miércoles, 29 de octubre de 2008

N° 38 - LA MANO DE DIOS


EL DIEGO ENTRENADOR DE LA ALBICELESTE:


Cuando en el Perú, la continuidad del Chemo Del Solar parece estar en duda, cuando el peligro de desafiliación de la Federación Peruana de Fútbol por la FIFA parece ser un hecho, porque las autoridades peruanas no aceptan que Manuel Burga, su incompetente y corrupto presidente se quede en el cargo, lo que va a significar que por su interés los clubes agachen la cabeza ante la FIFA, que quieran que el estado haga lo mismo y respalden a un individuo que hace daño al fútbol peruano y que representa una islote de impunidad en medio de la administración y fiscalización del deporte en el Perú. En Argentina la AFA nombró como entrenador de la selección a Diego Armando Maradona en reemplazo de Alfio Basile (que renunció por malos resultados) abriendo una gran discusión con el nombramiento de Maradona por encima de técnicos como Carlos Bianchi y desatando las pasiones que en cosas de fútbol solo despierta el Diego.

La decisión es polémica, controvertida y entendemos que se sustenta en criterios económicos, de marketing y del necesario respaldo, que la selección argentina necesita, del hincha o del ciudadano, en el entendido que a pesar de los malos resultados, es difícil, por no decir imposible que la selección albiceleste no se clasifique al Mundial. En ese contexto la presencia de Maradona como técnico no solamente reencuentra a la selección con el pueblo sino que garantiza grandes ingresos por taquilla cuando juegue de local o por presentación cuando contraten al equipo de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) para jugar en el exterior. Un valor agregado que otro seleccionador difícilmente conseguiría, aunque fuera más talentoso y experimentado que el Diego.

Desde el punto de vista técnico Maradona, considerado como el mejor jugador de todos los tiempos por muchos especialistas, no tiene mayor experiencia como entrenador; debiendo precisar que en sus dos cortas apariciones como estratega en el Mandiyú y en Racing no fueron buenas. El hecho de que se aglutine a su alrededor un equipo de soporte encabezado por Salvador Bilardo, es en realidad una garantía al albur, porque el genio y el carácter de Maradona lo pueden terminar traicionando a la hora que su cuerpo técnico le insinué errores, discuta sus decisiones o se le sugiera nombres. Porque ser un gran jugador no es una garantía para ser un buen entrenador. Porque el problema es Maradona como persona, por sus adicciones y sus conflictos internos. Al final nadie le puede restar méritos al Diego como jugador, pero una cosa es con guitarra y otra cosa es con cajón. Una vez más Maradona va a necesitar de la mano de Dios. Para bien de la Argentina y del fútbol en general, ojala la encuentre.

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