
EL CASO DE VICKY PELAEZ:
La detención de diversos ciudadanos entre los que se incluye a nuestra compatriota, la periodista Vicky Pelaléz y su esposo, acusados de conspiración y lavado de activos vinculados con el espionaje a favor de Rusia, lo primero que hizo, es darle un portazo en la cara a las declaraciones que diera en su momento Alan García, cuando se descubrio el espionaje chileno en el Perú: Todos los países hacen labores de inteligencia o espionaje y no solo las republiquetas como llamo García a los chilenos. Si todos los países hacen inteligencia o espionaje, con mayor razón las grandes potencias (y desde hace tiempo por no decir desde tiempos inmemoriales) en ese sentido habrá que ver si la prensa le arranca alguna declaración al mandatario peruano, que tendría que responder si los servicios de inteligencia peruanos, hacen un seguimiento del trabajo de los norteamericanos en el perú o simplemente se hacen de la vista gorda.
El escepticismo internacional inicial de diversos analistas y medios de prensa, en el sentido de que la denuncia no era tan real, que era más bien una maniobra del FBI, para evitar una mejora en las relaciones soviético americanas que impulsara Obama comiendose una hamburguesa Mac Donald con Putin; ha dado un vuelco tremendo al declararse Don JUAN LAZARO FUENTES, (esposo de la periodista) no solo espía sino ciudadano ruso por nacimiento.
A pesar de lo anterior, las consecuencias políticas no van a ser tan graves. Como en el caso de las relaciones peruano-chilenas, las declaraciones de no afectación de relaciones (en una actividad que ambos realizan y que el problema es que se descubran) ya han sido dadas. Lo singular del caso es que Lazaro Fuentes declara que su mujer colaboraba con sus actividades, que los dineros obtenidos por la actividad sirvieron para la compra de su casa. Y la declaración si no es parte de una estrategia legal, implica que la relación de la pareja no era de las mejores.
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