sábado, 16 de julio de 2011

N° 159 - LA POLÍTICA Y EL FÚTBOL


PERÚ 2 COLOMBIA 0:




Se ha dicho hasta la saciedad que éste es un país futbolero. El deporte de masas, el deporte nacional por excelencia, el Deporte Rey. El juego que despierta las fibras del sentimiento colectivo y del amor por la patria, es el futbol. Un deporte que como la política tiene que ver con una actitud colectiva, con temperamento, con entrega y disciplina táctica. Mejor me explico:

En el fútbol hay los grandes futbolistas, los Messi y en política están los Políticos Mesiánicos, esos que abundan en un país como el nuestro, que con poder o con un poco de voluntarismo o protagonismo personal, creen que el país o el partido comienza y termina con ellos, que el pequeño mundo que los rodea puede cambiar por ellos y gracias a ellos. Y en país donde la mediocridad es la norma común, donde lo que abunda en la política. son los ayayeros y los pateros, que lo único que hacen es alentar ese perfil de personaje para buscar y satisfacer su interés personal, muchas veces esos protagonismos que bien encaminados pueden ser fructiferos, terminan mediatizados y ganados por las viejas formas de hacer política, de la misma pmanera que el personalismo en el futbol termina siendo muchas veces improductivo.


Y si en el futból por falta de identidad colectiva, de disciplina táctica, de compromiso, cosechamos derrotas y frustraciones; lo que tenemos en la política por estas situaciones propias de nuestra idiosincracia, es una pobre institucionalidad, un cambio que se queda solo en el papel o el verbo. Personajes que equivocan el camino por la vanidad del poder y que en partidos sin cuadros, sin líderes, sin institucionalidad, sin militantes y con estructuras del año de ñangue, se creen los Haya de la Torre, los Belaunde, los Mariategui o los Cornejo Chávez que ya son una especie en extinción en la política criolla. Y nos quedamos con un Presidente como Alejandro Toledo, con poses de divo andino, que se considera imprescindible para la nación o con un personaje como Alan García, que hace lo que le da la gana y trasforma el mundo y convierte lo que no es, en realidad, con su verbo encendido...y lo peor es que se lo cree.

Y ya no hay ideología sino pragmatismo en la política peruana y lo que se llama ideólogos o ideología es repetir de paporreta lo escrito antes, cuando la política era conocimiento y dialéctica y no retótica y estilo. Y por eso no hay partidos, no hay docencia política y lo que hay que hacer es reinventar los partidos y reinventar la política, porque de lo contrario vamos a ver en unos años el fin de los partidos nacionales o de lo que hoy se llaman partidos nacionales.


Y la política como el futbol es indudablemente individualidad (un crack puede resolver el partido en una jugada) o liderazgo (el líder tiene que poner su sello personal) pero es sobre todo esfuerzo colectivo, trabajo en equipo, una estrategia y un Plan de Gobierno o un programa, que sea real, coherente, técnico y no un floro de papel mojado en tinta, que a la hora de la verdad no sirve para gran cosa o al que ni siquiera le hacen caso. En una cancha de futbol como en la política, un jugador o un político puede hacer cosas que supuestamente sirvan para el equipo o para el partido; pero que en la realidad, solo sirvan realmente para el lucimiento personal o para el protagonismo, que no hace partido ni institucionalidad.

Y dicho esto, después de tiempo el fútbol nos da una de esas grandes alegrías de antaño, gracias a un proceso que ha tenido un verdadero conductor, a un estratega, y un líder; a un entrenador que ha sabido amalgamar un equipo con mentalidad de conjunto, con una estrategia basada en aprovechar lo mejor de cada jugador. Y tenemos así un equipo que gana y que nos invita a soñar; a esperar que de una vez por todas se restructure el deporte rey, que los clubes se conviertan en sociedades anónimas, que se trabaje con fuerzas básicas y el fútbol deje de ser el lucrativo negocio de dirigentes que usan los clubes o la federación como su chacra personal cual políticos criollos. Viene Uruguay y hay para seguir soñando.


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