sábado, 16 de junio de 2018

N° 476 - PERU EN EL MUNDIAL

EN BUSCA DE LA FELICIDAD:


                                                    Este sentimiento que vivimos los peruanos, de unidad, de amor al Perú, de ilusión y de un deseo muy grande -que yo diría es un convencimiento- de que hoy se va a lograr una victoria, no lo he visto antes en mi vida alrededor del fútbol  y menos aun, proyectado al mundo gracias al desarrollo de los medios de comunicación; creo que  tiene varias lecturas. La primera, es que lo que estamos viviendo, no  tiene que ver forzosamente con  los treintaiseis años fuera de un  mundial. Tiene a mi entender, una estrecha relación con la necesidad de liberar la frustración de una nación generalmente conflictuada, jodida, sin un horizonte claro; una nación poco acostumbrada al sabor de la victoria, a confiar o a aferrarse a algo o a alguien; a ilusionarse en un  país que no tiene un concepto definido de nación, ni líderes, ni una clase política con visión de futuro.

                                                       Escribo estas líneas a poco de comenzar el partido, con un equipo que esta tocando y poniendo la pelota al piso. Y en ese escenario de diversas pulgadas, en el que desde Lima acompañamos a los miles de peruanos que están en el estadio y  por las calles de Rusia en el aliento a esos once muchachos con los que queremos decirle al mundo: "Aquí estamos hoy".  Un hoy  que nos convenza que hay que construir el futuro. Que no es solamente nuestra historia, nuestro pasado, nuestra geografía, nuestra gastronomía o el calor de nuestra gente lo que nos define. 

                                                        Este sentimiento de unidad, de fe  y de compromiso con el Perú, nos debe convencer que podemos hacer las cosas bien, si hay voluntad de hacerlo; si no priorizamos intereses personales, si somos "un equipo" o mejor dicho una nación. Podemos saborear las mieles de la victoria, disfrutar y ser felices con mayor frecuencia si tenemos conciencia del valor de lo colectivo, que es el ejemplo de quienes nos representan en una cancha de fútbol. Hay que buscar objetivos no solo nacionales sino razonables. No podemos por ejemplo "Cerrar el Congrezoo" pero si ir a una "Renovación por tercios" que es algo más factible. Que los dioses nos sean propicios. .


viernes, 8 de junio de 2018

N° 475 - ARICA

7 DE JUNIO DE 1880:



Arica es una batalla que tiene para los chilenos,  el mundano sabor de la victoria y nada más, aunque  sus historiadores o connacionales lo nieguen y quieran pintar de heroísmo y de gloria, los laureles de la victoria. Ante la superioridad numérica y de poder de fuego de los sureños, ante su dominio del mar, la victoria era más que previsible; era total y absolutamente segura. Que haya habido actos o acciones individuales, de arrojo, de valor o de valentía es otra cosa. Hay victorias y "victorias" en la vida y en la guerra.

Que los chilenos llegaran a la cumbre del morro que tomaran el "Cerro Gordo", que izaran su bandera en el Fuerte Ciudadela, que escalaran todo ese trayecto desde la parte baja del morro en pelotón o en guerrilla y a bayoneta calada, era cuestión de tiempo. El mismo tiempo que transcurrió entre la llegada del Oficial del Batallón Iquique, Sargento Mayor Juan de la Cruz Salvo,  al Cuartel General peruano -ubicado en las faldas del morro- pidiendo  la rendición de la plaza; y  el tiempo que se consumió en la madrugada del 07 de Junio, cuando en medio de la neblina y de la pasividad de las defensas peruanas se rompieron los fuegos y comenzó la batalla.

Arica es una de esas  dolorosas derrotas, en la que se puede graficar una vez más, la mediocridad, la  pusilanimidad y la proclividad  por el interés personal o de grupo de nuestra clase dirigente. El "apure Leiva apure" que se repite dramáticamente de diferentes maneras y en diferentes momentos de nuestra historia  republicana. Una indiferencia que mata, que representa nuestro subdesarrollo, nuestra falta de institucionalidad, de concepto de nación; y que hoy tiene la frívola  imagen de un televisor, de un frigo bar o de corruptelas de quienes debiendo respetar la ley, la violan, la incumplen o la interpretan antojadizamente en función de su propio interés.

