y de solidaridad, de valores y principios. Del valor de lo colectivo desde el punto de vista de nación. Y es por razones como las anteriores, que el peruano piensa primero en él, segundo en él y tercero en él. Que le importa un carajo el "nosotros". La máxima es que "No importa que le roben o jodan al país con tal que no me jodan o roben a mí".

En el escenario anterior, lo concreto y lo real es que en un país que se construye de arriba para abajo, el gran drama del Perú, es la histórica falta de una clase dirigente, de una clase política, con capacidad, carácter y visión de futuro, porque la que tenemos -desde los criollos en el virreynato- hizo prevalecer siempre sus intereses personales o de grupo. Hoy sufrimos una realidad marcada por la  falta de autoridad,  por la violencia, por la corrupción, por la ausencia de partidos políticos de a verdad, porque están capturados -con honrosas excepciones- por una recua de demagogos, ignorantes, oportunistas y aventureros, metidos a políticos. Lo que hace que tengamos un Congreso como el que padecemos, porque por no forjar ciudadanos ni construir una sociedad donde el concepto de ciudadanía sea un instrumento de articulación social, la indiferencia de la gente hace que el poder sea ejercido con un autoritarismo huachafo como el de Toledo; arrogante  como el García e improvisado como el de Toledo. 

En un país minero, donde el estado debe mostrar  autoridad y no autoritarismo. En un país donde hay insatisfacción social, ignorancia y ausencia de estado, que crea un caldo de cultivo para que demagogos y electoreros aparezcan como defensores de las reivindicaciones  populares; el gobierno debe de buscar que prevalezca el interés nacional, en un marco de equilibrio de derechos y obligaciones de las partes en el camino del desarrollo. Y sobre todo, hacer docencia y crear conciencia sobre el papel que él cumple en defensa de la ecología, del medio ambiente y de todo lo que esta alrededor de las partes involucradas en las actividades y en los pasivos ambientales de la gran minería. Pero el gobierno de Humala -como los anteriores gobiernos- en situaciones de conflicto social, se muestran incapaces de solucionarlos. No hay imaginación ni carácter para merecer el respeto de las partes, para ejercer influencia y autoridad.

El resultado que vemos, leemos y escuchamos por los medios de comunicación, es  un país donde hay en situaciones de conflicto, falta de autoridad, ingobernabilidad, caricaturización de las fuerzas del orden. Un desborde popular y una crisis de Estado; que se percibe por ejemplo, cuando las fuerzas poliicales, son enviadas a Arequipa, sin elementos de disuasión o de defensa, sin armas. Porque  a los políticos, lo que les interesa es "quedar bien" con el pueblo, no parecer represivos. Porque lo que les importa son los votos y no las vidas de policías enviados al sacrificio, por eso hasta ahora Humala no decreta el estado de emergencia aunque la situación hace rato que es insostenible. 

El conflicto social en el Perú, se ha escrito con los nombres de diversos lugares del país, con los rostros de un buen número de vidas humanas. Y en un país que necesita una clase dirigente, de gente capacitada, pensante, idónea, forjada en el interés nacional. Que rediseñe el futuro y el proyecto del país; en ese contexto, hay quienes hablan de que debemos ser un "país de emprendedores" , como si el lucro, la ganancia, el dinero o el comercio construya  ciudadanía, solidaridad y país. Sin educación, sin cultura cívica ni política, sin valores ni principios, vamos a seguir creyendo que el problema esta en la no reelección y no en elegir bien. Vamos a seguir dándole la espalda a la realidad que implica forjar con la educación una clase dirigente de solera de la que carecemos. 

Al final no es solo "Tía María" estas cosas son parte de nuestra historia, "cosas de familia". Ahora bien. Que hay gente de mierda en el país  lo creo. Que hay gente de mierda dirigiendo los destinos del Perú lo sufro. Que hay gente de mierda en lo que se quiere seguir llamando "Partidos Políticos"......de eso estoy absolutamente seguro. Y creo que hay que combatirlos frontalmente. Sin los arrumacos, los acomodos y la hipocresía propia de la política.




sábado, 9 de mayo de 2015

N° 400 - LOS SUBMARINOS EN EL PERÚ

LOS R1, R2, R3 Y R4 NO FUERON LOS PRIMEROS...

 Hasta donde yo me acuerdo, en mis tiempos de colegio -que ya están bastante lejanos, porque la promoción 1975 del Colegio La Salle va a cumplir cuarenta años de egresada- se me enseño que los primeros submarinos que compro el Perú, fueron los R1, R2, R3 y R4, adquiridos por el Presidente Leguia a los Estados Unidos.  Quienes como yo, son los "jóvenes de la tercera edad", se deben acordar del libro de historia de Ponz Musso y sus fotos sobre los citados submarinos.  

El caso es que encontrarme con un pequeño libro del 2010 -el titular lo llama Suplemento- de la Revista de la Marina, sobre los 100 años del arma submarina en el Perú, me hizo ver que; o mi memoria me falla; o que la gran cantidad de rojos que sacaba en el colegio y las veces que me chuparon de año, probarían que, la tesis que era medio bruto era cierta -y que eso que afirmo de que no me gustaba el colegio es una invención mía para negar mi condición de jumento-  o de perdida,  que la información de Gustavo Ponz Musso estaba equivocada.

El interesante y original libro en medio formato de A-4, muy buen papel y excelente edición, me hizo saber que el torpedo autopropulsado inventado por el inglés  Robert Whitehead, de uso en la Guerra del Pacífico es el predecesor de la invención del submarino. Que en 1866 Federico Blume ingeniero danés afincado en el Perú invento un prototipo que se trato de perfeccionar sin éxito durante la Guerra del Pacífico. Y que fue Francia y no Estados Unidos ni Alemania, el país en el que el progreso de estas naves tuvo en sus primeros tiempos un mayor desarrollo. 

Es decir una cosa es que los submarinos norteamericanos sean los de mayor desarrollo tecnológico, que los alemanes sean los submarinos de mayor prestigio por su operatividad y maniobrabilidad y otra cosa, que el arma submarina en sus inicios haya tenido en Francia el país de su impulso, lo que explicaría que nuestros primeros submarinos fueron franceses.

A finales de Siglo XIX, los franceses habían desarrollado un  submarino denominado tipo Laubeuf -el nombre lo recibe de su inventor- que por su éxito, llevo al citado señor,  a dejar su puesto en la Dirección de Construcciones Navales, independizarse como ingeniero constructor y ser contratado por la empresa Schneider Et Cie. como ingeniero consultor  en la construcción de submarinos para las armadas de países extranjeros. En ese contexto, la empresa produce un modelo de submarino para exportación llamado de Tipo SC, que tenían doble casco, una planta diésel eléctrica, dos ejes y dos periscopios; lanzatorpedos del sistema Drzewiecki, ubicados en la parte superior del casco y un sistema de deslastrado de emergencia, es decir todos los adelantos de la época.

Precisamente fue el Perú el primer cliente extranjero de estos submarinos; en 1909 ordeno la construcción de dos unidades de éste tipo, de 400 toneladas (el contrato se firma en 1910) de desplazamiento sumergido y la decisión tiene que ver también, con la llegada de la Misión Naval Francesa en 1904 y el necesario repotenciamiento de nuestro poder militar, después de la derrota de la Guerra con Chile y la crisis económica que sobrevino. El repotenciamiento naval era necesario, en el contexto de los acuerdos definitivos de la paz con Chile y porque los chilenos tenían en ese entonces, una aplastante superioridad naval, al contar con un acorazado, dos cruceros acorazados, cuatro cruceros simples, dos cañoneras torpederas y diecinueve torpederas.

