La historia de mi familia paterna esta ligada al Callao. Mi abuelo llegó de México a trabajar al Ferrocarril y le dieron una casa en la estación del ferrocarril de la Calle Manco Capac, que entonces quedaba frente al muelle; llego con cuatro hijos chicos -entre ellos mi padre- huyendo de la revolución. Yo llegue a conocer esa casa; tenía un tanque de agua elevado. Eran los tiempos del primer gobierno de Leguía, de la crisis que desembocó en la imposición de la candidatura leguiista de Antero Aspillaga, que gana "Pan Grande" Guillermo Billingurst que fue el último Alcalde de Lima que llego a ser Presidente. Billingurst gano en dos oportunidades. La primera elección con el voto popular, fue anulada a solicitud del mismo Billingurst tras su victoria en las urnas, en un proceso lleno de irregularidades y la segunda -tras la anulación- fue elegido por el Congreso. Tiempos de crisis, de una oposición férrea de los leguiistas y de lo que quedaba del Partido Civilista, que desembocó en el golpe del General Oscar R. Benavides dos años después.
Mi familia paterna se quedó en el Callao. Mi padre -que había estudiado en el Colegio Sabogal y que tuvo como compañero a Daniel Carpio "Carpayo" que cruzó cuatro veces el estrecho de Gilbrartar y que murió de 99 años en el 2009- salió del puerto para casarse con mi madre y afincarse en Pueblo Libre, pero siempre regresaba -y yo iba con él- para visitar a sus hermanos o para recoger los pasos de su infancia y de su adolescencia, contándome graciosas anécdotas de su vida porteña, como aquella de que se amaneció toda una noche esperando que florezca una planta que le dijeron que daba flor a las 12 de la noche, que era cuando el diablo la recogía o cuando con mi Tío Alberto se zambullían en el mar para recoger lo que se caía de los barcos cuando los estibaban o cuando pescaban pulpos en las peñas, poniendo el brazo para que se pegaran para luego darle vuelta y golpearle la cabeza. Debo confesar que mi padre fue honesto en reconocer que él era un fiasco en éste arte y que todos los créditos se los llevaba mi Tío Alberto.
En las historias que me contaba mi padre y que yo reproducía en imágenes en mi memoria, había desde historias de amor, como la de ese amigo que se terminó raptando a la hija del tendero japonés, que después lo buscaba para matarlo porque decía que "María no puede casarse con peruano" hasta el perro que salió de la cocina de un Chifa con la cola de un espécimen de su misma especie, generando una bronca descomunal y unos chinos medio muertos y entregados a la policía. De esas historias escuche varias, hasta una que tenía que ver con Mariano Prado Heudebert dueño del Banco Popular del Perú -cuya homosexualidad, se decía que originó la fama de galán de su hijo Marianito- la cosa es que supuestamente el banquero había mandado matar a un muchacho del barrio, que era su chofer y su amante al dejarlo éste. Años después al leer el libro de Denis Gilbert "La oligarquía peruana historia de tres familias: Los Aspillaga, los Prado y los Miroquesada". comprobé que ese rumor sobre la homosexualidad de Prado que me contó mi padre era cierto. Demás esta decir que ese es uno de los libros que me arrepiento haber dejado en México como el de "Convivir la Pareja en la Pobreza" de Maruja Barrig. Y digo esto porque como hijos perdidos los busco por cuanta librería de libros viejos hay en Lima y no los encuentro.
Cuando murió mi padre mi Tío Kiko ocupó su lugar como contador de historias de la familia. A mi enternecía verlo en mi casa sentado en el sofá leyendo el periódico y que pasara el día, pues me recordaba a mi padre. Hoy ese lugar lo ocupa la Tía Floria que con sus más de noventa años, goza de buena salud y me ha contado sabrosas historias familiares que me han terminado cautivando. En una de esas conversaciones mi Tío Kiko me conto que ellos conocieron a Don Gualberto Lizarraga, el fundador del Boys, en esas épocas el Callao no era tan grande y la gente se conocía me dijo.
Don Gualberto fundó con otros muchachos el Sport Boys en 1928 y yo me hice hincha del Boys de manera muy personal; sin influencias externas digo. A mi padre le gustaba el fútbol pero no era hincha de ningún equipo. Mi Tía Chana, la hermana de mi madre, era "basurera" hincha del Deportivo Municipal y yo tengo una foto donde con como ocho años estoy con un "Pin" del "Muni" regalado por la Chana. Por esas épocas vi al Tito Drago de sus últimos tiempos.....tambien vi a "Titín" y al "Diablo" sus hijos tiempo después, pero nada que ver a comparación del padre.
Yo me hice hincha del Boys en 1966, tenía diez años y ese equipo con Reynaldo Párraga en el arco -que después jugo en el Bolivar de La Paz- que tenía a Zozimo de Calanzaes -mundialista del 58 y de 1962 como entrenador/jugador - a Milera y al "Muerto" Gonzales en la defensa, conjuntamente con Popi Correa que se fue a jugar al Torreón de México, llegó a trabajar en PEMEX y murió en el 2008. Ese equipo que tenía en la volante a Don Romulo Ferreti, -a quien sigo en el facebook por sus interesantes notas del fútbol de ayer- alineaba a "Herrerita", Cossio y "Cachito" Ramírez, con Carlos Solís en la delantera. Si la memoria no me falla, ese equipo disputó la final con la "U" en partido extra y perdió; fue subcampeón disputando la Copa Libertadores con equipos bolivianos como el Wilstermann que hoy entrena Mosquera y el Alls Ready de La Paz. Allí comenzó mi amor por la rosada. Un amor que me llevo a seguirlo en segunda en el Telmo Carbajo con mi Compadre Jaime Aguayo Quiroz, cuando vivía Don Willy Barbadillo y Don Valeriano López y escucharlos pagaba la entrada.
Esas épocas de mi niñez eran fascinantes. Mi tío Antonio Ruiz, esposo de mi Tía Nilda hermana de mi papá, era dirigente del Boys y yo lo esperaba los domingos que llegaba con su esposa a mi casa, para que me trajera el cuaderno con las firmas autografiadas de los jugadores y me contara "las últimas" del equipo. Eso lo hizo especial en mi vida, aparte de que era una persona muy agradable, alegre y amena. En esas épocas era bien difícil encontrar en el Callao gente que fuera hincha de Universitario o de Alianza, algo que hoy se da por la crisis dirigencial en la que se ha vivido en los últimos años.
El Boys cumple 90 años y en el fútbol como en la política la ilusión es importante. Y hoy hay ilusión,una ilusión que hace que ese sentimiento de amor por la rosado florezca. Hay una buena gestión de Johan Vasquez como administrador; hay un buen equipo y la fe de volver a primera división. Yo que conocí las calles del Callao con mi recordado compadre Jaime Aguayo Quiroz, que vive en Estados Unidos y que hoy debe tomarse sus chelas en honor de la rosada, espero que este año el equipo sea campeón. Que el próximo año sea protagonista y que la gente del puerto sienta que no hay Callao sin Sport Boys, porque esta institución es parte de su historia y de su piel. Tanto como lo es Don "Aguita" Luna, historico aguatero del Boys con más de sesenta y seis años ligado al Club y que merecía un homenaje en éste aniversario. Hoy es fiesta en el Callao...hoy estamos de aniversario.¡Vamos Boys!.
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