La mañana que De la Cruz Salvo pidió la rendición de la plaza, catorce hombres acompañaron a Bolognesi en su compromiso con el país y en su camino al calvario. Allí estan Bolognesi, Alfonso Ugarte, Joaquín Inclan,  Justo Arias y Araguez, Guillermo Moore, Ramón Zavala, Manuel de la Torre, Roque Saenz Peña, Francisco Cornejo, Benigno Cornejo, Mariano Bustamante, José Santos Lagomarcino, Francisco Chocano, Juan Pablo Ayllon y Mariano Bustamante. 

Y frente a la memoria de estos oficiales que con un puñado de peruanos -que no eran en su mayoría soldados regulares sino civiles enlistados-  ofrendaron sus vidas por la patria; cabe preguntarnos cuantos jóvenes hoy en día los pueden identificar o son conscientes de su sacrificio. En un mundo que ha perdido el sentido épico de la vida por el pragmatismo y la comodidad, hoy hay otros iconos que se yerguen como valores sociales y por eso un Marco Aurelio Denegri se muere solo, sin dinero y abandonado en el hospital y contariamente a lo que él representa, las "Petas" y la "habilidad de las patas", el dinero y el poder por el poder, son el ideal de éxito en la vida y concentran el interés nacional.

En esta historia de amor al Perú que se escribió con sangre en Arica. Que es una historia que se pierde en ceremonias oficiales, cuando debería hacerse piel entre los peruanos y sobre todo, entre los peruanos más jóvenes; hay diversas historias personales que le dan el sentido épico al sacrificio, sabiendo que la suerte esta echada y que el presente era la muerte. 



Las palabras de Francisco Bolognesi en la casa de la respuesta, el desprendimiento de un Alfonso Ugarte -que no necesita pintarse con una bandera entre las manos, porque no es un dato real- pero que es un amor que se gráfica en su decisión de quedarse en el Perú, de luchar hasta morir y de armar un ejercito con su propio peculio es revelador. Allí esta la historia del viejo Arias Araguez que conminado a la rendición, con sable en mano, grita ¡No me rindo Carajo! ¡Viva el Perú!, para caer fulminado ante la metralla enemiga. Una historia a la que se suma la del adolescente Alfredo Maldonado volando la santabarbara del Fuerte Ciudadela.

Negar en el contexto histórico anterior, la masacre de rendidos en la Iglesia Matriz de Arica o por las calles de la ciudad, negar el salvajismo con el  la que "las tropas victoriosas" se llenaron de sangre después de que los defensores de Arica habían sido derrotados, es posible gracias a que cada quien escribe su "historia oficial" y ensalza a sus caídos. Pero frente a la historia oficial esta la verdad histórica, el análisis frió, descarnado y desapasionado, con el que se debe aprender del error o de la desgracia. Algo que al parecer no hemos aprendido los peruanos a asimilar todavía y por eso hace décadas se habla de reponer los viejos tanques rusos y no se decide ninguna compra. Por eso hemos perdido nuestro predominio submarino en el Pacífico por la misma indefinición y en medio de una fuerza aérea inoperativa, que no va a tener capacidad de reacción, cuando suenen los tambores de guerra, por un agua que sera el guano y el salitre del Siglo XXI.

ARICA, es una historia de amor a la patria, que no se si volverá a repetir en un país en el que ya no se hace servicio militar; donde la gente ya no se cuan dispuesta  este a morir por la patria, porque los que la defienden, los que van a la guerra, son los pobres, los misios, los desposeídos, los "cholos"; en un país donde la educación y la historia no tienen un papel relevante y donde no hay conciencia del valor de lo colectivo. 

Y en medio de todo esto, allí esta el solitario esfuerzo de Carlos Oganes y su película "Gloria del Pacífico". Un talentoso productor cinematográfico al que el Estado le da la espalda ante su insistencia de seguir retratando la Guerra del Pacífico. Y allí esta finalmente un Congreso de la República que para recrear la ignorancia de los que la componen, decora el Salón Bolognesi con una falsa fotografía de la respuesta de Bolognesi, una fotografía que es propia de un montaje teatral de principios del Siglo XX, con errores de vestimenta que terminan siendo una ofenda a la gesta del Morro. 

