lunes, 6 de octubre de 2008

RATAS, RATONES Y LEONES

EL ESCANDALO DE PERUPETRO
En el artículo anterior, expresábamos con relación a la corrupción en el Perú, a los gastos operativos en el Congreso, que los políticos han convertido la política en una pendejada. En realidad esto no es de ahora, se ha venido agudizando con el tiempo y es un mal que agobia al país en general, a las diversas actividades de quehacer nacional porque somos un pueblo donde la ética, los valores, los principios, la palabra y la verdad, cuentan poco frente a los intereses personales o de grupo. Porque el Estado es visto como un botín. Porque los partidos están lejos de seleccionar a la mejor gente, lo que cuenta es el amiguismo, el clientelismo, la sobonería y el billete para la campaña y alrededor del poder o del gobierno están los mercantilistas, los lobbystas y los oportunistas de siempre.

Y el problema es que en el Perú, el discurso va por un lado y los hechos por otro. Que el espíritu de cuerpo es una institución, una tradición en la política peruana. Y bastó que el Alcalde de Lima insultara a sus críticos por los mayores gastos de las obras de la comuna, que les dijera pobres diablos. Bastó que Alan García hablara de la corrupción, del daño que hacen al sistema los periodistasde factura de pollo, las ratas, los ratones y los insectos; para que aparecieran en la escena pública esos roedores que silenciosamente sacan la cola dentro de su gobierno. Para que un personaje de antología en la historia de la corrupción en el Perú, como el ex Ministro de Pesquería de su anterior régimen, Don Rómulo León Alegría (cuya imagen pública es sinónimo de prontuario) apareciera en toda su vigencia política y su miseria moral, en un gobierno en el que el APRA colocó a su hija como Congresista. Primero porque una cara bonita jala votos y segundo porque era hija de quien era. El socio en esta pillería de alto nivel, no es otro que un conocido y bien relacionado abogado lobbysta, que ya en el gobierno de Alejandro Toledo estuvo metido en un escándalo similar que tenía que ver con el amigo Adan Pollack y con la Fundación Pacha de la Madama Karp.

Lo concreto y lo real es que resulta grosero y obvio negar el delito. Que el cinismo de León Alegría y de Alberto Quimper negando el hecho, es lo que en términos jurídicos se llama un legítimo argumento de defensa. Que estas raterías terminan enlodando al gobierno e implicando al Ministro de Energía y Minas quien por decoro tenia que renunciar y renunció. Cosa diferente que Saba, el Presidente de PERUPETRO, quien se aferra al cargo y al que parece que la necesidad de trabajo, le hace olvidar la dignidad, la ética y los principios y esgrime argumentos institucionales tirados de los pelos.

El otorgamiento de cinco lotes en el Zócalo Continental y en Madre de Dios por el que los dos angelitos reciben US. 10,000.00 mensuales de honorarios y una retribución final de US. 100,000.00 o 200,000.00, que seguramente cobraron de la empresa noruega que obtuvo la concesión. Es un hecho más en la biografía de la corrupción de la clase política peruana, que aunque después se pretenda tapar o se olvide como siempre, tiene que enfrentarse y sancionarse drásticamente desde la sociedad civil, porque no pueden esconderse estos hechos debajo de la alfombra, por salvar la imagen de un gobierno, de un Presidente o de un partido.

Al final, un ligero analisis del heho, muestra que los equipos de interceptación que se perdieron durante la caída del Fujimorismo continúan trabajando. Que al iniciarse la investigación del Ministerio Público, hay que rezar para que uno de esos fiscales delibery de los tantos que hay en el Perú, no salga con una resolución que absuelve a Rómulo León Alegría, porque "grabar sin autorización es ilegal". Dios se apiade del Perú y de los peruanos. García se equivocó. No eran ratas ni ratones. Eran leones, hambrientos y apristas.

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