domingo, 6 de mayo de 2012

N° 225 - LA CRISIS DEL VRAE Y LA RESPONSABILIDAD POLITICA

LOS MINISTROS NO QUIEREN RENUNCIAR:


Creo que nadie puede negar que los sucesos del VRAE implican una crisis de gobernabilidad; una crisis política, por la falta de una estrategia  efectiva, imaginativa y coherente; por las dolorosas muertes del personal policial y militar, por las carencias en la logística y por la reacción  del Presidente y de sus ministros de Defensa e Interior. Una reacción que tiene sabor a indiferencia, olor a demagogia y el característico color de la improvisación de la política criolla.

La democracia contemporánea se sustenta e un control del poder en una fiscalización del ejercicio del poder porque  este por su naturaleza tiende a desbocarse, a corromperse. Esa es la principal razón por la que la reelección en el Perú no puede ser indefinida, porque debería ponerse como límite dos periodos como máximo para ser re-elegido Presidente. Resulta en el contexto anterior, incomprensible que se mantenga la re-elección indefinido de Alcaldes bajo el argumento que es una "elección vecinal" cuando lo que hay en el mercado son políticos reciclados, experimentados, personajes que conocedores de las practicas electorales buscan seguir pegados a la mamadera del Estado, comprando conciencias y regalando obsequios con la misma plata del erario público, en un país sin conciencia política, sin cultura y sin educación.

La necesidad de Checks and Balances, de los controles y contrapesos propios del constitucionalismo anglosajón  son necesarios y  forman parte de nuestro sistema constitucional que es presidencialista (aunque se diga que el parlamento es el primer poder del Estado) en la medida que busca poner límites al ejercicio del poder y se sustenta en la capacidad o en la atribución del Congreso de interpelar o censurar ministros, el impeachmet del sistema anglosajón. 

En el caso de los sucesos del VRAE, ha llamado poderosamente la atención las declaraciones del Ministro de Defensa Alberto Otarola, quien ha expresado que él no va a renunciar porque eso sería hacerle el juego al terrorismo, porque él no tiene responsabilidad política ya que encontró una situación crítica en el sector, porque el ejército recien ingreso al VRAE el 12 de Abril. Y por ultimo, en una falta total de consecuencia, de identificación con un equipo de trabajo y de criterio político porque en política se tienen que tragar sapos o asumir errores corporativamente (razón suficiente para que Ollanta lo saque del gabinete) critica la actuación de su colega el Ministro del Interior Daniel Lozada por irse a Colombia.

Resulta cierto que la actuación política  del Ministro Lozada ha sido desastrosa; que el Presidente Ollanta Humala prefirió irse a Ancash a recibir el aplauso y el calor popular por Chinecas que recibir el cuerpo de sus soldados y en esa dirección  el Ministro no puede criticar públicamente a su colega de bancada, decir que él no hubiera viajado a Colombia  y marcar distancias, eso es una deslealtad inaceptable.

En lo sustantivo, los políticos como el Ministro Otarola, dicen no aferrarse al cargo pero lo terminan haciendo; terminan desconociendo que el ejercicio del poder por parte de un gobierno, implica la continuidad del Estado que se debe transformar. Ignoran que lo que esta en juego al jurar el cargo, son valores y principios democráticos a partir de las conductas políticas, del ejercicio del poder. La democracia son gestos en función de las mayorías nacionales. Y en mis ya cincuentaiseis años de existencia, cada vez que se dan groseras situaciones como esta, donde lo que hay es un personaje aferrándose al mundano gusto por el poder, recuerdo la figura de Don JOSE MARÍA DE LA JARA Y URETA, Ministro  del Interior  del segundo gobierno de Don FERNANDO BELAUNDE TERRY, que renuncio asumiendo su responsabilidad política por la muerte de un estudiante en el Cuzco por parte de la policía y dejando sentada la necesidad de hacer valer esta responsabilidad en la preservación de los valores democráticos.

En este escenario Humala, a quien la responsabilidad política no le alcanza tiene la decisión en sus manos. La politica es ética, son gestos en función de valores colectivos supremos y de los altos intereses nacionales. Si en lugar de pedirles su renuncia, Humala espera que el parlamento los censure, va a tener que asumir un  revés político mayor que el costo que implica su salida. Este en un tema sensible a la ciudadanía en la que queda claro la falta de operadores politicos den GANA PERU para evitar de manera politicamente inteligente la salida de sus ministros. Entre el político que llega a la Presidencia y el estadista hay una  gran distancia. Habra que ver cual es el membrete con el que se rotula el Comandante.


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