domingo, 20 de febrero de 2011

N° 138 - WIKILEAK PERU


PONIENDO LAS NACHAS A LO BABANA REPUBLIC:



Con los embajadores pasa lo mismo que con los oficiales de la Policía que llegan a ser comisarios. Así como un teniente puede ser comisario en un distrito, un funcionario diplomático que no tiene rango de embajador, puede ser designado como tal en una determinada nación. Lógicamente, esto tiene que ver con la importancia que el país que designa a su plenipotenciario le de al país con el que tiene relaciones diplomáticas. Si uno revisa las nominaciones de las diferentes legaciones con las que el Perú tiene relaciones diplomáticas, resulta claro que las grandes potencias nos envían funcionarios de menor rango, terceros secretarios, cónsules consejeros; personajes que asumen funciones de embajador sin realmente serlos o como en el caso de países latino americanos, embajadores, que son políticos (a los que hay que nombrarlos como tal porque no hay cargo que darles en su país) pero no embajadores de carrera.

Este es el caso de la Sra. Rose M. Likis, quien de Consejera en la Embajada de Estados Unidos en Bulgaria, pasa a ser Embajador en el Perú, después de ocupar cargos diversos en el servicio exterior norteamericano, como Cónsul en Monterrey - México y Embajadora en el Salvador. El Sr. James Curis Struble anterior embajador también era Ministro Consejero. Si nos atenemos al curriculum vitae de la Sra. Likis, los pinches gringos, no nos enviaron uno de los mejores cuadros de su servicio exterior y esto porque aunque Alan García diga lo contrario, en el patio trasero de los Estados Unidos hay prioridades y ellos saben perfectamente que políticos o que gobiernos son genuflexos y entregados a sus intereses.

La Sra. Likis alboroto el cotorro político peruano al llamar a diversos líderes políticos como Ollanta Humala y Keiko Fujimori, para darles a conocer cables que no tenía el Diario El Comercio y que en medio de una picante campaña electoral, han puesto en evidencia, ya no solamente como ven los americanos a nuestros gobernantes (el ego colosal de García) sino lo agachados y serviles que suelen ser nuestros gobernantes o nuestros políticos con los norteamericanos. En ese contexto y ante tan singular metida de pata, la Sra. Rose Likis no debe durar mucho en el país, lo más probable es que este ya embalando silenciosamente sus bártulos, para regresar a una oficina del servicio diplomático en Washington D.C. en medio de una nota de prensa que indique que "asume nuevas y mayores responsabilidades".

Que el Sr. Alejandro Toledo Manrique, no supiera en el 2005 de la solicitud de quien fue su Ministro del Interior es difícil de creer. En esos tiempos el Sr. Rospigliosi (para sorpresa de quien escribe estas líneas) hablaba de que el chakano era un "lider histórico", lo colocaba en los altares del pensamiento político peruano y se deshacía en elogios para el hoy candidato peruposibilista, aunque después se peleo con él, se olvido de lo dicho y salio hablando pestes.

Los políticos peruanos, por más que lo nieguen, aprovechen cualquier circunstancia para maletear al rival y son capaces de vender su dignidad o los principios de la soberanía nacional para satisfacer sus intereses o sus ansias de poder. En ese contexto, lo que ni Toledo, ni Rospigliosi midieron, es que los gringos actúan en función de la teoría de los hechos consumados, que una cosa es la posibilidad de que un régimen prochavista gane en el Perú y otra el que sea electo. Los norteamericanos no van a satisfacer nunca los intereses o las ambiciones de los liderzuelos latino americanos, ellos responden exclusivamente a los propios, en su momento y con estratégica frialdad y eficiencia. El caso más claro es el de Evo Morales. Apoyado por Chávez, el líder indígena boliviano salio elegido ha sido re electo y no es peligro de nada y para nadie en la región, a punto tal que más tarde que temprano va a terminar ahogado en sus propias limitaciones y contradicciones. Una cosa es para los Estados Unidos las relaciones entre Berlusconni y Putin y otra las relaciones entre Ollanta Humala y Hugo Chávez. Las pequeñas ambiciones de la política peruana terminan siempre en un mundo globalizado enfrentando su realidad.

En lo que se refiere al cable de Keiko Fujimori, éste resulta una simple constatación del infame pacto bajo la mesa, del que el pueblo ha sido testigo todos estos años y que lo más probable es que se renueve en la segunda vuelta electoral, para evitar que el cholo de la voz engargolada y la oferta demagógica llegue al poder. Al final tenemos todo para ser una República Bananera. El peligro es que como la historia se repite, demostrando que no aprendemos la lección, volvamos a vivir ese infausto episodio por el que pasamos del crecimiento económico del guano y del salitre al drama de la Guerra del Pacífico.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario