lunes, 9 de marzo de 2015

N° 392 - LA "REFORMA ELECTORAL"......

VOLUNTAD POLÍTICA, EDUCACIÓN Y OTROS CRITERIOS:



El Perú es un país surrealista, donde la política es eminentemente nihilista.  Porque la realidad o la verdad, es permanentemente recreada, representada o negada de acuerdo a la conveniencia o al interés de los actores políticos. Un país donde ante la falta de conciencia política, de educación y de ciudadanía -en el sentido de valores y principios como elemento de articulación social- las corruptelas o las conductas delictivas y dolosas tienden a la retorica hueca o a la victimización con relativo éxito. Allí están los casos de los Humala- Heredia. y el de Alejandro Toledo, donde el uso y abuso del poder es determinante o lo va a ser hasta Julio del 2016.

En ese contexto, en un país sin un concepto articulado de nación, sin una clase política o una clase dirigente con visión de futuro, que se queda en el corto o en el mediano plazo, en el usufructo del poder, en la satisfacción del interés personal o de grupos. A la cosmetología política se le llama "reforma" y hoy por ello, a la modificatoria que impide la reelección de alcaldes y presidentes regionales se le llama pomposamente "Reforma Electoral".Con ello nuestra clase política pretende curarse en salud ante el desgaste y el rechazo ciudadano.

El problema de toda reforma electoral es que tiene que haber voluntad política. Y la voluntad política implica deseos reales; actos efectivos de cambio, en función de los grandes intereses nacionales y no de los mezquinos intereses políticos partidarios de quienes gobiernan o ejercen el poder. Voluntad política no es tampoco, evacuar una normatividad que lo que haga es sacarle la vuelta a la ley, el que algo cambie para que todo quede igual; el que se mantengan determinados privilegios o granjerías. Reforma política o reforma electoral, no es necesariamente tampoco, hacer lo que una nación sin formación cívico-política quiere o cree que es lo mejor para la precaria institucionalidad del país.  

El problema de la política en el Perú o mejor dicho el problema de la corrupción de la política y de los políticos en el Perú (y corrupción es también utilizar el partido en beneficio propio) es que el tema no se soluciona con la no reelección de autoridades. En un país sin partidos políticos, lo real es que no hay cuadros calificados ni liderazgos importantes abundantes. En un país con una frágil democracia con rasgos de república bananera y poca institucionalidad, el problema es como se ha dicho, que el político ladrón va a encontrar formas, maneras y mecanismos para robar y que un buen Alcalde o un buen Presidente Regional se va a desperdiciar políticamente, porque cuatro años terminan siendo muy cortos, en medio del obligatorio periodo de aprendizaje para entender el manejo de la cosa pública. Si alguna NO REELECCIÓN se tiene que legislar es la del Presidente de la República, para que no haya caudillos que busquen jubilarse detrás del poder.

Una reforma electoral implica cambios integrales no solo en la legislación, sino fundamentalmente, en la forma de entender y actuar en política por parte de gobernantes, pero sobre todo de  gobernados. Y eso tiene que ver con educación, con cultura política, con civismo. De nada sirve parches a la legislación electoral, si el pueblo va a seguir eligiendo impresentables como Waldo Ríos. Si el ciudadano común y corriente va a terminar votando por propuestas cllientelistas y  demagogicas y eligiendo aventureros, oportunistas,demagogos o mediocres, de esos que abundan en los partidos políticos o alrededor de la política, de nada sirve la ley. 

Se puede eliminar el voto preferencial; se puede restaurar el bicameralismo; se puede optar por el voto no obligatorio; se pueden financiar a los partidos políticos e implementar una serie de reformas electorales; pero si no hay partidos políticos de a verdad; si no hay élites políticas en el verdadero sentido del término. Si no hay conciencia del valor de lo colectivo, moral pública y ética en el ejercicio de la función pública, ni tampoco voluntad política para implementar reformas en el contexto de una verdadera institucionalidad que haga que las citadas reformas funcionen. Si seguimos con masas ignorantes. que votan en función de la prebenda, del engaño y el embuste o de cantos de sirena, solo habremos pasado del Pisco y la Butifarra de antaño, al Chinesse Food de hoy. 



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