
EL SEXO EN LA COLONIA:
Hoy es San Valentín. Hace unos días, semanas atrás para ser más exacto, leía un articulo escrito por José Barba Caballero, sobre "El Sexo en el Perú Antiguo" (Diario CORREO 31 de Enero del 2011) que me dejo desde la perspectiva del lector, con una serie de inquietudes y de interrogantes, que no se responden en el artículo, frente a lo interesante y explotable que resulta el tema. En el Día del Amor y la Amistad, creo que es oportuno darle a mis lectores algunos alcances sobre el asunto desde mi perspectiva personal, no sin antes expresar mi protesta porque los políticos, ponen solo en agenda, el tema de la UNIÓN CIVIL o de los llamados Matrimonios Gay, cuando lo que debería discutirse en el Congrezoo, es lo relativo a la instauración de la Poligamia, la posibilidad de que un hombre pueda casarse con varias mujeres y viceversa, porque lejos, los heteros somos más que los homos.
Si las hijas de Eva son cuantitativamente más que los hombres, es justo que aquel que pueda (hay quienes con las justas podemos mantener una sola mujer y una sola familia) se case o conviva (según lo prefiera) con varias mujeres; lógicamente dentro de determinados parámetros. Los musulmanes son felices y su experiencia debe ser analizada, para aplicarla en el país dentro de criterios de globalización, es decir de embarazo. No es justo que con lo complicada que es la vida, obligadamente uno deba estar ligado o condenado hasta la muerte, a vivir con una sola mujer. Como dijo José José, "El amor se acaba" y mientras haya próstata, hay que tener encendida siempre la vela de la pasión.
De permitirse la poligamia, aquella frase que repiten muchas mujeres en las catacumbas del sentimiento: "Que viva el amor aunque sea prestado", rompería con el prejuicio y la hipocresía. Aquí se trata de matrimonios de hombre y mujer, dentro de una economía de mercado. Si estamos en un sistema de acumulación de capital ¿Porque no podemos acumular parejas? si esta es una forma de capital. En el mismo sentido y por un criterio de equidad, si una mujer quiere y puede (como de hecho las hay) tener varios maridos; en un régimen polígamo como el que impulsamos, los puede tener.....lógicamente los esposos no tendrían que ser celosos, tendrían que tener un régimen de visitas y ser open mind. La medida serviría para formalizar esas relaciones que se sustentan en la economía familiar; casos que no son aislados, donde un hombre paga el colegio, otro el esparcimiento y los alimentos y un tercero es el que le provee el placer y el disfrute de la sexualidad y el amor.
De permitirse la poligamia, aquella frase que repiten muchas mujeres en las catacumbas del sentimiento: "Que viva el amor aunque sea prestado", rompería con el prejuicio y la hipocresía. Aquí se trata de matrimonios de hombre y mujer, dentro de una economía de mercado. Si estamos en un sistema de acumulación de capital ¿Porque no podemos acumular parejas? si esta es una forma de capital. En el mismo sentido y por un criterio de equidad, si una mujer quiere y puede (como de hecho las hay) tener varios maridos; en un régimen polígamo como el que impulsamos, los puede tener.....lógicamente los esposos no tendrían que ser celosos, tendrían que tener un régimen de visitas y ser open mind. La medida serviría para formalizar esas relaciones que se sustentan en la economía familiar; casos que no son aislados, donde un hombre paga el colegio, otro el esparcimiento y los alimentos y un tercero es el que le provee el placer y el disfrute de la sexualidad y el amor.
Más allá de la broma, de lo que se trata es de poner en evidencia, esa doble moral de tratar el tema de la sexualidad y de las relaciones de pareja; el insistir historicamente en maquillar, ignorar o esconder una realidad que es de antigua data, mucho más evidente y difundida que las relaciones homosexuales. El asunto es que la sexualidad humana se realiza, manifiesta o reprime mediante formas socioculturales que varían en el tiempo, pero que tienen como constante, el hecho de que siempre ha existido y existirá, como dice Marcela Suarez Escobar en un excelente trabajo publicado en México sobre la sexualidad en la colonia (1) "la marginación para el homosexual, la estigmatización de la prostituta, el morboso secreto para el adultero y el consenso para la monogamia heterosexual".
En lo que se refiere al tema en lo específico, es indudable que en la sociedad incaica no había prejuicios, la desnudez era vista de manera natural, el beso no era conocido (lo trajeron los españoles) y la virginidad tampoco era mal vista o reprobada. De acuerdo a los cronistas de la época, lo que era mal visto era la mentira.
