José María Arguedas, nació en Andahuaylas, un día después del día de Lima, un 19 de enero del año de 1911. Andahuaylas es un bello y fértil valle de la Región Apurímac -me cuesta usar la palabra "región". Independientemente de la costumbre de usar el término departamento, tal vez porque la regionalización nunca ha funcionado realmente. Porque en un país sin cuadros políticos es absurdo que solo un nacido en la región o un persona que viva en el lugar más de dos años, pueda ser Presidente Regional- anduve por allí en 1987, eran épocas del terrorismo y yo me fui a trabajar para el Gobierno Regional del Cusco regresando de una temporada en México. Tierra de bellas mujeres, de un licor de miel de abeja poco conocido el Lima, que se produce en Talavera como el "Hidro Miel" y de los deliciosos "taparacos" , que es un pan secado al sol. Poca gente conoce de la rivalidad entre andahuaylinos y abanquinos. Los andahuaylinos sienten que ellos son el pulmón económico de la región y que las autoridades, mayoritariamente abanquinas, terminan favoreciendo a la capital, en desmedro del valle que es el que provee casi todo los productos a la región. Por eso en tiempos en los que se hablaba de regionalización, los andahuaylinos querían ser parte de la Región Ayacucho. Algo parecido a lo que sucede entre paceños y cruceños en Bolivia.
Apurímac era en ese entonces bastante pobre -mejor dicho bastante más pobre que hoy- no había carretera asfaltada entre Cusco y Abancay, el Puente Cunyac había que cuidarlo para que los terroristas no lo dinamitaran y uno tenía que viajar bien "enchalequeado" para prevenir cualquier atentado terrorista cuando viajábamos entre Apurimac y Cusco. No había ni siquiera una óptica, ni Hospital del Seguro en Abancay y la gente tenía que irse a atender a Cusco si se trataba de operarse. Regrese años atrás por razones de trabajo y Andahuaylas había cambiado mucho. Encontré una ciudad propiamente dicha, un elan constructor y bastantes ciudadanos colombianos por sus calles. Las "industrias" asentadas en el VRAE son indudablemente las responsables de ese cambio que creo debió obedecer a la gestión de los gobiernos regionales o del gobierno central y no a la "actividad privada".
En esa primorosa ciudad de los andes peruanos nació Arguedas, que fue antropólogo y sanmarquino además de escritor. Que es una de las figuras emblemáticas de la literatura indigenista peruana; y porque no de la literatura latinoamericana. Un hombre que conoció de cerca la marginación y la explotación del indio con el que convivió por el abuso y la marginación de la mujer de su padre y la violencia física y psicológica del hijo de ésta, que hasta lo obligo a presenciar la violación que hacia de mujeres del pueblo. Una dolorosa experiencia que lo llevo a estar de niño en diferentes ciudades como Puquio, Huancayo e Ica; a perder hasta dos dedos en trabajos del campo. A retratar magistralmente, desde su condición de antropólogo y de escritor, el mundo andino y la psicología del indígena. Una experiencia que marco su vida, que fue la causante de su depresión. De ese mundo interior complicado, al que lo seducía la idea de la muerte que finalmente lo llevo al suicidio.
Yo me interese realmente por la obra de Arguedas, tras conocer a Máximo Damian, vecino mío en Maranga -y a quien el Municipio de San Miguel debería reconocer, no solo por su cercanía a Arguedas, sino por pasear su talento y el nombre del Perú, por escenarios del mundo, siendo también amigo de César Calvo- Don Máximo Damian ya fallecido, era llamado "El Violín de Ishua" fue no solo protegido de Arguedas; uno de los mejores violinistas del mundo andino, sino recipiendario de su última voluntad pues le pidió que tocara en su entierro. Don Máximo. era al margen de su talento, un hombre silencioso, impenetrable, que soltaba de a poquitos ese Arguedas que conoció. Era el arquetipo del hombre andino que retrataba Arguedas en sus libros y que probablemente habitaba en el mundo interior del escritor. En ese mundo interior marcado por el abuso, la discriminación y la angustia por el desprecio, que ilumino dolorosamente su pluma. Creo para terminar este pequeño homenaje a nuestro escritor, que lo que más define la obra de Arguedas, es el comentario general de sus lectores, sobre como cambia la percepción y la visión del mundo andino después de leer su obra y sobre todo "Los Ríos Profundos".
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