sábado, 24 de diciembre de 2011

N° 200 - REFLEXIONES DE NOCHE BUENA

FELIZ NAVIDAD:

Dicen que la navidad es una fiesta de los niños. Una fiesta de la familia. Una de esas fechas donde aflora el sentimiento de amor o de amistad. Por eso es que siempre me ha chocado ver debajo de mi puerta esas tarjetas de los candidatos a alcaldes presentándose como "amigo" y repartiendo juguetes o chocolatadas a los niños pobres, eventos en los que tratan de presentarse como la viva imágen del buen samaritano; cuando lo que realmente buscan es el voto para llegar al poder. Aquí en San Miguel he recibido debajo de mi puerta, varias tarjetas de los que estan desesperadamente detrás del sillón municipal y también he recibido la tarjeta del Alcalde Heresi, hablando de pago puntual de tributos para obras sobre las que no hay mayor información pública. Transparencia le llaman. Desde mi perspectiva personal no se trata de un chocolate o de un juguete para curarse en salud. No se trata de clientelismo barato, de gestos y de poses para buscar el voto. Se trata de ser autentico, de verdadero espíritu solidario y no supeditado a un afán electoral. Se trata de que los políticos entiendan que lo que se quiere de ellos no son imágenes sino realidades, trabajar eficiente y honestamente para construir un país más justo,  un país mejor. Para que los padres de esos niños pobres y los propios niños,  tengan mayor y mejor educación; el trabajo  y los medios económicos que les permitan comprarles a sus hijos un juguete y disfrutar de una cena decorosa y digna sin esperar que se la regalen.

Esta fiesta de la Navidad, que es fundamentalmente una fiesta propia del mundo cristiano (pero  que la celebran creyentes y no creyentes) que esta muy enraizada en el mundo occidental; es una fiesta del hogar, de la familia y como esta dicho, de los niños. En lo personal yo he sido un niño feliz; en realidad lo sigo siendo; feliz y niño, aunque tenga cincuentaicinco almanaques encima. 



Nosotros los peruanos, en una época de calor, hemos  fabricado un invierno estival, al que le incorporamos, la nieve, el árbol de pino y Papa Noel deslizándose por  nuestras casi inexistentes chimeneas; una fiesta que disfrutamos con una cena frugal provista de un  humeante chocolate caliente,   de panetón y del pavo de accion de gracias de los americanos. Nuestra Navidad es una fusión de la influencia occidental, de nuestros modelos y estereotipos americanos. En la colonia los pesebres, los nacimientos, fueron introducidos por los curas franciscanos, a ellos se debe también la introducción de la piñatas (comunes tanto en el Virreinato de México como en el de Perú) que quedo como costumbre en México, conjuntamente  con las Posadas previas a la Noche Buena (entre el 16 y el 23 de Diciembre) que no eran otra cosa en la Colonia que misas en el atrio de las iglesias, donde se rezaba el rosario y se representaban escenas de navidad que daban paso a festejos con bengalas, villancicos y piñatas. cabe mencionar al respecto que el origen de la piñata es chino y que fue Marco Polo el que llevó la costumbre a Europa. En España antes del descubrimiento de América, en la navidad se tomaba sidra o aguardiente, se comía un asado o un adobo de cerdo o de res de orígen árabe; porque fueron ellos, los árabes,  quienes introdujeron el uso del vinagre y la "comida ácida" en España y luego en América. A inicios del Siglo XVI el pavo americano, llamado pavo de indias (guajolote en México) se lleva a España y se difunde desde allí a América su consumo.

Como quiera que sea, creo que  millones de peruanos se preparan para recibir la navidad después de haber hecho leña su dinero plástico, después de hacer una apretada lista de los regalos que faltan, de llamar a tío,  al sobrino o al amigo. El pavo, el cerdo, el chocolate, los tamales, el panetón. Cada quien celebra de acuerdo a sus posibilidades. Es un momento, una noche  para expresar amor, para compartir en familia, para hacer felices a los niños: Felíz Navidad a nuestros lectores y a nuestros amigos. 


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