domingo, 14 de mayo de 2017

N° 448 - LA MARICUCHA

UNA HISTORIA DE MAMÁ:

Creo que esta es una historia que vale la pena volver a contarla. Conocí a la Maricucha un 23 de Septiembre de 1956, en ese entonces ya tenía dos hijos bastante mayores.  Yo la recuerdo  haciendo las labores del hogar, cantando o escuchando sus radionovelas -mientras yo jugaba con boliche como canicas- la recuerdo tambien, hablando de  cuando era niña, de cuando Don Augusto B. Leguía visito el Museo Bolivariano de Pueblo Libre con el Presidente de Venezuela -descubrí que eso fue para el Centenario de la Independencia- o rememorando sus días y su vida en la mina. Cuando hablaba de la visita del Presidente de Venezuela y de que se sabía el himno llanero que me cantaba; recordaba yo la visita del hoy Emperador Hiroito -en ese entonces Príncipe heredero- y de como nos cuadramos en la puerta del museo con el Nano y con el Chulín -mis primos hermanos- para ver entrar el séquito imperial japones, que nos regalo yenes aunque el Chulín se rasgara los ojos en su delante y sin sonrojarse. 

A pesar de conocer sus historias de tanto oírlas  en diversas épocas de mi vida; yo solía escucharlas siempre, con la misma novedosa atención, con la que la Tía Rosa veía el "Manto Sagrado" o "Ben Hur" en cada Semana Santa  y con el mismo placer. En mi niñez siempre viví en Pueblo Libre en la calle Torre Tagle, a pocas cuadras de la casa de mi abuela materna y solía acompañarla para que vea a su madre o para compartir la fiesta que significaba ver nacer a los hijos de su hermanas menores.La Dona y creo que Graciana o Lourdes nacieron allí. Eran tiempos donde habían las parteras del barrio y no había tanto mercantilismo alrededor de un nacimiento.

Tengo hasta ahora, a pesar del tiempo transcurrido,  el sabor y el olor de solemnidad y de calor familiar de esa casa de los padres de la Maricucha frente a lo que fue el Cuartel del Batallón 2° de Artillería, cuando los días 2 de Mayo fecha de su festividad, había "Paseo de Antorchas" y los niños se peleaban porque el gran Perico León, que fue el Paolo Guerrero de los años setentas y que hizo su servicio militar en ese cuartel, les diera la antorcha que él llevaba. Eran tiempos en los que había verbena y Doña Jesús Vasquez y Romulo Varillas u otros grandes de la época, iban a cantar a un estrado que se levantaba frente al parque pegado al mercado. Esa casa de Torre Tagle, era una casa construida por mi abuelo a principios del siglo pasado, de cuya primorosa arquitectura republicana ya hoy no queda nada. Como va quedando muy poco de ese Pueblo Libre de mi niñez cuando la procesión del Santo Sepulcro en viernes santo era multitudinaria. 

La Maricucha fue feliz,  me consta. No solo lo percibí. Me lo dijo cuando murió su compañero por más de cincuenta años. Su esposo fue una persona que  marco mi vida. Solía conversar con él en su dormitorio, con las luces apagadas, metiendo mi cabeza en su costado. Yo preguntaba y esa agora respondía. Aunque como pareja se llevaban bien, debo de reconocer en honor a la verdad, de que como familia resultaron bastante aburridos. Pocas veces salíamos juntos, en familia -tal vez eso explique muchas cosas- con sus hijos y no había mucha chispa ni  humor entre ellos. 

Lo que me gustaba de la Maricucha, es que no hablaba demás, ni tampoco de menos. Eso resaltaba su figura  y le daba un aire de mujer sensata, interesante, y educada, aunque como la mayoría de mujeres de su generación no lo fuera. Jamás la vi hablar con la  suficiencia y la audacia de los ignorantes, de lo que desconocía; ni ser una mujer rencillosa o rencorosa  De ella aprendí a desterrar de mi espíritu, el sentimiento de venganza y a esperar que frente a la vida, el tiempo hiciera lo suyo y sacara las cosas o la verdad a luz. Esa es su mayor enseñanza.

Hoy que comparto la vida con mi mujer -tal vez lo único que es real, absoluto y totalmente mío- y con sus hijos, que también son míos, aunque yo prefiero llamarlos "mis compañeros de viaje" porque al final eso creo que somos y no me hace mucha gracia, porque vez gente crecer que quieren imponer la fuerza de su juventud y usan tu perfume,  se llevan tu crema de afeitar o te dejan sin yogurth y captan la atención de tu mujer. En ese instante sientes no solo que has  perdido tu privacidad, sino que te vas volviendo viejo. En el caso de mi familia, con el tiempo he entendido la dinámica de la relación de mis padres, hubo amor, todo estaba aparentemente bien, pero no hubo un elemento integrador, unificador y cada quien termina en lo suyo. 

