
El Sr. Dr. Omar Chehade, tan pronto fue electo como Segundo Vice Presidente de la República comenzó a pisar huevos. Se le respingo la nariz, juró por la Constitución de 1979, dio rimbombantes declaraciones con un tufillo de radicalismo e intolerancia; con la conocida postura de la mediocridad con poder que es tan reiterada en la política peruana. Su nombramiento como Vice Presidente se dio por el esquema mental igualmente repetitivo del Comandante Humala. En el 2006 eligió como Vice Presidente a su abogado, al Folklorico Carlos Torres Caro y en 2011 repitió por reflejo la fórmula de nombrar a su abogado actual, como Vice Presidente, como el segundo hombre más importante del régimen; lo que más allá de desnudar el esquema psicológico del Presidente de la República, demuestra que no hay en GANA PERÚ cuadros o gente que le merezca su confianza. Una confianza que parte de la confidencialidad del secreto profesional en casos como el de "Madre Mía".
El problema de los seres humanos y fundamentalmente de los políticos, es su exposición al poder, el hecho que no tienen la madurez emocional ni la humildad para manejar el protagonismo que representa esa etapa en su vida. Y se creen entonces seres superiores, enviados de dios, predestinados, dueños del país y ven por debajo del hombro al prójimo y subestiman la inteligencia ajena, sobrestiman la propia y valoran y se confían en la impunidad que da el poder. Por eso les gusta tratar "importantes asuntos públicos u oscuros negocios privados" en grandes restaurantes, donde la decoración y la calidad de la comida, están según su refinado gusto, a la altura de su importancia. De una posición que los hace adictos y proclives al exhibicionismo y a la adulación.
Por todo lo anterior -por haberse reunido en "Las Brujas de Cachiche" para buscar el desalojo de Andahuasi a favor de intereses privados, de intereses del Grupo WONG, configurando el delito de Tráfico de Influencias- el Sr Chejade debe caer después de terminada la investigación abierta, sino renuncia o lo renuncian antes. El Primer Vice Presidente de la República en el gobierno de Alejandro Toledo, el Sr. Raúl Diez Canseco, tuvo que renunciar como dicen por un tema algo menor. El argumento del Dr. Chejade fue bastante flojo (la mafia, los intereses fácticos, la investigación de Alan García) las contradicciones que surgieron de este dicho, bastante notorias y los testigos que declararon, entre ellos su amigo León Barandiaran, lo terminan de hundir. Una razón por la que el propio Presidente de la República, su esposa, sus colegas de partido y de bancada, que pregonaron durante la campaña una lucha frontal contra la corrupción y que en el cambio esta la diferencia, lo están dejando solo frente a su destino. A pesar de que en un principio quisieron blindarlo, lo que viene parece ser de mero trámite, salvo que los secretos que guarda Chejade lo terminen salvando.
Esta es una muestra de la necesidad de que en una frágil democracia como la nuestra, la fiscalización permanente, la existencia de un periodismo crítico y una institucionalidad que aunque precaria funcione; son necesarios si se quiere construir un país con igualdad y sin privilegios, con valores y principios cívicos y democráticos. Al final el propio Vice Presidente ha complicado su situación. En un principio parecía que lo iban a blindar hoy creo que definitivamente Chejade Chejode.
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