Jorge Simoes Barata el "amigo de todos" los miembros de nuestra pendejerete clase política; el ex Superintendente de la Constructora ODEBRETCHT en el Perú, hablo y aunque no creo que haya declarado todo lo que sabe; reconoció haber aportado cerca de nueve millones de dolares entre el 2006 y el 2014, para las campañas de los partidos políticos -y por ende de los líderes políticos- más importantes y con mayores posibilidades electorales del país.
La información, la declaración o "la echada" no ha movido el menor músculo de los rostros de los involucrados actores de la escena política nacional, que con su "cara de palo" han negado cualquier aporte o han ignorado con el mayor cinismo su conocimiento; lo que implica que van a estar a la defensiva y que van a unir esfuerzos para usar su poder en busca de impunidad, en un país donde no hay mucha conciencia ciudadana frente al poder o frente a una frágil e inexistente institucionalidad, donde lo que hay son caricaturas de partidos políticos que buscan el poder por el poder y terminan defendiendo intereses personales o de grupo antes que los grandes intereses nacionales.
En una declaración en portugués, Jorge Simoes Barata reconoció haber entregado recursos a Keiko Fujimori, Alan García y PPK, montos que sumados a los de la declaración anterior -con relación a Humala, Toledo y Susana Villarán- ponen en evidencia el nivel de la corrupción y de la penetración carioca en la clase política peruana y hasta en el empresariado pues también se entrego fondos a través de Ricardo Briceño, ex Presidente de CONFIEP.
Ahora si bien es cierto que desde el punto de vista estrictamente legal, la sola declaración no basta. Barata debe ofrecer otro tipo de pruebas que le den soporte a una testimonial a la que sin duda se va a sumar, el hecho de que la ONPE encontró gastos no justificados en los diversos partidos políticos. Que Barata mienta por mentir, que le tenga, cólera o inquina u odio a los políticos involucrados es un absurdo. Barata vino a hacer negocios, a construir, a ganar dinero a como de lugar, por la buena o por la mala en un país donde los políticos están acostumbrados a pasar el sombrero en las campañas políticas, porque son incapaces de generar recursos propios pues "sus técnicos" solo pueden generar recursos, riqueza o dinero siendo funcionarios públicos y no como militantes del partido, a través de empresas partidarias.
Si los principales líderes políticos han ignorado olímpicamente el soborno y han tirado la pelota a los subalternos nombrados por Barata; la pregunta que se cae de madura en éste contexto es, cual de ellos se va a inmolar como lo hiciera Agustín Mantilla Campos con su silencio y por su partido. La respuesta para mi es fácil; no hay gente con esa capacidad de sacrificio.....por allí podría Luis Alva Castro ser uno de ellos, por su identificación y lealtad partidaria y lo dejo allí.
Y si uno escucha o lee las declaraciones de los principales lideres políticos y ve sus actos políticos y la realidad al interior de sus partidos, queda claro que más allá de la demagogia, del cinismo y de la retorica efectista, no hay la menor voluntad de reconocer errores con verdadero espíritu de contrición y materializar un verdadero cambio para adecentar la política.
En un país sin cultura política, sin ciudadanía, sin un concepto del valor de lo colectivo y sin masas educadas, lo que va a haber de cara a un proceso electoral municipal y regional, es apostar porque estamos frente a una "falta administrativa y no frente a un delito"; a palear el impacto negativo de esta corruptela institucionalizada de nuestra clase política -a la que lo que más le interesa es el poder por el poder- apostando por el juego de la democracia; esto es engañando al ciudadano con el "dulce" de la elección, para que sigan creyendo las masas ignorantes, que eligiendo gobierna el pueblo y no el mercado o los grandes intereses económicos que tienen sus operarios a sueldo en el Congreso de la República.
Creo con pena que el 2021 vamos a tener los mismos actores y a otros conocidos picaros y demagogos en busca del poder, que hoy quieren aparecer como virginales. En ese escenario, lo previsible es terminar pasando de la sarten a las brasas. Que Antaurito Humala bajo el lema "los fusilo a todos" llegue a la Presidencia o a tener mayoría en el Congreso. Este es un país donde los Vitochos son los "Grandes Señores de la Política". Un país donde efectivamente algo cambia para que todo siga igual.
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