(*) Lea en este Blog: "LA FOTO FALSA DE BOLOGNESI".....en el Congrezoo de la República. Buscarlo en etiquetas como "Guerra Con Chile".

sábado, 2 de junio de 2018

N° 474 - "DESIGNIOS DE LA VIDA"

¿EL PERÚ DE HOY, DE AYER Y DE SIEMPRE?



                                      La infeliz frase del Presidente Vizcarra, me hizo volver a tomar ese imaginario lápiz, con el que gráfico la percepción -"mi percepción"- del mundo que me rodea; escudriñar en estos dos meses pasados, las cosas que se quedaron en el tintero, porque el abogado que hay en mí, tiene trabajo y como mantiene al escritor que también habita  en mi, a veces no hay tiempo para dejar salir a éste último, quedándose las palabras y las imágenes en la memoria. Y no niego que sea frustrante, no poder poner en una nube lo que se piensa, lo que se ve y lo que se siente, como lo hacia antes con la "Lulú", esa vieja HALDA de 1957, en la que escribí mis primeros poemas, una "Lulú" que me acompaño hasta su jubilación y que hoy  se muestra orgullosa, coqueta como lo fue siempre y bien arregladita en la sala de  mi casa, recordando que en la Pensión de Alvaro Obregon en Ciudad de México, los muchachos la saludaban y hasta la acariciaban al entrar a la habitación. La "Lulú" es parte de ese deseo de libertad y de comunicación constante que  marco mi juventud y que  me va a acompañar hasta el fin de mis días.

                                          Creo en principio, que la muerte de  Eyvi Agreda, dolorosa, lamentable, triste, va  a servir solo para poner el dedo en llaga. Y digo esto porque para mi va a terminar siendo una muerte más, una llamada de atención  y un referente, en un país, que no se si, por desgracia o "designio de la vida" para usar las palabras de Vizcarra, tiene la  clase política que tiene, los políticos y los gobernantes que tiene. Un país donde algo cambia para que todo siga igual. Donde el feminicidio y la violencia contra la mujer tienen un componente machista pero también cultural y de falta de políticas públicas preventivas.

                                                Hace un par de días, me comunicaban por ejemplo, que en un condominio en San Miguel,  habia una pareja, donde el esposo agrede permanentemente a la esposa y frente a ello, no queda otra cosa que pedir el apoyo de la Comisaría; pero cuando va el administrador a poner la denuncia y a solicitar una ocurrencia, un policía muy suelto de huesos le dice que "esa no es su función". Y queda claro una vez más, que  la indolencia, la indiferencia y la falta de criterio, se imponen a la ola de feminicidios y agresiones de mujeres en el día a día. Solo después de que se les amenazara con Inspectoria o con la denuncia a la prensa hacen su trabajo.

                                                           Y al Presidente de la República, a los líderes políticos, a los congresistas no se les ocurre tras la muerte de la Srta. Agreda, otra cosa que frases de cliche, retorica hueca, efectismo y demagogia. No hay una reacción programática inmediata, ideas, imaginación o propuestas de partidos que quieren ser gobierno o que gobiernan o que dicen que buscan satisfacer las necesidades populares; como puede ser un programa de prevención psicológica masiva y la partida correspondiente; campañas contra el machismo con la colaboración de la sociedad civil y de los medios de comunicación; modificación de leyes o la bendita especialización de la policía para que tengan la sensibilidad de atender estos casos y no  respondan como el "tombo ignoranton" que   frente a una denuncia por agresión le espeta a la mujer agredida "le habrás sacado la vuelta"....u otras humillantes frases -que son para no creer-  pero de las que puedo dar fe en ya mi algo dilatado ejercicio de la profesión.

                                                     Y si no hay plata, allá esta esa frase que  me seduce y que escribieron los jóvenes en París en 1968 "la imaginación al poder".  Siempre hay formas de movilizar a la sociedad, de lograr objetivos. Allí están las Municipalidades, la Iglesia, los colegios profesionales, la sociedad civil. Entre la frase efectista y el hacer algo, ese "hacer algo" siempre va a salir siendo mas productivo.
                                                  
                                                     El problema es que este es un país donde las masas encuentran ese héroe, ese líder o ese "Inca" que buscan -ante la falta de políticos visionarios o de solera que muestren o generen ilusión en la tierra prometida y para tomar la frase del desaparecido Alberto Flores Galindo- en un futbolista. Y Paolo Guerrero, tras su "muerte y su resurrección"  encarna al Perú de Grau, de Bolognesi o de Quiñones y el álbum PANINI es la biblia que se trasmite y se intercambia masivamente por calles y plazas. Y Doña Peta es el ejemplo de la heroica y abnegada madre peruana y el Presidente de la Federación Peruana de Fútbol, es igualmente otro baluarte en el país que está en el Mundial de Rusia, que ya merece hasta que le retiren la acusación fiscal por homicidio calificado.