Los submarinos adquiridos por el Perú recibieron el nombre de "Palacios" y "Aguirre" , tenían un desplazamiento en superficie de 290 toneladas, 46.25 Mts de eslora y dos lanzatorpedos dobles que eran del tipo Smulders. Los citados sumergibles que llegaron al Perú en 1912 y 1913 respectivamente en un buque dique llamado "Kanguroo" fueron los primeros de su tipo en Sudamérica y dieron inicio a la tradición submarinista del país. Una tradición que hoy esta venida a menos. Lastimosamente no hemos renovado nuestras obsoletas unidades, solo dos submarinos de los adquiridos en los años ochenta están operativos y eso es lamentable por la historia y tradición que aquí reseñamos y porque no hemos aprendido la lección de 1879 teniendo dinero para reponer material obsoleto. Para variar, seguimos buscando opciones para renovar nuestros tanques rusos de los años setenta.




sábado, 2 de mayo de 2015

N° 399 - QUINTIN QUINTANA

LOS CHINOS EN LA GUERRA DEL PACÍFICO: 



El descubrimiento de los restos de un inmigrante chino enterrado en la Huaca Mateo Salado, que data de principios de 1870, según los arqueólogos e historiadores que trabajan en la puesta en valor de tan importante resto arqueológico -que ya puede ser visitado- me hizo recordar dos cosas. La primera que en el verano de 1966, con mi primo, Don Cesar Hugo Cervantes Navarrete, más conocido como "Chulín", nos aventuramos a trepar la cima de la citada huaca, a la que llegamos en bicicleta, desde la casa de la abuela en la calle Torre Tagle, en Pueblo Libre. Una casa de principios del siglo pasado, que estaba ubicada frente a lo que era el Cuartel 2 de Artillería, donde sirvió en el ejercito peruano, el gran centro delantero de ALIANZA LIMA, "Perico" León, al que los niños de mi época buscaban para que les regalara la antorcha en las festividades del 2 de Mayo -curiosamente un día como hoy- en un periplo que a esa edad y en esa época, fue toda una hazaña para nosotros. 

El problema fue que la hazaña  no la pudimos coronar con éxito explorando la huaca, porque al llegar a la cumbre, una culebra salio a perseguirnos y no se como bajamos Mateo Salado -que en esa época no tenía mayor interés cultural- pero que  batimos todo un récord no hay la menor duda. El otro asunto que el tema de los chinos en el Perú me hizo recordar, es el que tiene que ver con los "Culís" Chinos en la Guerra del Pacífico y sobre todo,  la biografía de Quintín Quintana.

Quintin Quintana fue un culí chino, avecindado en Ica, que toma el apellido de un hacendado iqueño para el que trabajo y que logro con trabajo pagar "su libertad" -o mejor dicho la inversión que se hizo en traerlo-  y dedicarse al comercio (con cuatro años trabajando pagaban su pasaje y con cuatro años más su desenganche del "contrato de trabajo" que tenían) convirtiendose en un hombre exitoso entre los chinos de la época. Quintana cuyo apellido lo toma de un hacendado iqueño para el que trabajo, obtuvo grado militar chileno y fue el organizador y el jefe del colaboracionismo chino contra el ejercito peruano, ante el abuso y la explotación de sus compatriotas, razón por la que termino sus días como gendarme en Santiago.  

Para entrar en materia, creo que es público y conocido, que los chinos eran explotados en las haciendas peruanas, donde llegaban "enganchados" o contratados para trabajar tras la liberación de los negros. Que fueron traídos masivamente al Perú y que laboraban en condiciones infrahumanas que eran muy diferentes a las que les ofrecieron. El precio del contrato de un Culí en el Perú era de entre cuatrocientos y quinientos soles -que el oriental tenía que pagar para liberarse de la relación laboral y devolver lo gastado en traerlo-  y  al estallar la Guerra del Pacífico, la presencia de Patricio Lynch  en el ejercito invasor, tuvo un papel protagonico en el apoyo de los chinos a los sureños. 


Lynch había participado en la Guerra del Opio (1839-1842) entre el Imperio Británico y el Imperio Ging de la China, hablaba algo de chino, lo entendía y en la expedición del norte comenzó a liberar  chinos que por agradecimiento, se plegaron al ejercito invasor y que colaboraron con éste en tareas logísticas, de informante y hasta en combate, tras liberaciones que se hicieron también en haciendas del Sur Chico, como Cañete y Mala y hasta en las salitreras de Iquique, por citar solo algunos lugares donde había chinos que trabajaban y que vieron a los chilenos como sus redentores.

