sábado, 23 de enero de 2010

N° 96 - COMIENZA EL "BAYLE"


EL 2011 EN EL HORIZONTE ELECTORAL:


Nosotros hemos escrito en reiteradas oportunidades en este blog, que no tenemos partidos, que no tenemos una clase política a la altura de las necesidades y las responsabilidades del país. Que los intereses personales o de grupo son los que priman en un país sin educación, sin cultura política ni cívica, donde hay una total indiferencia hacia la cosa pública. Lo que se llama "partidos políticos" están marcados por la mediocridad, por el electoralismo, por la demagogia. Por caricaturas de políticos que buscan salir de la pobreza o de su condición de NN a partir del puesto público o del sueldo del estado. Y uno termina soportando en el Congrezzo a individuos impresentables a quienes al interior de los partidos aspiran a reemplazar otros personajes singulares de verbo florido, nariz respingada, gestos y poses que son la fiel expresión de la orfandad de personalidades, de ideas y de cuadros en la política peruana. Una política que cada vez más se reduce a los mismos nombres a los mismos personajes y a la misma crisis de representatividad que llevó a la elección de 1990.

Las raterías, las corruptelas, el espíritu de cuerpo, la componenda, el trinquete y el negociado bajo la mesa, siguen presentes en la política nacional. Y en ese escenario la posible postulación de Jaime Bayly ha alborotado el cotorro político, en un país en donde en materia electoral cualquier cosa puede suceder. Desde "El Mudo" Castañeda Lossio (que quedó en ridículo al decir que no dijo lo que dijo) pasando por Lourdes Flores hasta llegar por los predios de la Casa del Pueblo y terminando por Ollanta Humala, todos han buscado caricaturizar, minimizar y frivolizar la posible postulación de Jaime Bayly y la mera verdad es que, aunque falta mucho camino por recorrer; en medio de otras posibilidades interesantes (por el contenido que le daría al debate de ideas) como las de la candidatura de Alfredo Barnechea, la postulación de Bayly resultaría un componente explosivo para la débil y despistada partidocracia peruana.

Jaime Bayly es un hombre inteligente, con las ideas, con el suficiente criterio y la decencia, no solo para saber manejarse electoralmente, sino para convocar y adherir ese ciudadano que no cree en los partidos y en los políticos tradicionales. Desde ya su declaración de un supuesto indulto a Fujimori (aunque después se retracta) es una manera de atraer el voto naranja para un outsider atípico, que podría canalizar el voto de protesta de una ciudadanía cansada y aburrida con su clase política; comenzando por el Presidente de la República y terminando por esos mamarrachos en los que se han convertido partidos políticos de vieja data, que sobreviven gracias a las alianzas y para los que un error de cálculo puede ser mortal, si es que no están ya muriendo lentamente por culpa de una costra dirigencial vetusta y sin ideas, que trabaja solo en función de sus intereses personales y de su propio cálculo electoral. Jaime Bayly puede significar hoy y capitalizar electoralmente (por su imagen mediática) el voto de protesta ciudadana hacia una clase política y una partidocracia que no ha aprendido la lección de 1990. Si finalmente Bayly decide presentarse como candidato a la Presidencia de la República por el partido CAMBIO RADICAL, lo más probable es que los mejores propagandistas de su candidatura vengan del APRA, del PPC, del Partido Nacionalista o de Solidaridad Nacional, conociendo la proclividad de los políticos de insultar, de desacreditar o de minimizar al adversario sin ser conscientes de sus propias excrecencias. Al final todo es cuestión de tiempo. Aunque Jaime Bayly no sea santo de la devoción de muchos ya hizo su primer milagro: El mudo habló.

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