Como este es un país donde el que tiene poder, dinero o relaciones hace lo que le da la gana, nosotros esperamos el desenlace de este remilgo de los “gastos operativos” para pronunciarnos; en la seguridad que “la solución” del Congreso de la República, iba a ser favorable (de todas maneras) para los moluscuosos padres de la patria que hicieron cuestión de estado por estos gastos, que expresaron sin rubor y sin ambages, que fiscalizarlos era desestabilizar la democracia y hacerle una campaña sucia a la imagen y la institucionalidad del Congreso de la República.
Es que como ellos hacen la Ley, legislan en beneficio propio y según su propio interés; en un tema donde no solo hay consenso, unanimidad y espíritu de cuerpo, en bancadas tan disímiles como la del partido aprista o los upepistas, pasando por la insufrible Lourdes Alcorta (que confunde la prepotencia con la frontalidad y cuyo vozarron demostró que las formas y las buenas maneras de algunas damas, se vuelven varoniles y broncas cuando de dinero se trata) hasta terminar con la “ingenuidad” del caricaturesco Vitocho García Belaunde, que expreso que “no había leído el Reglamento del Congreso”. Aquí hay una continuidad histórica que se ha ido agudizando (en lo que se refiere al descaro del beneficio propio) a partir del los parlamentos desde1980.
En un estado de derecho, en un país y en un gobierno democrático, donde supuestamente todos son iguales; los congresistas solo rendían cuenta del 30% de sus gastos operativos, cuando todo funcionario público debe rendirlos detalladamente al 100%. Y no fiscalizaba la Contraloría o fiscalizaba a medias y los recibos que entregan los padres de la patria se los terminan devolviendo en la Oficina de Administración del Congreso, con lo que se infringe la ley y se burla al pueblo en aras de una democracia representativa, en la que estos caballeros se terminan representando primero a ellos mismos, después a determinados intereses y por último a los intereses o a las reivindicaciones populares. Claro que no son todos, que hay gente decente, honesta, capaz, pero son los menos. Porque clase política es lo que nos falto siempre, de lo que adolecimos históricamente.
Es que como ellos hacen la Ley, legislan en beneficio propio y según su propio interés; en un tema donde no solo hay consenso, unanimidad y espíritu de cuerpo, en bancadas tan disímiles como la del partido aprista o los upepistas, pasando por la insufrible Lourdes Alcorta (que confunde la prepotencia con la frontalidad y cuyo vozarron demostró que las formas y las buenas maneras de algunas damas, se vuelven varoniles y broncas cuando de dinero se trata) hasta terminar con la “ingenuidad” del caricaturesco Vitocho García Belaunde, que expreso que “no había leído el Reglamento del Congreso”. Aquí hay una continuidad histórica que se ha ido agudizando (en lo que se refiere al descaro del beneficio propio) a partir del los parlamentos desde1980.
En un estado de derecho, en un país y en un gobierno democrático, donde supuestamente todos son iguales; los congresistas solo rendían cuenta del 30% de sus gastos operativos, cuando todo funcionario público debe rendirlos detalladamente al 100%. Y no fiscalizaba la Contraloría o fiscalizaba a medias y los recibos que entregan los padres de la patria se los terminan devolviendo en la Oficina de Administración del Congreso, con lo que se infringe la ley y se burla al pueblo en aras de una democracia representativa, en la que estos caballeros se terminan representando primero a ellos mismos, después a determinados intereses y por último a los intereses o a las reivindicaciones populares. Claro que no son todos, que hay gente decente, honesta, capaz, pero son los menos. Porque clase política es lo que nos falto siempre, de lo que adolecimos históricamente.
Y hoy en ese remedo institucional que se llama partidos políticos, los grupitos que los controlan, que hace de la política un medio de vida o una herramienta para sus negocios personales, su cuota de poder o su vanidad personal (y que tiene medios económicos y algo de capacidad) se dedican a este arte de acción hacia la polis encima de una serie de limitados que solo quieren poder, figuración o cargos y tienen algo de billete. Allí están como fruto de esta realidad, los partidos políticos sobre los que se "construye" hoy la “democracia” en el Perú, personajes como el Come Pollo, la Sucari, Gustavo Espinoza y toda esa serie de "políticos" que han pasado por el Congrezoo en los últimos veinte años.
Y la solución del primer poder del estado ante la campaña emprendida por una combativa Rosa María Palacios (a la que le llovieron insultos y agravios de diversas tiendas) por los blogs y por los destapes de la prensa, es “democrática”, “histórica”, “salomónica” e imaginativa. Pasa de un incremento encubierto de remuneraciones a un descarado aumento de sueldo, bajo el rimbombante nombre de “asignación por función congresal” en medio de una sesión que modifica el Art. 22º del Reglamento exonerandola del trámite de comisiones. Una norma que más allá de que se diga que no tiene carácter remunerativo ni pensionario, que no se considera para el pago de gratificaciones, CTS ni jubilación, pone los ingresos de los congresistas en los QUINCE MIL NUEVOS SOLES (S/. 15,000.00) libres de polvo y paja y significa una forma de tener un régimen remunerativo excepcional sin rendir cuentas a nadie.
Y la solución del primer poder del estado ante la campaña emprendida por una combativa Rosa María Palacios (a la que le llovieron insultos y agravios de diversas tiendas) por los blogs y por los destapes de la prensa, es “democrática”, “histórica”, “salomónica” e imaginativa. Pasa de un incremento encubierto de remuneraciones a un descarado aumento de sueldo, bajo el rimbombante nombre de “asignación por función congresal” en medio de una sesión que modifica el Art. 22º del Reglamento exonerandola del trámite de comisiones. Una norma que más allá de que se diga que no tiene carácter remunerativo ni pensionario, que no se considera para el pago de gratificaciones, CTS ni jubilación, pone los ingresos de los congresistas en los QUINCE MIL NUEVOS SOLES (S/. 15,000.00) libres de polvo y paja y significa una forma de tener un régimen remunerativo excepcional sin rendir cuentas a nadie.
Al final un episodio más de esta caricaturesca democracia de trastienda, en la que abunda la mediocridad, el verbo y la pose. Un incidente más de una institución que esta cada vez más lejos del respeto y la consideración del pueblo. Porque como expresión democrática, es una covacha de intereses personales o de grupo. Porque como reflejo de que la política es una apostólica vocación de servicio; es hoy más que nunca la expresión de gentes que han convertido la política en una pendejada.
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