Un acontecimiento importante en esta alianza entre chinos y chilenos, que las tropas de Cácereres combatieron encarnizadamente -pues chino colaboracionista que era capturado por los montoneros no terminaba nada bien sus días-  fue la "CEREMONIA DEL GALLO" que Quintin Quintana, preside en Lurín. Una cita religiosa donde se matan gallos y los chinos beben su sangre jurando lealtad y obediencia al ejercito invasor. El juramento dio lugar al Batallón Vulcano y fueron aproximadamente dos mil chinos, los que tuvieron activa participación en la Batalla de Lima. 

Terminada la Guerra Quintín Quintana partió con el ejercito invasor y trabajo como policía en Santiago, dejando sus atuendos tradicionales y vistiendo a la manera occidental. No he encontrado estudios sobre el destino o la reacción posterior contra los chinos terminada la guerra, algo que me parece historicamente interesante. Lo único que se es que tal vez, la cultura china, su comida, el chifa ha servido para restañar las heridas. 

CUECA LOS CHINOS DE CERRO AZUL



viernes, 1 de mayo de 2015

N° 398 - TOLEDO, LOS CHILENOS Y LA CRISIS DE LA REGIONALIZACIÓN......

LOS PEQUEÑOS ESTADOS FALLIDOS:


Los días pasados están marcados por la conferencia de prensa de Don Alejandro Toledo Manrique, en la que amenaza con una nueva Marcha de los Cuatro Suyos, que es de antología. Las expresiones de Toledo, nos muestran el nivel de "estadista" de nuestro ex Presidente, el reconocido cinismo histriónico que lo caracteriza, su léxico florido -en medio de un castellano mal hablado- su proclividad a subestimar la inteligencia ajena y el sentido común, del pueblo que alguna vez lo eligió y un mesianismo caricaturezco y huachafo -que con particulares estilos, es tan propio de nuestros líderes políticos- al amenazar con ponerse nuevamente la vincha y organizar una re-edición de la Marcha de los Cuatro Suyos si el Poder Judicial no archiva la denuncia en su contra, por fundados indicios de enriquecimiento ilícito y lavado de activos. En resumidas cuentas, sin rubor Toledo pretende petardear la precaria institucionalidad que tenemos, en función de sus intereses personales, bajo la creencia que las masas que alguna vez coincidieron con él en la lucha contra la dictadura -lucha en la que se encaramo con astucia y audacia- le van a dar su respaldo, cuando lo que hay es repudio y rechazo a sus contradicciones y a los indicios de sus pillerías.

El  político que alguna vez represento la ilusión del pueblo por el caudillo, por el líder, por el estadista que construya ese país diferente que buscamos sin mayor éxito desde hace buen tiempo y que termino a pesar de su escaso porcentaje de popularidad, con un gobierno aceptable, pero  con una imagen pública hecha jirones por no dar la talla como estadista; cree que sigue teniendo la credibilidad y el apoyo de las grandes mayorías nacionales, a partir de los contados aplausos de un grupo de ayayeros e incondicionales agrupados -como tantos otros- bajo un membrete que se parapeta en una inscripción en el JURADO NACIONAL DE ELECCIONES (JNE)  y que hoy se suele llamar pomposamente "partido político". Alejandro Toledo ante la risotada general y sin miedo al ridículo marco con una sonrisa la semana.

Una sonrisa que se traslado al régimen de Ollanta Humala, porque el reconocimiento por Chile de que hubo espionaje y la "promesa" implícita, de que éste no se repetirá, es considerado un triunfo de la diplomacia peruana y por ende del gobierno. En realidad es una salida realista,  profesional, "diplomática" y muy políticamente oportuna de la cancillería, en la que se acepta sin aceptarlo que hubo espionaje.  Lo anterior, en la medida de que en esto del espionaje se da lo mismo que con la infidelidad. Todos saben que existe, el problema se da cuando se descubre. 