Yo de niño salía con el marido de la Maricucha -o sea con mi Papá- los fines de semana a todas partes; pocas veces salí con ambos o salimos los cinco a la vez, "de reventon", a pasear, a comer o simplemente a compartir. Debo de reconocer que de su mano -de la mano de mi padre- conocí  Lima.....y comí siempre rico. La diferencia era bien marcada; mientras que con la Maricucha era un cono de helado, con él era un Peach Melba o un Fosh o un Banana Split en la Botica Francesa. A pesar de que sobre este punto se me pedía guardar el más absoluto silencio, para mi fue siempre un motivo para sacar "cachita"  de las granjerías obtenidas  a los demás miembros de la familia. "He comido chifa" decía, mientras me sobaba la barriga con una sonrisa.

Ella  fue siempre una mujer  callada, creo que el ser parte de una generación de padres castrantes, donde el niño bien educado era el que no movía ni una ceja, la hizo así. Por eso yo disfrutaba de sus momentos de humor o hacía cualquier cosa por verla sonreír;  desde apretarla contra mi pecho o tumbarla en la cama, para que dijera algo -por lo general  se quejaba de que le hacía daño-  o compartir esa complicidad con la que le arrancaba un mohín, al decirle bajito que le había dejado  un chocolate debajo de su almohada. 

Si por lo general la Maricucha era bastante parca y poco expresiva, la muerte de su marido la desbasto. Acostumbrada a caminar de su mano, a que él fuera la fuerza, el que la hiciera sentirse siempre protegida; ante la muerte de la pareja se volvió  vulnerable y no fue la matrona que me hubiera gustado que fuera. Cuando la veía débil y no ser firme en determinados temas, yo solía reprocharle, el que "se fue al diablo" cuando se le murió el marido y que eso no era justo. Por eso cambie la dinámica del poder en su casa e instituí una "Monarquía Constitucional", donde "la Reina, Reina pero no gobierna". Como Primer Ministro trate de hacerlo lo mejor que pude y creo que no lo hice tan mal.

Yo insisto que en la vida, esas definiciones de padres, hijos, abuelos o primos, no me gustan.  La hermandad termina siendo muchas veces un accidente genético. Y yo prefiero tener en mi vida compañeros de viaje. Desde el punto de vista formal, la Maricucha es una persona que antes que como madre, valore en su dimensión humana, como una persona que con virtudes y defectos deja  una visión de vida, un ejemplo y un sentimiento. Como para mí que soy católico, apostólico e hincha del Glorioso Sport Boys del Callao, la muerte es el Sheol o sea la nada -y los muertos ni te cuidan ni te protegen- como equivocadamente creen muchos católicos, yo recuerdo hoy al ser humano, a la mujer que me trajo al mundo y que me enseño a caminar en la vida sin alimentar lo que es el rencor....."tiempo al tiempo" decía. Y a lo largo de mi vida entendí que sin haber leído a San Agustín, la Maricucha sabía que el tiempo es el mejor amigo de la verdad. Hasta el fin de sus días, yo trate de darle lo mejor de mí, de hacerla feliz,. Tal vez no lo hice en la dimensión que hubiera deseado. Pero le arranque siempre una sonrisa. Feliz Día Mamá.

sábado, 13 de mayo de 2017

N° 447 - ¡MADRE MÍA!....¿A VOLTEAR LA PAGINA?....

LA POLÍTICA PERUANA Y LA CULTURA DEL PODER:




La agenda nacional esta marcada por la pugna entre el oficialismo y el fujimorismo. Por una pugna que gira -en estos momentos- en función del indulto a Alberto Fujimori, porque el Presidente de la República, con la estólida ligereza que lo caracteriza, saludo -en la ceremonia de reconocimiento al estandarte del Comando Chavín de Huantar- a Keiko Fujimori "hija de Alberto Fujimori" para terminar diciendo que "Hay que voltear la página", algo que fue entendido como una posibilidad de indulto a Alberto Fujimori. El problema es que en un país sin cultura política, sin una cultura de concertación y acuerdos mínimos; en un país que antes estuvo polarizado entre apristas y antiapristas y hoy esta polarizado entre fujimoristas y antifujimoristas; donde la política gira en función del electoralismo o de los votos, el "voltear la pagina" se queda en una buena intención, en una simple frase retórica, porque PPK no va a liberar a Fujimori, a pesar de su precariedad política; porque encontraría en su propio remedo de partido y en el ejecutivo resistencias y porque el miedo a la reacción de esa otra mitad del país lo inmoviliza. 

