Una entrevista a la guru chilena Pilar Sordo (de próxima visita a Lima) en la que expresa que la felicidad es una decisión, me hizo reflexionar sobre el tema e intentar anudar algunas ideas, en función de palabras escritas con la tinta de mi propia experiencia de vida, con algo de lógica, de imaginación y de humor; sin la pretensión de ser un especialista en el tema, pero con la vanidad del individuo que ha conocido los placeres más altos en los sitios mas bajos y ha vivido, ha urgado y se ha interesado siempre en conocer la complejidad de la naturaleza humana y siente que al menos la tristeza y la desgracia no marcan su vida.

Yo en realidad confieso que el ser feliz me tiene sin cuidado, me conformo con vivir (y hoy quiero vivir lo suficiente para juguetear con los hijos de mis hijos) con sacarle partido a la vida, a los momentos complicados, a los momentos tristes y a aquellos que me obligan a pensar o simplemente los puedo disfrutar y sonreír. Mis patrones culturales desde la infancia tienen que ver con una vida cómoda y por ello trato de vivir holgadamente en medio de mi presupuesto. Algo difícil para un abogado del pueblo, independiente, incendiario, quijotesco, sin mayores relaciones, con muchos reparos éticos y sin mucha habilidad para las cosas torcidas que se pueden hacer con un cartón de abogado. Al final en esa lucha permanente (en la que he enfrentado a la tranza y a la cutra) con la verdad, la razón y mi capacidad como espada; he tenido frustraciones por no poder cambiar el mundo y también victorias épicas y heroicas que no han cambiado mi esencia. Victorias que no te dan dinero pero te hacen sentir cojudamente bien......"ser feliz".
Ha sido mi presupuesto el que me ha enfrentado a la realidad de resignarme a no "ser feliz" a no tener una amante. Con lo que gano me es imposible mantener dos mujeres. Con lo aquerenciado y casero que soy, no tendría pretexto para salir de casa. La adrenalina y la complicación de los efluvios del amor transgresor lo he encontrado en los libros: He encontrado un placer casi sexual en ellos y mínimo me tiro dos libros por semana. El mayor problema de mi patético machismo es que amo a mi esposa, que Roxana me sigue gustando como la primera vez que la vi y que dieciséis años después de compartir mi vida con ella, tengo que reconocer que mis prejuicios (entre los que estaba el que no me iba a casar nunca con una mujer mucho menor que yo) se han hecho mierda frente a una vida compartida caminando por el mismo sendero, mirando la misma estrella, unidos en las mismas luchas y viendo crecer a "sus hijos"....... que aunque los traje al mundo y les di parte de mi pepa -para que pasen piola en en un país donde la choledad es un prejuicio- son simplemente mis compañeros de viaje y los seres humanos que me permiten aprender lo que es ser jóven hoy en día. Una lección que estudie hace mas de cuarenta años y que disfruto volviendo a actualizar mis conocimientos.
No se cuanto me quede por vivir. Pero estoy decidido a seguir pasándola de la mejor manera que me sea posible. Creo que superar los problemas cotidianos con imaginación y con la cabeza fría nos hace sentirnos bien. Que el enfrentar nuestros miedos es una manera de "ser feliz" o mejor dicho de pasarla bien; porque nos hace entender que todo tiene solución en la vida; que como decía mi padre, lo único que no tiene solución en la vida es la muerte. Nunca me intereso la ropa de marca, simplemente me puse la ropa que me gusto, la que me hacía sentir bien.
A veces en la vida nos encasillamos en las marcas, en determinados estereotipos. No se si finalmente Pilar Sordo tenga razón. Si la felicidad es una decisión; yo a mis quince años tome la decisión de ser libre, de ignorar las ciencias porque yo iba a estudiar letras (la "liberalidad" me significo que me chuparan dos años y el mote de "el abuelo") de fumar sin esconderme de las amigas de mi madre y desde entonces, todos estos años la he pasado bien diciendo lo que tenia que decir, enfrentándome a gigantes que no eran sino mis propios molinos de viento. Me he reído y me río frecuentemente de mi mismo; he bajado la cabeza ante la vida cuando tenía que bajarla y aprender; aprender a hablar lo necesario y a nadar contra la corriente. Hace tiempo deje los formalismos y el uniforme de abogado solo lo uso para los informes orales. Creo que ser libre, que amar, que tratar de ser autentico, que vivir lo más cómodo que me sea posible, que seguir teniendo capacidad para indignarme y para no ser indiferente, es lo que puede definir en mi caso el tratar ser felíz. Si no lo es....... al menos me permite sentirme bien.
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