viernes, 13 de noviembre de 2009

N° 92 - ESPIONAJE, ARMAMENTISMO Y TLC




CHITA LA PAYASA:
¿SE VIENEN LOS CHILENOS?




Frente a la masiva compra de armamento chilena, que no es una renovación de material en desuso, sino una definida política armamentista, por la que Chile pretende convertirse en una potencia militar intermedia en América Latina, para defender y cautelar sus inversiones económicas en el continente, para desarrollar en un mundo donde escasean cada vez más los recursos naturales, la teoría del espacio vital que garantice su desarrollo y su supervivencia o para imponer por la razón o por la fuerza, sus fronteras y sus visiones geopolíticas; frente a ese espectro, nosotros hemos apostado ingenuamente (como siempre) por hablar de paz, de amistad, de hermandad, de desarrollo, de combate a la pobreza. Hemos optado por promover campañas internacionales de desarme, por fomentar en Latino américa, el control en la compra de armamento; es decir hablamos de los vínculos históricos con Chile, nos vestimos con una túnica blanca y regalamos ramas de olivo. Y lo más dramático de todo esto es que nuestros vecinos nos ignoran, nos minimizan,nos miran por debajo del hombro y en el tema del equilibrio militar, es tan marcada la diferencia entre Perú y Chile en cuestiones de armamento, que si los sureños quisieran firmar el acuerdo que promovemos, nos dejarían con el peligro latente y con una desventaja significativa.

Pero nuestros gobernantes o nuestros políticos, como están más interesados en sus intereses personales o partidarios, como su miopía en relación a la historia y a la visión de futuro de una patria que no han sabido construir, les impide ver las cosas con un sentido global; insisten a pesar de todo lo anterior, en un TLC con Chile como si fuera un simple acuerdo comercial, un acuerdo más; sin considerar las implicaciones de nuestras complejas relaciones con los sureños. Y el Ministro Cornejo y la Ministra Araoz, que desconocen la dignidad del cargo, hablan de que "las relaciones comerciales" con Chile no se deben perturbar.

El hecho es que el TLC de marras debió pasar por el Congreso porque todo lo que tiene que ver con Chile tiene que ver con la defensa nacional y no se puede hablar en ese sentido de "cuerdas separadas". Porque frente a tan delicado panorama, es necesario serenidad pero también firmeza, salvo que Alan García y su compañía crean que en el futuro, el gobierno chileno, se va comprar el sueño integracionista y filial que propiciamos (con fraternal ingenuidad) se va a quedar inmóvil ante cualquier medida gubernativa peruana que afecte significativamente sus inversiones en el Perú o va finalmente, a acatar calladamente, el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que nos de la razón.

Y en la tarea de imponer antes que el interés nacional, su criterio mercantilista, avasallando la legalidad, consiguiendo réditos políticos y obteniendo una buena imagen electoral; el gobierno recluta al Dr. Javier Alva Orlandini, antes que como abogado, como lobbysta; un personaje que piensa en la quincena y en su bolsillo, que se olvida que por ética no puede ser asesor del gobierno en el tema del TLC con Chile ante el Tribunal Constitucional, porque ha sido su Presidente y tiene información privilegiada y contactos. Porque además de anti ético es políticamente inconveniente, que tan experimentado y curtido político, patrocine al gobierno siendo Presidente de ACCIÓN POPULAR, que dice ser un partido de oposición. Y en esa misma dirección, esta el Decano del Colegio de Abogados de Lima, que dejo de lado la histórica tradición de independencia del decano de los colegios profesionales del Perú por enfundarse un jugoso cheque. Es por esta y otras cosas más, que el TLC con Chile debe suspenderse, debe llevarse al ámbito parlamentario para generar un amplio debate nacional.

Y así llegamos al incidente del espía que felizmente no se esfumo sino que se descubrió y que debe merecer además de la acertada reacción gubernativa en el tratamiento del tema, si bien no la ruptura de las relaciones con Chile, si el retiro de nuestro embajador, la suspensión definitiva de la visita de la Ministra Araoz y el dejarnos de cojudeces. Estamos obligados a mirar siempre a Chile con recelo, como vecinos distantes, con la formalidad diplomática de las relaciones internacionales, pero sin el clásico y cálido y peruanísimo "hermanito", que abre de par en par las puertas de la casa y da la espalda, a veces por nada. Necesitamos re potenciar nuestra capacidad defensiva, comprar lo que necesitamos comprar y no simplemente reparar armamento. La mejor garantía para la paz con una democracia militarista agresiva como la chilena, es tener la capacidad disuasiva suficiente para enfrentar una guerra. La visiones de Castilla y la traumática experiencia de 1979 debemos tenerlas siempre presentes. Salvo que choquemos dos veces con la ingenuidad y la incapacidad de nuestra clase política.

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