Por el lado de FUERZA POPULAR, comenzando por la misma Keiko Fujimori, todos saben que ese moribundo Alberto Fujimori, en la calle adquiriría nuevos bríos y vitalidad y terminaría reclamando su lugar como líder histórico del Fujimorismo. Al final en política las lealtades -así sean filiales o sanguineas- terminan sobrando y la muestra esta en la cobardía y la felonía de Ollanta Humala para indultar al hermano que se fajo porque el llegue a ser Presidente. Y es por este calculo político, que se sustenta  en llegar al poder superando el escollo que representa hasta el propio "líder histórico", que el proyecto del Congresista Roberto Vieira fue archivado por la mayoría fujimorista y sus encubiertos aliados en la Comisión de Justicia, a pesar que en lo estrictamente legal y jurídico no era una ley con nombre propio, porque hay una serie de presos que sin familia, sin contactos y sin dinero, se hubieran beneficiado con esta ley porque están en la cárcel en condiciones penosas esperando la muerte. En ese contexto, el Habeas Corpus que presentara Keiko Fujimori y que no va a prosperar, es parte de la pirotecnia que desde su coto de poder busca, para imponer aparentemente "su verdad". La afirmación de que "si quiere a su padre libre". porque este no represen ta ningún peligro a su liderazgo.

En un país donde la cultura política o mejor dicho la cultura del poder, se sustenta como bien lo definió Pierre Bordieu (1), en perpetuar el privilegio y la desigualdad, lo que hace que la crisis de la política en el Perú, sea la crisis de las élites políticas y la de los partidos. Crisis que se va ahondando sin un punto de quiebre ni una perspectiva de solución, porque las clases dirigentes o las cúpulas partidarias, pretenden perpetuarse en el poder, manteniendo en la ignorancia y en el clientelismo a las grandes mayorías nacionales, porque finalmente es la ignorancia o la falta de cultura, una forma de dominación, que hoy tiene en la televisión o en la prensa -como antes lo fue la religión- una forma encubierta de manipulación.  Una manipulación que hoy articulan sectas o movimientos cristianos que están detrás de campañas como esa de "Con mis Hijos no te Metas" que lo que buscan es posicionarse de cara a las elecciones del 2021.

En el Perú "voltear la página" implicaría un acuerdo nacional que proyecte al país con prospectiva. Un acuerdo que va más allá del Fujimorismo y que implica incluir a los diversos actores sociales y políticos de la escena nacional, como son Sendero Luminoso, a través de su brazo legal, el MOVADEF o el renaciente MRTA. El problema es que desde los inicios de la República ese acuerdo nacional o ese gran proyecto nacional que pudo tener en Bartolome Herrera o en Hipolito Unanue como el equivalente a Anibal Pinto en Chile; se ahogo siempre por el cavernicolismo, el sectarismo, el complejo adánico, el afán de poder y la mediocridad de nuestra política y de nuestros políticos. Y la prueba es que instituciones como el ACUERDO NACIONAL, terminan en una especie de "te de tías"  donde es tal su importancia, que en muchos casos, he visto que chupes o portapliegos de los caciques partidarios son enviados para calentar el asiento y para pegarse la parte de que son "líderes políticos" porque están en las mesas de honor de la grand politick peruana. Lo anterior sin contar que  la sociedad civil -termino acuñado por Gramsci- o la prensa de investigación, terminan muchas veces acorralando, fiscalizando o haciendo dar marcha atrás al juego político, a propuestas o leyes o acciones que defienden intereses particulares y cubileteos de la élites  que detentan el poder.

"Voltear la página" no es solo girar la del Fujimorismo, implica cabriolar varias paginas negras de la historia política peruana marcada por la corrupción y el juego de intereses personales o de grupo. Allí esta ODEBRECHT  con su histrionico cholo "sano y sagrado" y el resto de pendejos que saldrán a escena. Allí esta Humala que hablo de "honestidad para ser la diferencia" y lo único honesto en él, fue la farsa y el cinismo propio de los políticos de presentarse como hombres probos, inmaculados, inteligentes -tan inteligentes y estudiosos que tienen que falsear o inventarse títulos académicos y honores-  amantes del Perú y preocupados por los pobres y los desposeídos. Para "voltear la página" se necesita voluntad política, institucionalidad, ciudadanía y  cultura en la sociedad y nosotros seguimos anclados a la misma historia y no salimos de la misma página de esa historia.

Kuzcysnski apelo simplemente a la generalización. Y como decía Don Carlos Monsivais "La generalización es poner un poco de verdad a la mentira para seguir mintiendo". En cristiano, el hueveo de siempre de la política criolla.

(1) Pierre Bordieu, Dengui 1930 - Paris 2002.