sábado, 4 de octubre de 2008

EL DUREX PLAY VIBRATIONS

VIBRACIONES Y ANGUSTIAS
Hoy que vivimos dentro de una economía globalizada, dentro de una economía dominada por el libre mercado, donde se comercializa y mercantiliza todo y de todo, de manera tal que cualquier situación es motivo para celebrar, para festejar y para vender algo, hemos llegado a pasar del tradicional día del padre o día de la madre, al día del cebiche, del pisco sour o de la cumbia peruana y un día de estos van a crear el día de la infidelidad. En eso pensaba algo aturdido, mientras le miraba “las planchas” a la señorita que me hacía una encuesta sobre preservativos, por el lanzamiento de los nuevos condones durex play vibrations, que no es otra cosa que un aro de silicona con un dispositivo vibrador saliente, totalmente flexible que colocado en el muchacho por cuarenta minutos, permite una estimulación intensa de la pareja. La mera verdad que el producto, me despertó el interés en su uso. Y en esa posibilidad siempre presente (de la que le he advertido a mi mujer para no ser un fariseo ni encorsetarme en la imagen de buen marido) de regresar a las canchas (de las que nunca debí retirarme) en la mejor de mis formas y porque a despecho de mi madura edad, la próstata me sigue funcionando como a mis veinte años. Cosa que no puedo decir de mis riñones, de mi vista, de mi hígado, de mi corazón, de mis pulmones, de mi páncreas, de mi circulación, de mis huesos y de mi mujer.

A mis cincuentaidos años, estoy convencido que los fogueados en novecientos noventainueve batallas tenemos ventaja con los jóvenes de hoy en día. Uno sabe donde ubicarse en la cancha, hace que sea la pelota la que corra, toca y toca, cambia de frente, usa las manos para jugar, hace goles hasta con la lengua y no esta desgastándose como esos noveles debutantes que quieren trabajar con el físico, explotar su potencia en un pedazo de terreno. Muchachos que quieren que los contraten en el extranjero y que comiéndose la cancha en un despliegue físico envidiable, terminan traicionados por los nervios, culminando el partido de manera rápida y abrumados por la idea de que en el futbol hay que gustar, ganar y golear.

Yo siguiendo la técnica de mi compadre Jaime, que hoy quema sus naves en el fútbol norteamericano, ya había agarrado mano y sacado teléfono cuando mi “querida” esposa entro abruptamente a mi despacho. Con ese cinismo que me caracteriza, solté una ingenua sonrisa mientras balbuceaba que “estaba respondiendo una encuesta de hojas de afeitar”. Total si de algo estaba convencido es que el durex play vibrations no lo iba a usar con ella. Es mejor experimentar en una carne desconocida, “nuevas sensaciones” como decía mi compadre, que anda de pichichi emulando al Checho Ibarra en los yunaites. Y si mi mujer quería usarlo, de todas maneras debería tener yo (como un hombre responsable) una mediana experiencia en el uso del producto. Total de por medio está su seguridad y su felicidad no.

Hace unos días, se inició el lanzamiento del producto en el Perú, como lo tuve y lo use antes, puedo dar fe que el aparatito funciona, que resulta placentero. Lógicamente hay que usarlo en el momento adecuado. Digo esto porque a veces uno juega a la desesperada, se va para adelante como loquito, se deja desboradar por la lujuria, por la pasión de la mujer ajena, de la piel prohibida, jóven.... y no se protege. Un poco de eso me paso a mi. La “señorita” de la encuesta estaba tan buena, que me olvide del libreto, de jugar con cuatro defensas en línea, con dos volantes de contención.... y hasta del aparatito de marras en el primer encuentro. Lo concreto y lo real, es que la flaca tiene seis meses de gestación. Y yo no se como diablos decirle a mi mujer que los chicos van a tener una hermanita.

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