domingo, 15 de mayo de 2011

N° 147 - VISIONES ELECTORALES

CONJETURAS EN EL TINTERO:


Estamos frente a un empate técnico. Las elecciones del Cinco de Junio se van a definir en la mesa, voto a voto, mesa a mesa, región por región. Con una gran prensa que apuesta por FUERZA 2011, es indudable que las encuestas y la presión de los medios de comunicación en el elector tienen un sabor oriental; que el sesgo en favor de la candidata naranja tiene que ver con la necesidad (desde la perspectiva y el interés de los grupos económicos) de preservar un modelo mercantilista en el que son los más favorecidos. Al final el día es el día y si de algo estoy seguro es que estamos frente a encuestas para todos los gustos, pero ante un resultado apretado, en el que el problema es el anti voto, el que lo que prima son los aspectos negativos que arrastran ambas candidaturas, un hecho que puede terminar con un país que después de la elección, de paso a una confrontación y a una polarización política, que termine debilitando y caricaturizando aun más nuestra frágil democracia.

En lo personal, yo voy a viciar mi voto. Mas allá de que me resulte imposible votar por una candidata que representa la reivindicación y la reencarnación del régimen más corrupto de la historia republicana; tampoco puedo votar por un candidato que no me inspira confianza, que representa una visión retardataria y fracasada de país y que tiene a Hugo Chávez como financista e inspirador político e ideológico. Resulta claro y obvio en ese contexto, que uno de los dos candidatos va a ser Presidente de la República y que la opción democrática de quienes sienten que ni uno ni otro son merecedores de su confianza y de su voto, es legítima al votar en blanco o viciar su voto. El porcentaje de votación de los votos blancos o viciados, históricamente está en 8% y no es lo mismo que el voto de los indecisos, que es el escenario donde trabajan los partidarios de ambos grupos, un bolsón al que quieren llegar y de donde tratan de sumar votos los candidatos porque allí se va a definir la elección.

Uno de los problemas en éste último tramo de la campaña, es que en el interior del país, la elección se viene luchando en los terrenos de la intolerancia, de la virulencia verbal y de escaramuzas con violencia física que están subiendo de tono; que por la tensión propia de la elección y por las diferencias porcentuales tan estrechas, puede generar en estas últimas semanas un descenlace trágico, que es preferible prevenir. En un país donde la palabra empeñada no sirve de mucho, en una sociedad donde sobre todo, la palabra de los políticos está devaluada (porque son como las promesas de enamorado) la oferta electoral que tiene que ver con la ética y la conducta política (de ambos candidatos) es la más negativa, la que indica que los dos presidenciables no tienen credibilidad, algo que finalmente es lo que cuenta a estas alturas de la elección (ya no tanto los programas). En éste escenario, el que genere mayor confianza en el elector, el que sepa manejar de mejor manera a su favor, los aspectos negativos del otro, el que como siempre no cometa un grave error, es el que va a ganar la elección.

Por un lado, esta el hecho de que no se le cree a la Sra. Fujimori, el que diga que no va a liberar a su padre o que Montesinos no va a tener determinadas gollorías para que no abra la boca. Por otro lado esta igualmente el que nadie tampoco cree, que el Comandante va a cambiar su nacionalismo velasco-chavista por esa "hojas de ruta" que convierte al Ollantista en un programa liberal o por último que ya en el poder, se niegue a liberar a su hermano Antauro después de que ambos impulsaron desde diferentes responsabilidades el Andahuaylazo. Una vez más como cada cinco años se nos presenta la tierra prometida, el "cambio responsable" y un nuevo Perú. Pero lo concreto y lo real es que salvo que el Comandante nos meta la yuca y termine aplicando a pie y juntillas el modelo chavista y regresemos al nacionalismo de los setentas, en todo lo demás no va a cambiar mucho.

El crecimiento sostenido, igualitaria, inclusivo; el desarrollo, la modernidad y la visión clara de futuro; un verdadero proyecto de nación, solo va a ser posible en principio, con partidos fuertes, solidos (que hoy no tenemos y cuyas cúpulas tampoco tienen ganas de cambiar) con instituciones que verdaderamente sean intermediadores de los intereses de las grandes mayorías nacionales y no de grupos económicos o de poder. El "cambio responsable" solo va a ser posible con una reforma de Estado (que parece ausente, es ineficaz) en diversos sectores, priorizando una reforma educativa que nos haga ciudadanos con solera, con cultura cívica y política y no masas manipulables o seducidas por afanes y políticas clientelistas. Un país moderno y mejor, solo va a ser posible con una nueva mentalidad de la clase política y como sociedad, una sociedad que valore y priorice el patrimonio colectivo, el ser nacional o la cosa pública. Necesitamos una clase política a la altura de la responsabilidad histórica y del objetivo tantas veces postergado, cuadros calificados, capacitados que no utilizen la administración pública para favorecer a unos cuantos, en detrimento del ciudadano de a pie, del individuo que no es escuchado, que tiene que hacer largas colas y que es visto como un ciudadano de segunda clase.

No es que sea pesimista frente al futuro del Perú, lo que pasa es que veo en Humala y en Fujimori, más de lo mismo, candidaturas que se miran con desconfianza porque expresan visiones de país que resultan más retóricas que reales. El sentido y lo que encarnan ambas candidaturas desde la perspectiva de nación, implica un sesgo autoritario, que nos lleva al militarismo de los años setenta (que en segunda vuelta se ha convertido en liberal) o a un pasado reciente seudo eficiente pero corrupto, que ya como gobierno por la falta de institucionalidad y el cernicolismo de la política criolla puede terminar el ciclo por el que historicamente el Perú termina avanzando en círculo. Muchos diran que estoy equivocado. Yo simplemente digo que el tiempo es el mejor amigo de la verdad.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario