martes, 13 de diciembre de 2011

N° 198 - ¿BOTAS POR ZAPATOS?

EL GABINETE VALDÉS:



Escribíamos nosotros sobre la gobernabilidad en el Perú y se produjo la renuncia de Salomón Lerner a la Presidencia del Consejo de Ministros y la caída de su gabinete. En ese contexto, el demagogo más grande por la "gobernabilidad" que hay en hoy por hoy en este país, es decir el Sr. Alejandro Toledo Manrique, se fue de la alianza no alianza, del pacto no pacto, diciendo que "se iba del gobierno pero no de la gobernabilidad porque Humala esta melitarizaaando el gabinete". La verdad de la milanesa es que no le dieron a Toledo los ministerios que quería (tampoco se los dieron antes) para que estuviera y no estuviera en el gobierno, como marco de su campaña para las elecciones del 2016. Una elección en la que lo más probable es que  pierda, porque la gente ya conoce lo caricaturesco y angurriento que es por el poder y lo torpe que es políticamente.

En la lógica anteriormente expuesta, para nosotros eso de "la militarización" del gobierno es un absurdo. En el gabinete Lerner había dos Ministros Militares, Interior y Defensa, Valdés y Mora; ahora hay uno, que tiene más de veinte años en el retiro y se habla de "militarización", El añadido es  que la promoción de Ollanta Humala, no esta todavía en la cúpula del Ejercito y por tanto no se puede hablar de militarización o de aventuras militares, por el nombramiento de Valdés, por más que la política en el Perú este en crisis, con gobiernos que por la falta de partidos y lo pintoresco de la política criolla,  terminan políticamente desgastados, maltrechos y con escaso apoyo electoral. Ollanta no es Perón ni Nadine es Evita, que la imaginación y el bochinche en el Perú sea grande, no significa que estemos frente a una aventura continuista de cualquier tipo o al apoyo de la Fuerza Armada al régimen de Humala al estilo Fujimori-Montesinos porque las condiciones no están dadas.   Hablar de militarismo en ese contexto, es demagogico, es desestabilizar, es hablar para las tribunas. Una cosa es que a Humala le salga lo cachaco y su amor e identificación con el ejercito, que lo que ha habido con el cambio de gabinete, es un sinceramiento de Humala con su formación académica y familiar y con el sentido común y la necesidad de no perder autoridad y aprobación popular; y otra cosa es que por todo lo anterior, se afirme que ya se esta apoyando en el partido político mas organizado que hay en el país: la fuerza armada. 

Humala es militar. El militar tiene que decidir, esta formado para decidir en medio de un escenario de combate y el Presidente de la República, que ha crecido en un entorno familiar marcado por  el radicalismo y la ortodoxia de los padres, no es raro que éste lo haga un hombre poco inclinado a las vueltas en círculo y a la personalidad fintera de  políticos, acostumbrados a querer quedar bien con todos.

Lerner  es un empresario de éxito, un hombre bien intencionado que tiene puentes con diversos sectores políticos pero  se pego a la izquierda miraflorina de la Tiendecita Blanca y de La Gloria. El ex Premier sirvió muy bien a los intereses de GANA PERU en la campaña electoral para llegar al poder; pero en el gobierno su vocación de relacionista público, su inclinación a "dialogar", a mezclar rojos, rosados, liberales y tecnócratas,  se vio desbordada por los protagonismos personales, por la realidad de la diversidad ideológica y por una dirección política y una visión de estadista, que como la de Humala, cree en la aplicación de la ley y del orden, del principio de autoridad  y del  pragmatismo (de moda en la hora presente) que truco el "hechos y no palabras" de ayer por el "hechos y pocas palabras" de hoy".

En el contexto anteriormente descrito, para Ollanta Humala, Oscar Valdés Dancuart, expreso en el gobierno (por su formación y la relación académica que tuvieron) una mayor afinidad  política que la de su amigo Lerner. Una visión de la relación gobernante-gobernado que  encaja con esa percepción popular de la mano firme, del militar pinochetista, del látigo y del palo para ordenar y disciplinar a los peruanos, en el que creen la gran mayoría de ciudadanos de estas tierras, que denostan a los políticos y a la política criolla. Una forma de gobernar que no necesariamente tiene que ser cachaqueril y autoritaria.   Por eso es que el eje de la carta de renuncia de Lerner gira alrededor de la palabra diálogo.

Este gabinete parece ser  menos desmadrado y mucho más orgánico y técnico que el anterior. Este gabinete lo más probable es que políticamente concilie dialogo con aplicación de la ley en la búsqueda del orden social. Algo que es posible converger y que los políticos no conciben en su búsqueda de votos, de aplausos  y de quedar bien con todos y con todo. Por eso vienen los baguazos, los arequipazos y el desorden que nos amenaza a menudo ante el reclamo social. Por eso es que los políticos se oponen al servicio militar obligatorio y lo ven como un "retroceso" cuando si hay Guerra con Chile, el "retroceso va a ser de nuestras menguadas tropas en nuestro territorio, por no servir o prepararse todos como en Israel. Y esto no es ser militarista, eso es no ser cojudo y cometer dos veces el mismo error, es ser previsor con el vecino que tenemos en el sur. 

Valdéz ha dado muestras de ser un hombre de ideas claras, un personaje capaz y políticamente interesante, que por lo que se le ha visto en estos meses, tiene liderazgo y personalidad para el cargo. Habra que ver si ya en el ejercicio del premierato, Valdés es capaz de amalgamar un equipo afiatado, que haga política fina y con resultados. Finalmente, el reto de este gobierno, esta en decidir cual es el rumbo de  la Hoja de Ruta. La centro derecha o la centro izquierda  le abren los brazos a un Humala que parece no interesarse en temas como la reforma del Estado (mientras se aboca a una inclusión social que parece mas de lo mismo) un Humala que a estas alturas debe estar pensando como sus antecesores en terminar bien, con obras, sin cambios traumáticos: Para pasar piola y  cantar "volver". 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario