sábado, 9 de julio de 2022

N° 579 - EL DIARIO DE EDWIN JOHN PENTON:

 A BORDO DE LA FRAGATA BLINDADA COCHRANE:


Yo tengo sana envidia por la producción bibliográfica chilena sobre la Guerra del Pacífico, sobre sus investigaciones, sobre sus archivos, uno de ellos de invalorable valor aunque es mas bien, producto del latrocinio de la guerra, es el archivo documental del Mariscal Domingo Nieto, robado de Palacio de Gobierno durante la ocupación Chilena y sobre el que nada hace el Estado peruano para recuperarlo.

Nuestra carencias en ese sentido, creo que van más allá del trauma por la derrota, tienen que ver con la indiferencia de nuestra clase dirigente por educar al pueblo, por la cultura, por crear conciencia sobre el hecho más traumático de nuestra historia republicana; por evaluar a fondo las razones por las que perdimos la guerra; por interiorizar con espiritu de enmienda, el desempeño y las taras de nuestras élites gobernantes -que aun se reproducen. Y lo drámatico de la situación, es que a casi 150 años de ese hecho luctuoso y de cara a que a mediados del presente siglo, la historia puede repetirse, por la necesidad del agua, que sera el guano y el salitre ambicionado por nuestros vecinos del sur, para irrigar las deserticas tierras que nos arrebataron y que hoy forman parte del norte chileno; nuestras fuerzas armadas estan en una situación bastante precaria con relación a quienes hoy como ayer, tienen importantes inversiones en el país. No hay una decidida tarea de renovación de material de guerra por parte de nuestra clase politica, a pesar de ver como actualizan los chilenos sus elementos militares. No son hoy nuestras envejecidas armas un elemento de disuación frente a cualquier agresión externa.



Al integrar a mi biblioteca, un libro sobre la Guerra del Pacifico, el Diario de Edwin John Penton a Bordo de la Fragata Blindada Cochrane - 1878/1882, publicado por la  Corporación del Patrimonio Marítimo de Chile en el 2017, no dude en compartirlo con mis lectores, con la misma ilusión de un niño con su juguete nuevo, a pesar de andar con las limitaciones de tiempo para escribir, que son parte de las preocupaciones y los apremios propios de mi oficio de abogado. Y lo hago en la medida que este texto, aporta datos de un testigo  de excepción, de una fuente chilena de primera mano sobre el Combate de Angamos, que se complementa con los partes oficiales del Capitan de Fragata Melitón Carbajal, del Teniente Primero Pedro Garezón y del  Primer Ingeniero del Huascar, el norteamericano Samuel Mac Mahon, que murio indigente y alcoholico, en el manicomio del Cercado de Lima en 1894, lugar donde había sido internado por su esposa cuatro años antes.

Edwin John Penton, Oficial de Mar de Primera Clase de la Marina de Chile, nacio en Southampton, Inglaterra en 1834 y murio de cáncer en la misma ciudad en 1888, especializandose en Construcción e Inspección Naval, en 1875 fue contratado por el gobierno chileno como Inspector Técnico de Obras para representar su intereses durante la construcción de los dos acorazados que habían mandado  construir  los sureños en 1872; su diario, tiene vital importancia no solo por  estar a bordo del Cochrane, sino porque fue uno de los primeros en abordar el Huascar despues de terminado el combate y tambien al conducirlo a Valparaiso, donde estuvo trabajando con los carpinteros durante la travesia  taponeando los agujeros de la coraza del monitor para que llegara a puerto. Undato que no consigna Penton, tal vez por considerarlo intrascendente, pero que si consigna en sus memorias el capeññan del  Cochrane, es que en la sala de maquinas encontraron una oveja que era parte de la dieta de la tribulación del monitor.

Sobre el combate, Pelton indica que casi todos los tiros del Cochrane daban en el blanco y causaban gran detrucción. Que el segundo tiro dío en la Torre de mando y mato al Comandante Grau. Los tiros del blindado dice el marino inglés, eran muy precisos y causaban grandes daños. Que el pabellon del Huascar  se vino abajo hasta por dos veces y fue izado nuevamente. El combate duro hasta las 10.55 AM añade Penton en sus memorias. Los estropicios en el blindado chileno producto de  las granadas del Huascar fueron pocos, a punto tal que solo dos hombres fallecieron. En el Huascar las bajas fueron 64.