                                                          Este es el Perú donde los padres de la patria no pueden pagar con su peculio un cuchillo. Y si no pueden comprar con su plata un cuchillo, como se van a poder comprar un Televisor o un Frigo Bar. Su "vocación de servicio" es tan grande que ante la no reelección buscan formas imaginativas para seguir trabajando por el pueblo y postulan en tras circunscripciones o van ahora como Tenientes Alcaldes o como el caso del Alcalde de Breña, Angel Wu, que pone a candidatear a su ex-esposa y a su actual esposa, para asegurar que su "obra continué".

                                                   Al final es un problema de educación, de cultura; de cultura cívica y política, que me obliga a referirme al lamentable fallecimiento de Chachi Sansiviero, la dueña de la librería "El Virrey" , que me hizo recordar a ese ilustre librero peruano que fue Don Juan Mejía Baca, cuya amistad cultive y a quien solía visitar en su Librería-Editorial del Jr. Azangaro, hoy convertida en una especie de librería, venta de souvenirs y no se que chucherías más, cuyos actuales propietarios no tienen ni idea de lo que valen los libros. Una edición de segunda de TESTIMONIO PERSONAL de Luis Alberto Sánchez, la venden a S/. 450.00 cuando es una colección que en el mercado máximo podría estar en S/. 100.00.

                                                     Doña Chachi Sansiviero junto con su también fallecido esposo, el uruguayo  Don Eduardo Sansiviero hicieron de "El Virrey" uno de los espacios emblemáticos de la cultura y del libro en el Perú. Un dato anecdotico, es que otro de los grandes o importantes promotores de la cultura y las letras peruanas fue  el salvadoreño, Don Carlos Milla Batres, fallecido en el 2004 en Lima y dueño de la Editorial Milla Batres, quien vino como estudiante al Perú, regreso como diplomático y se quedo a vivir en el país. A propósito de Libros y librerías, creo que no hay un reporte estadístico de cuantas librerías tenemos por habitante en Lima y en las diversas regiones del Perú. Creo que ese dato no interesa en un país como éste -hablo de librerías en el verdadero sentido de la palabra- porque en provincias hay mayoritariamente  librerías de libros viejos o de ediciones artesanales o piratas, que no son espacios propios para la lectura o el disfrute del papel impreso y de todo el encanto que representa lo que se mueve alrededor del papel mojado en tinta.

                                                            Hoy que estamos en época electoral, después de escuchar a varios candidatos, me pregunto si habrán cogido últimamente algún libro para documentarse o para capacitarse. Por lo general los políticos criollos son "iluminados improvisados", les encanta la generalidad, el punto común, la demagogia barata. Sus ocurrencias las convierten en "tecnicismos programáticos", repiten el sonsonete de que "hay que ensuciarse los pies", cuando la política debe hacerse con el cerebro, con el conocimiento, con ideas. Y en una coyuntura en la que hay un descontento general con la clase política por estar de espaldas al pueblo, por su alto grado de corrupción, de falta de sensibilidad y de criterio, Vizcarra le llama a la incapacidad del Estado para solucionar un problema social que va en espiral y que se escapa del control social como un "designio de  la vida". El mismo designio de la vida que hizo que Doña Peta lo cuadrara a Oviedo  y a Vizcarra, para que buscaran la solución final. El mismo "designio de la vida" que nos hace padecer a nuestra insufrible clase política.

                                                             Creo que hablar de "la vida"  resulta muy general, hay historias personales como la de  esta joven lamentablemente fallecida hoy. Yo quise tocar su triste historia y termine recalando en "mi vida", en mis recuerdos. En ese compartir los días y las horas, junto a  una "Lulu" que golpeaba con un cigarro entre los dedos, en medio de la eufonía de la noche para anudar palabras. Una "Lulu" que con su lazo sobre la tapa siempre daba que hablar.