.....Y DE ANGUSTIAS:
Padecer lo que se vive en el Perú de hoy, escuchar el cinismo y la demagogia de Castillo o la perorata victimizadora de su mujer; soportar a Don Aníbal Torres y a los serviles que fungen de Ministros de éste gobierno y ver el deterioro ético, moral, de condiciones de vida e institucional del Perú, me obliga a recordar a mi padre, que me decía a mis veinte años, que cuando yo llegue a su edad este país va a estar igual. Indudablemente se equivoco: Esta peor.
Y no puedo dejar de que me invada un sentimiento de frustración. De cuestionarme el porque tercamente aposte por quedarme a vivir en mi país. Creo que este es un sentimiento que debe recorrer por la mente de mucha gente, en diversas actividades de su vida diaria. Yo que ejerzo el oficio de abogado, sufro un sistema que con sus lastres de corrupción, funciona a medias, arrastrando incongruencias y una carga procesal, que se dimensiona, si en lugar de juristas tenemos abogados metidos a jueces provisionales -porque el sueldo no es nada despreciable- y que hace que la justicia termine dando vueltas en circulo y afeada por fallos groseros e injustificables .
Pienso que quienes hoy frisamos los sesenta años, la generación de los nacidos en los cincuentas, somos los culpables de lo que vivimos hoy en día como país. No supimos ser el reemplazo de una generación que se forjo al abrigo de políticos de la talla de Haya de la Torre, de Belaunde, de Bedoya o de Carlos Malpica, por citar algunos nombres. No supo recoger la posta, de la necesidad de corregir errores, de construir un proyecto de nación y miró con mucho respeto a los políticos que fueron sus referentes y sus ejemplos.
La intelectualidad y el conocimiento en la politica, se fue diluyendo a partir de 1980, se mercantilizo y a los "partidos escuela" los comenzaron a enterrar Alan García, Fujimori y las formas de hacer politica que impulsaron estos personajes que fueron una bisagra entre dos siglos; para que a ese cuño que buscaba hacer de los políticos mejores hombres, los terminara de sepultar un modelo neoliberal, en el que lo que vale es parecer y no ser, tener poder y dinero y no capacidad ni valores, para dar paso a franquicias electorales en vez de partidos políticos y a delincuentes y oportunistas con pasta de políticos, en vez de políticos de verdad.
Somos una sociedad sin ciudadanos y sin elementales conceptos de ciudadanía. Castillo va a una plaza y la llena de promesas basadas en puntos comunes y recibe el ingenuo aplauso del respetable. Las diferencias de clase, el racismo y el machismo nos marcan, exacerban el cotarro politico y se manipulan. Un futbolista del Sporting Cristal le pega a su pareja y lo que se puede leer en internet es, desde afirmaciones machistas y misóginas, de "porque habría de creerle si es una bailarina" hasta justificaciones a la madriza, por su condición de "bataclana". Nos preocupamos frente a la crisis politica y de corrupción que tenemos, de mantener la "institucionalidad democrática", "la constitución" y lo concreto y lo real, es que tenemos una institucionalidad de caricatura que nos acerca a una república bananera, donde la Constitución esta totalmente desfasada, desactualizada y termina siendo una especie de contracultura democrática, anti histórica, tan es así que la jaloneamos entre "respetarla" para mantener a Castillo o forzar su interpretación para sacar al chotano, cuando lo correcto, lo jurídico y lo que tiene que ver con el interés nacional, es modificar la Carta Magna, porque un corrupto no puede ejercer el poder, ni la impunidad puede ser un valor nacional.
La desilusión, el descontento, la frustración, nos va seguir contaminando. En un país sin memoria histórica, sin conciencia colectiva, los sectores mas ignorantes van a seguir siendo manipulados, presas del clientelismo y esas contradicciones y diferencias sociales y políticas, pueden generar un estallido social, dada la forma en la que Castillo esta buscando defenderse y mantener el poder. El condicionante socioeconómico de la hora presente, no es el mismo de lo que se llamo academicamente "La Década Frustrada" que tenía que ver con el papel de las clase dominante y la burguesía industrial. Aquí hay elementos de diverso tipo, un carácter de clase más amplio de la crisis y condicionamientos éticos, de violencia y de corrupción, que implican una descomposición acelerada de la sociedad peruana, que nos puede llevar a una situación como la de 1895, con la caída de Cáceres. Y lo que es peor, sin una clase dirigente capaz de superarla.
Sin acceso a la salud, a la educación de calidad, con las marcadas diferencias entre una elite gobernante y las clases medias o populares, sin acceso a mejores condiciones de vida, el estallido social esta a la vuelta de la esquina, si los políticos son incapaces de sincronizar con la sociedad y encontrar el rumbo. Lo que implica tener sabiduría, conocimiento, una correcta lectura del tejido social, tener credibilidad y crear confianza. El país que heredaran mis hijos y los hijos de mis hijos es el que esta en juego. El problema es que a los jóvenes de hoy parece no importarle.
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