Lo que cabe de aquí para adelante, más allá de las declaraciones líricas y de la retorica "por la hermandad y la unidad" entre nuestros pueblos, es de una vez por todas, reorganizar nuestros servicios del inteligencia, profesionalizarlo, ponerlo al servicio de los grandes intereses nacionales y no de aprendices montesinistas y de gobernantes hipócritas como Humala que tiene un discurso que difiere en 180° de sus actos políticos. Si lo que queda claro, es que entre los estados lo que prevalecen son sus intereses, desde la época del virreynato el predominio del pacifico es el tema de fondo, como lo fue en el pasado el guano y el salitre y lo será el agua en el futuro

El gran problema de nuestra pugna con Chile por el predominio del Pacífico y por el desarrollo, esta en nuestra falta de institucionalidad. Falta de institucionalidad que dicho sea de paso es una frustración histórica del estado peruano; por la mediocridad de la clase política -de la clase dirigente- en un contexto en el que el factor humano es determinante en el proyecto de nación. Un proyecto nacional en el que para mayor abundamiento, el mercantilismo y los intereses de grupo que se alzan por encima de los grandes intereses nacionales y la corrupción, terminan siempre por mostrar su influencia y su poder. Lo que nos hace una especie de republiqueta o de estado fallido. De pequeños estados fallidos si hablamos de lo que esta sucediendo en las regiones.

El término Estados Fallidos (Haiti, Somalía, Afganistan...) lo comenzó a utilizar la sociología norteamericana en los años cuarenta y retoma actualidad o mejor dicho  interés académico, a partir de los noventa, tras el fin de la Guerra Fría, para estudiar o definir sociedades donde hay una precaria institucionalidad, violencia política y delincuencia,  falta de infraestructura, corrupción, inflación, mortalidad infantil, crisis en los sistemas de salud y educación, limitaciones o incapacidad manifiesta en recaudación tributaria e inestabilidad política, expresada en ese movimiento pendular entre regímenes autoritarios o dictaduras y gobiernos democráticos.   


 Si el termino lo aplicamos a nuestra realidad, al proceso de regionalización, impulsado por el Presidente Toledo, en el contexto de una de sus tantas crisis de gobernabilidad. Si lo aplicamos a la problemática social que se genera en el interior del país, en las regiones o alrededor de proyectos como el de Tía María o Conga, tenemos que ese proceso de regionalización, de construcción de "pequeños estados" (little state building) ha fracasado, por la incapacidad del estado nacional de ser el ente directriz, articulador, regulador, fiscalizador e impulsor, de un proyecto nacional que haga viable y orgánica la regionalización. 

Adicionalmente a lo anterior, lo que padecemos es la  carencia de una clase dirigente provinciana con cuadros y capacidad  técnico-profesional para llevar a delante el reto del desarrollo regional. Y es que lo que hay en el poder regional, mayoritariamente, son cacicazgos políticos, aventureros y demagogos en el poder regional; corrupción, crisis social y inestabilidad política, que termina castrando el Estado-Nación y haciendo inviable el proyecto nacional, por la incompetencia de los gobernantes, en un papel que es a veces -por no decir siempre- decisivo, en un país con una crisis de liderazgo. Porque ya no hay políticos de solera. Lo que hay son "Caudillos de a China".

Hoy hablamos de progreso social, de que seguimos creciendo, pero ignoramos que así como hay etapas de crecimiento, progreso y prosperidad, hay periodos de estancamiento, de regresión, de enfriamiento de la economía, que tienen que ver con los valores y la capacidad de los gobernantes y con factores históricos, sociológicos y políticos, que pueden generar una crisis del estado nacional, si no se establecen por ejemplo, esfuerzos por la institucionalidad, esfuerzo por una verdadera democratización, inclusión y distribución o como en el caso que nos ocupa, modificaciones a la Ley de Regionalización, que permitan controlar y rectificar errores de los gobiernos regionales e imponer el interés nacional y el  Estado-Nacional sobre las regiones.

A tenor de lo anterior, en el marco de la solicitud de facultades del ejecutivo,  para legislar en temas como el de la Regionalización, queda claro que necesitamos reformas políticas urgentes como la de la Ley de Regionalización, pero que sean fruto del consenso de las fuerzas expresadas en el Congreso, de los especialistas y de los técnicos, en un contexto en el que se necesita también, imaginación y capacidad de negociación y de creación de consensos, con operadores calificados, que el Gobierno de Ollanta Humala no tiene. Teniendo las posibilidades, los recursos para salir del subdesarrollo y de la pobreza en determinadas regiones del país, resulta absurdo no encontrar el punto medio entre los actores políticos que giran alrededor de los grandes intereses nacionales.