En el mundo andino se tenía que notificar si la pareja escogida era virgen o no, lo repudiable, no era que no fuera virgen sino que se mintiera sobre su estado virginal. La existencia de instituciones como el Servinacuy o el Pantanacuy o matrimonio de prueba, costumbre que los españoles trataron de erradicar a toda costa promovían esta situación. De hecho, uno de los aspectos poco conocidos de la sexualidad en el antiguo Perú, es la existencia de los Pampayrunas, hombres sagrados, que vestían de mujer y con quien los guerreros tenían relaciones sexuales para infundirse valor antes de una batalla, en la creencia de que era negativo tenerlo con una mujer. La cultura del Nuevo Mundo tuvo hasta su propio Viagra, los mapuches tenían un ungüento llamado Huillintún que era preparado con el residuo testicular de Huillín (un roedor el vías de extinción) al que se le atribuía propiedades afrodisíacas y que se untaba en los genitales para propiciar la erección.
En el mundo andino se tenía que notificar si la pareja escogida era virgen o no, lo repudiable, no era que no fuera virgen sino que se mintiera sobre su estado virginal. La existencia de instituciones como el Servinacuy o el Pantanacuy o matrimonio de prueba, costumbre que los españoles trataron de erradicar a toda costa promovían esta situación. De hecho, uno de los aspectos poco conocidos de la sexualidad en el antiguo Perú, es la existencia de los Pampayrunas, hombres sagrados, que vestían de mujer y con quien los guerreros tenían relaciones sexuales para infundirse valor antes de una batalla, en la creencia de que era negativo tenerlo con una mujer. La cultura del Nuevo Mundo tuvo hasta su propio Viagra, los mapuches tenían un ungüento llamado Huillintún que era preparado con el residuo testicular de Huillín (un roedor el vías de extinción) al que se le atribuía propiedades afrodisíacas y que se untaba en los genitales para propiciar la erección.
En lo sustantivo al español le llamo la atención la poligamia en la clase alta del nuevo mundo y la promiscuidad en las demás clases sociales. Un escenario en el que se acomodo de la mejor manera y en el que la mujer siguió teniendo un valor de intercambio o de uso, en una sociedad machista, donde el hombre estaba por encima de la mujer, quien le debía obediencia y sujeción. La ingenuidad y la falta de prejuicios de las naturales, fue un elemento para desatar las pasiones altas y bajas de un sexualmente reprimido hombre peninsular.
Es harto conocido que la cultural occidental dominada por dogmas religiosos y morales, le daba a la sexualidad un carácter netamente reproductivo, un hecho que dentro del criterio de dominación-subordinación, significo que el conquistador español, tomara para si toda mujer aborigen que quisiera y que en esa relación rompiera las ataduras, los condicionamientos religiosos y morales y las licencias, que no podían darse en las relaciones con su esposa legítima Ese hecho los llevo a explorar con las indígenas los recovecos del placer en una dimensión que no era posible en la Europa del Siglo XV en adelante. En esa dinámica sexual y en ese contexto, la existencia de los hijos naturales represento un problema que necesitaba una solución legal: Las Leyes del Toro, expedidas por las Cortes del Toro de 1505 y que legislaron a la muerte de Isabel La Católica sobre diversos temas y entre ellos, el que los hijos tenidos con las aborígenes, los criollos, tenían derecho a la educación y al sustento pero no a la herencia.
Un hecho interesante es lo que sucedía con los sacerdotes, al interior de las iglesias: El llamado Delito de Solicitación. Infracción atribuida a los curas, por el que a las mujeres en la colonia, en confesión o fuera de ellas, eran acosadas mediante palabras subidas de tono, de tocamientos indebidos, propuestas indecorosas, pudiendo llegarse hasta el coito. Pero como "Otorongo no come Otorongo" para la Santa Inquisición esto no era herejía sino simplemente "debilidad carnal" castigada con pinzas y cuya solución estuvo en una serie de disposiciones de como deberían ubicarse los confesionarios y como deberían confesarse las mujeres, esto es de costado y con rejilla y ya no de rodillas ni frente al confesor para evitar tocamientos o el felatio.
En realidad en cuestiones de sexo, de sexualidad y de amor, no hay nada nuevo bajo el sol. En Buenos Aires, la excavación de una casa colonial, permitió encontrar consoladores de madera. En ese mismo periodo, la existencia de los matrimonios por conveniencia como norma por la famosa dote, hacían que mujeres jóvenes se casaran con castellanos mayores a los que adornaban con delicada y secreta sutileza. El problema era que la infidelidad de la mujer era castigada y reprimida draconianamente, mientras que la del hombre era tolerada y castigada levemente. Hoy es San Valentín y aunque es el momento de rendir homenaje al amor y a la amistad, para mi todo día es bueno para mirar a mi mujer y decirle que todavía la quiero. Un día simbólico para darles a mis familiares, a mis amigos y a mis lectores, un intento por entretener, por entregar para su lectura un texto hecho con dedicación, como símbolo de mi afecto y de mi consideración.
(1) MARCELA SUAREZ ESCOBAR - "Sexualidad y Norma sobre lo Prohibido - la Ciudad de México y las postrimerías del Virreynato" - Editorial de la Universidad Autónoma Metropolitana, México D.F. 1999.
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