SAN VALENTIN Y EL PSICOANÁLISIS:
Hoy que es el día del amor y de la amistad, el día de San Valentín, entiendo que resulta interesante tocar un tema cuyo nombre puede generar cierta morbosa sonrisa, pero que desde la concepción psicoanalítica tiene un sentido amplio, más allá de lo referente al pene, a lo biológico o a lo sexual. Es decir hablar de una mujer fálica no es hablar necesariamente de un travesti o de una mujer con un pene, ni darle finalmente al término, basicamente una perspectiva a partir del deseo o del placer.
En el contexto que pretendemos describir, el falo va más allá de lo carnal, de la connotación sexual como instrumento de penetración, de goce o de placer. Es decir para la teoría psicoanalítica, falo no significa necesariamente pene. Y hablar por tanto de una mujer fálica, es un simbolismo que el psicoanálisis ha graficado hoy en un amplio sentido de actos, actitudes o descripciones de la naturaleza humana. El término puede definir una mujer con rasgos varoniles, una mujer con una personalidad autoritaria, con deseos de ser, de poseer. Mujer fálica puede ser un concepto que trate de etiquetar una mujer que tiene varias conquistas, que tiene varios amores o varios amantes a la misma vez, una femme fatale, una tumba hombres, que cree controlar o dirigir sus relaciones, de la misma manera que un hombre de aquellos que tienen el alma libre y el espíritu dispuesto, independientemente de que sean casados o no.
Mujer fálica puede ser la madre autoritaria o la que tiene la autoridad en la casa, la que a falta de un padre representa la imagen paterna. Freud en principio, describe el término desde el punto de vista de los sueños, de las represiones y las fantasías; como patetización de una teoría sexual infantil, según la cual, en una primera experiencia libidinal del niño, existe un solo órgano sexual para ambos progenitores. Al final de cuentas muchas de las propuestas conceptuales de la teoría freudiana en este contexto han sido superadas.
Lo interesante es que estamos en el día de San Valentín, que en un día como éste es necesario tener presente que en el subconsciente colectivo de muchos hombres, por más que se venda amor y amistad; lo popular, lo gacho es asociar al pene o al falo. a la sexualidad. Que el pene o el falo, es un sinónimo de machismo, de masculinidad, de hombría y de poder. Peor aún, lo que antes, en un principio de la teoría psicoanalítica, tenía que ver con sueños, con represiones, con la conducta humana; hoy cuando la mujer adquiere un papel protagónico y fundamental en el hogar; cuando muchas mujeres son cabeza de familia, el término ha adquirido una connotación diferente, una mayor riqueza y dimensión humana. Al final de cuentas termina siendo parte del imaginario popular, del anecdotario y el encasillamiento de determinados conceptos. Como dice mi buena amiga Flora Geldres y Montoya, de lo que se trata es de tener las tetas bien puestas. Y si se trata de carácter, de temperamento, de seguridad; de decisiones en el momento preciso y a la hora precisa. Con tetas bien puestas, para que se necesita hablar de falo. Feliz día de San Valentín.
En el contexto que pretendemos describir, el falo va más allá de lo carnal, de la connotación sexual como instrumento de penetración, de goce o de placer. Es decir para la teoría psicoanalítica, falo no significa necesariamente pene. Y hablar por tanto de una mujer fálica, es un simbolismo que el psicoanálisis ha graficado hoy en un amplio sentido de actos, actitudes o descripciones de la naturaleza humana. El término puede definir una mujer con rasgos varoniles, una mujer con una personalidad autoritaria, con deseos de ser, de poseer. Mujer fálica puede ser un concepto que trate de etiquetar una mujer que tiene varias conquistas, que tiene varios amores o varios amantes a la misma vez, una femme fatale, una tumba hombres, que cree controlar o dirigir sus relaciones, de la misma manera que un hombre de aquellos que tienen el alma libre y el espíritu dispuesto, independientemente de que sean casados o no.
Mujer fálica puede ser la madre autoritaria o la que tiene la autoridad en la casa, la que a falta de un padre representa la imagen paterna. Freud en principio, describe el término desde el punto de vista de los sueños, de las represiones y las fantasías; como patetización de una teoría sexual infantil, según la cual, en una primera experiencia libidinal del niño, existe un solo órgano sexual para ambos progenitores. Al final de cuentas muchas de las propuestas conceptuales de la teoría freudiana en este contexto han sido superadas.
Lo interesante es que estamos en el día de San Valentín, que en un día como éste es necesario tener presente que en el subconsciente colectivo de muchos hombres, por más que se venda amor y amistad; lo popular, lo gacho es asociar al pene o al falo. a la sexualidad. Que el pene o el falo, es un sinónimo de machismo, de masculinidad, de hombría y de poder. Peor aún, lo que antes, en un principio de la teoría psicoanalítica, tenía que ver con sueños, con represiones, con la conducta humana; hoy cuando la mujer adquiere un papel protagónico y fundamental en el hogar; cuando muchas mujeres son cabeza de familia, el término ha adquirido una connotación diferente, una mayor riqueza y dimensión humana. Al final de cuentas termina siendo parte del imaginario popular, del anecdotario y el encasillamiento de determinados conceptos. Como dice mi buena amiga Flora Geldres y Montoya, de lo que se trata es de tener las tetas bien puestas. Y si se trata de carácter, de temperamento, de seguridad; de decisiones en el momento preciso y a la hora precisa. Con tetas bien puestas, para que se necesita hablar de falo. Feliz día de San Valentín.
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