El Cochrane  disparo sobre el Huascar 45 granadas Palliser de 9", 12 de 20 libras, 12 de 7 libras, 4 dobles de 7 libras, 12 Shrapnell de 7 libras, 560capsulas de ametralladora y mil de rifle. Cuando llego el Blanco Encalada  ya la batalla estaba casi terminada y solo atino éste a disparar algunas granadas más. El comandante del blindado chileno, en su Parte de Combate indica que las granadas del Huascar a pesar de su buena dirección, casi siempre pasaban altas  y que solo cinco de esos proyectiles  le impactaron sin mayores daños. Que el fuego de la ametralladora de la cofa del Huascar es el que causo mayores problemas pues corto las maniobras a babor del blindado chileno.

El Diario de Penton relata que tras abordar el Monitor Huascar, lo primero que encontraron, fueron montones de escombros, astillas de madera, esquirlas, granadas rotas y numerosos artículos entremezclados con cuerpos de los muertos, con gente moribunda y con heridos. Unos  estaban decapitados, otros sin brazos, otros sin piernas, mientras habia cadáveres que solo tenian el tronco. Había marineros con sus ropas quemadas. Bajo cubierta escribe Pelton, los cadaveres yacian en montones uno sobre otro en medio de escombros, en un espectaculo que califica de dantesco. 

En la popa del buque anota, debajo de la cámara del Comandante, yacían siete hombres en una pila -habian sido muertos por una granada explosiva que había entrado por la popa del buque- estos hombres fueron alcanzados mientras servían la rueda del tímon del buque. La otra rueda de gobierno del buque había sido  alcanzada dos veces por los disparos del Cochrane. Del Palo Mayor  colgaba un marino que había sido muerto mientras servia la ametralladora ubicada en el Carajo del monitor.

Sobre los restos de Grau, Pelton dice que nada se encontro, que se presume que la pierna que se encontro era suya, pero que no se puede asegurar ello, pues la granada que traspaso  la torre de mando, lo quemo, lo pulverizo  o lo expulso por la borda. El marino ingles escribe que jamás vio  una escena de muerte como la que le toco vivir y que espera no tener  que presenciarla nuevamente. 


En su Parte Oficial, Meliton Carbajal anota que al quedar inutilizados los cañones, roto el timón, diezmada la tripulación y sin posibilidad de resistir, se abrieron las valvulas para hundir el buque y que cuando los chilenos abordaron el Huascar fue imposible resistirlos y se frustro la sumersión a pesar de tener cuatro pies de agua. Mac Mahon señala que cuando recibio la orden del Alferez de Fragata Ricardo Herrera (*)  de abrir las valvulas y echar el buque a pique, no tuvo tiempo suficiente entre sacar a los heridos, parar el barco y sacar los condensadores y al abordaje de los chilenos, fue amenazado de muerte y se le indico que como los ingenieros chilenos del Vapor Rímac cuando fue capturado, entregaron la maquina, él estaba obligado a hacer lo mismo. Por último, Pedro Garezon al escribir su parte oficial, indica que hizo notar al Teniente 1° del Cochrane, Sr Toro, que la driza de la cadena que sostenia el pico donde se izo la bandera se rompio, que el pabellon se encontraba en la cubierta y que el Huascar nunca se rindio.

(*) RICARDO HERRERA DE LA LAMA: Era el oficial más jóven a bordo del glorioso monitor, poco se ha escrito de él en la historiografia peruana. Herrera nacio en Lima en 1850, presto servicios en la Independencia y al encallar esta paso al Huascar .Fallecio en 1887 sin dejar desendencia y sus restos no reposan en la Cripta de los Héroes. Una Corbeta Misilera, tipo Lupo de las adquiridas a Italia en los años 90s y que ya esta al final de su vida útil lleva su nombre. Ambos buques, el Huascar y el Cochrane fueron dados de baja por la Armada de Chile en 1933.

 

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