sábado, 24 de marzo de 2018

N° 473 - CAMBIO DE GUARDIA

MARTÍN VIZCARRA PRESIDENTE:





Julio Ramón Ribeyro escribió en 1976 "Cambio de Guardia" una sabrosa novela que cuenta como el azahar del destino termina definiendo el gobierno de una nación; una novela que cuenta como una sociedad conformista, intolerante e ignorante, se termina articulando alrededor de caricaturescas variables en las entrelineas del poder y en la perspectiva de los golpes de estado que sufría permanentemente América Latina en los años setentas. Esta es una historia que de alguna manera calza con la historia reciente y que nos genera una primera reflexión tras la renuncia de PPK y la asunción de Martín Vizcarra a la Presidencia de la República: El azahar del destino que toca a alguien con su signo protector y lo hace Presidente de la República.

                                                      La vida es el hombre y su circunstancia; y en medio de un gobierno frívolo, arrogante, intrascendente, poco inteligente  y marcado por las corruptelas del poder que nos desbordan, Vizcarra era un predestinado y fue tocado hasta en el día de su cumpleaños, por el cargo  que varios ambicionan y por el que proponen con sobria demagogia e histrionismo un país de ensueño en  el que la ignorancia o la ingenuidad  terminan creyendo.

                                                  Es necesario precisar que quienes ejercieron el poder hasta el pasado viernes, no solo subestimaron a los Mamanis, sino que se sintieron  blindados por la impunidad, por la vanidad del poder; y se fueron de boca y de gestos frente a la maniobra que pretendieron urdir comprando votos para frustrar la vacancia, en un ambiente de confrontación y de caza de brujas. Lo risible es que el imaginario popular que ayer  criticaba a PPK, hoy -como antes a los Humala- lo victimiza por la intervención o el allanamiento fiscal a sus casas; convirtiendo en "persecución política" algo que es legal, procesalmente válido y oportuno.

                                                Creo que Vizcarra no se imagino estar sentado en Palacio de Gobierno cuando le acepto a PPK ser su Primer Vicepresidente. Creo que Vizcarra que llego como "telonero de la política" puede adicionalmente a lo anterior, terminar facturando una buena gestión, a pesar de no ser un personaje conocido, de sembrar dudas sobre su liderazgo e idoneidad, de no tener un partido político y por tener una "bancada  mazamorra" que no se sabe como va a actuar en medio de determinadas coyunturas. Lo anterior porque no siendo un hombre que pertenezca o que este identificado con los círculos del poder, con los intereses que controlan el mercado -y que por tanto controlan el gobierno- su identificación con los intereses populares tiene supuestamente un mayor compromiso político-social. La posibilidad de materializar una buena gestión -que claro está- se supedita a que no se deje manejar por la clase política, ni rodear por los grupos de poder.  

                                                 El problema es que a pesar de que a todos los actores políticos les conviene que a Vizcarra le vaya bien -más allá de la ilusión y de la buena fe de creer en los seres humanos- no hay partidos políticos, no hay líderes de solera, ni cuadros técnicos, ni políticos con convocatoria, experiencia, credibilidad y talento como para generar consensos, que son difíciles de conseguir porque todos miran ya al 2021. El problema es que esta es una sociedad donde no se respeta la ley, una sociedad sin ciudadanía, sin costumbres que forjen una ejecutoria social, sin moral ni ética pública y privada que se haga carne con  el tejido social como sucede en la sociedad europea o norteamericana.

                                                          En el drama del Perú contemporáneo no hay otra salida que grandeza y verdadera voluntad política de los grupos de poder y de la clase política por  una revolución moral, cultural y educativa que forme ciudadanía y ciudadanos, que destierre el clientelismo y la ignorancia en las masas. Sin esos instrumentos una sociedad termina navegando a bandazos como la nuestra, termina sojuzgada y gobernada por la mediocridad, la improvisación y  la rapiña de la política. Basta escuchar a algunos candidatos o pre-candidatos para las próximas elecciones Municipales y Regionales para darse cuenta el nivel de la política criolla marcada por buenas intenciones, por las "ocurrencias" de los candidatos, que tiene el valor de "Plan de Gobierno" aunque no tengan sustento técnico ni estudio de factibilidad, porque de lo que se trata es de la búsqueda del poder por el poder.

                                                          Martín Vizcarra comienza a escribir su propia historia y un nuevo capítulo de la historia del Perú. Esa historia puede ser la de siempre, es decir la de "que algo cambie para que todo siga igual" o la de un verdadero cambio en la mentalidad y en las formas de relacionarse entre gobernantes y gobernados que en 197 años de vida republicana ha sido una tarea pendiente por la falta estabilidad y la necesidad de reconciliación de una sociedad marcada por el enfrentamiento y la división entre los peruanos.                                                     


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